En estos veranos como presidente, Rajoy ha estado acompañado en sus paseos por Louzán (a la dcha).



En Galicia, tras conocerse los detalles relacionados con la Operación Patos, todo el mundo anda con pies de plomo, en especial el PP, cuya cúpula en Pontevedra -provincia de residencia de Rajoy y Núñez Feijóo-ha quedado más que tocada tras las imputaciones llevadas a cabo por la titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Vigo, María del Carmen García Campos.

Junto a la Delegada de la Xunta en la ciudad olívica, María José Bravo, el auto de la juez también apunta al ex líder del PP vigués, José Manuel Figueroa, así como al actual presidente provincial de la formación, Rafael Louzán. En total casi 50 personas imputadas en el marco de una operación que sigue abierta. No está exento el PSOE. Tres concejales del Ayuntamiento de Vigo también están incluidos en el auto como imputados, además del alcalde, Abel Caballero.

Clarito como el agua”
El propio regidor vigués se preguntó hace unos días si otros imputados si otros podían decir “clarito como el agua” como él, que no tienen nada que ver con las conductas que atribuye la juez, o lo que es lo mismo, si no están relacionados con la presunta trama corrupta. Esta afirmación contundente la apoya en dos hechos importantes. Caballero indicó desde el primer momento que no recibió los regalos de Eiriña S.L., una de las empresas investigadas. Incluso insistió en que la pluma estilográfica que se le atribuye como agasajo, fue devuelta a la tienda donde se adquirió. Según sus palabras, la propia policía comunica a la fiscalía dicho hecho.

Más contundente
Precisamente, Abel Caballero ha vuelto a aseverar esta semana “con más fuerza que antes” que todo lo que aparece en el sumario con respecto a su personas es “totalmente falso”.

La contundencia con la que ha contestado el alcalde de Vigo contrasta con el silencio casi sepulcral que mantiene la cúpula del PP pontevedrés, personificado en su responsable y hasta hace unos meses presidente de la Diputación, Rafael Louzán.

Louzán y sus amigos
Sin duda, entre los imputados de la cúpula popular pontevedresa destaca la figura de Rafael Louzán. Llegó a la Diputación de las Rías Baixas hace 20 años y la dirigió los últimos 12. Durante su mandato en más de una ocasión se puso en entredicho su labor.

Rajoy, con Louzán a la derecha, en los toros en Pontevedra Foto: espiaenelcongreso.com



La nueva presidenta de la Diputación, Carmela Silva, trasladó hace un par de semanas a la fiscalía unos contratos millonarios cerrados bajo la presidencia de Louzán. Se trata de un total de 35 millones de euros en cuyos trámites de concesión se han detectado irregularidades por parte del nuevo equipo gestor. La propia Silva ha asegurado que “no voy a asumir gestión irregular alguna de nadie”.

Otra imputación
Se da la circunstancia de que Rafael Louzán está imputado por otro caso que nació a finales de 2013 por una denuncia anónima. La fiscalía dio trámite a esa denuncia y derivó en su acusación, la de su esposa, María Teresa Cores, y la de otro representante del PP, Severino Reguera. El matrimonio, al que se atribuye un delito de cohecho continuado, intentó que el juez archivara la denuncia, algo que fue rechazado.

Amigo de Rajoy
Rafael Louzán es oriundo de la zona de Ribadumia. Precisamente esta circunstancia unida a la amistad que les une desde hace tiempo, es a juicio de muchos el motivo por el que Mariano Rajoy ha dejado de pasar sus vacaciones en Sanxenxo para trasladarse con su familia a una casa rural de la zona del Umia.

De hecho, en las fotografías que desde el gabinete de Comunicación de Moncloa pasan de esos períodos de asueto del presidente del Gobierno, es habitual la presencia del hasta junio responsable de la Diputación Provincial.

Cortesía”
Louzán, en una entrevista concedida a la Radio Galega, negó la recepción de regalos por parte de las empresas investigadas pero admitió detalles “de cortesía”. El valor y los contratos firmados por las instituciones que presidió con esas empresas y su posible relación causa efecto, pueden echar por tierra su carrera política y poner una muesca más en el cinturón en el que Rajoy marca aquellas amistades salpicadas por asuntos poco claros. Habrá que atender al lugar donde se va de vacaciones el presidente del Gobierno la próxima vez.