1 de octubre de 2017. Cinco años han pasado desde aquel día en el que se celebró el referéndum de autodeterminación de Cataluña, declarado ilegal, y que, junto con una Diada en la que la Guardia Urbana contabilizó un millón de personas agolpadas bajo el lema “votaremos, quieran o no quieran”, supusieron el estallido definitivo de unas tensiones que llevaban meses gestándose, después de que el entonces president, Carles Puigdemont, llamara a las urnas en el primero de octubre, a pesar de que el Tribunal Constitucional diera por no válido el proceso, independientemente de cuál fuese su resultado.

Sin embargo, la realidad de hoy dista mucho de la de entonces y si por algo ha destacado este aniversario es por el contexto en el que se encuentra, en medio de una crisis entre ERC y Junts per Catalunya en el propio Govern. Después de que los consellers de Junts pidieran someter a Pere Aragonès a una cuestión de confianza, este, como presidente de la Generalitat -y tras una larga reunión con el Govern y con Jordi Turull-, anunció la destitución de su vicepresidente, Jordi Puigneró, para tratar de frenar la crisis.

Aunque la crispación entre socios es notable, el desenlace podría no estar en una ruptura total y definitiva. Lo cierto es que el gobierno catalán está paralizado y con escaso margen de maniobra, por lo menos desde el punto de vista de ERC, que deben esperar a la decisión de los militantes de Junts.  

Pese a ello, aunque con malestar presente, y con el primer lustro de estos acontecimientos recién cumplido, se han celebrado en Barcelona dos manifestaciones simultáneas, relacionadas con el mismo ámbito pero de naturalezas diferentes. En primer lugar, ha discurrido la concentración conmemorativa del quinto aniversario del 1-O, convocada por el Consell de la República con la colaboración de Òmnium, ANC, AMI, la Intersindical y la Cámara de Barcelona y que ha aglutinado, según datos de la Guardia Urbana, hasta 11.000 asistentes en el Arco de Triunfo de Barcelona. Los asistentes han exhibido banderas independentistas, han gritado diferentes cánticos como 'Puigdemont presidente', '1-O ni olvido ni perdón' o 'Govern dimisión'.

Por otra parte, ha tenido lugar una segunda manifestación, menos multitudinaria, en la plaza de Sant Jaume, con el fin único de protestar contra el Govern de la Generalitat (una premisa que ya incluía, entre otras, la primera concentración mencionada). En este caso, el número de asistentes no ha rebasado los 1.500, según fuentes de la Guardia Urbana y Europa Press.

Representación política en el primer lustro del 1-O

A la primera concentración, la principal y la más multitudinaria, han acudido diferentes representantes de los partidos independentistas. Por parte de Junts per Catalunya, han asistido la presidenta de esta misma formación, Laura Borràs; su secretario general, Jordi Turull; el exvicepresidente del Govern, Jordi Puigneró; la exconsellera Meritxell Serret y todos los consellers actuales: Jaume Giró, Victòria Alsina, Gemma Geis, Violant Cervera y Lourdes Ciuró.

Por parte de Esquerra Republicana de Catalunya, ha hecho acto de presencia su secretaria general adjunta y portavoz, Marta Villalta; y sus consellers Josep Gonzàlez-Cambray y Tània Verge. La CUP, por su parte, se ha visto representada en las figuras de Carles Riera y Eulàlia Regunant. Quien no ha asistido a la concentración ha sido el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, algo que era de esperar dada la naturaleza de la concentración y a la inestabilidad que atesora su mandato.

Puigdemont pide unidad

Por su parte, Carles Puigdemont ha llamado este sábado a la unidad del independentismo, por eso ha pedido al Govern ponerse “al servicio” del mandato del 1-O. Lo ha dicho en su discurso en la concentración del CdRep, advirtiendo también de que los votos que permiten gobernar las instituciones catalanas vienen del “desborde democrático” de esa fecha.

Es normal y comprensible que hoy comencemos a dirigirnos a los que tienen la responsabilidad para que se pongan al servicio de lo que hicimos hace cinco años. que ya toca”, ha afirmado. Del mismo modo, Puigdemont ha advertido de que si el Govern no lo hace y avanza hacia la independencia, el CdRep se opondrá.

No han sido estas las únicas palabras del expresidente de la Generalitat, ya que ha remarcado que la suya, la del independentismo, “es una lucha que no caduca, como no caduca ninguna de las causas justas por las que millones de personas continúan luchando”. “Es válido y no hay que volverlo a hacer. Votar ya hemos votado”, ha dicho sobre la opción de celebrar otro referéndum similar.