Este sábado se cumplen cinco años del referéndum de Cataluña por la independencia. Si a pie de calle se pregunta, no solo en la comunidad, sino en cualquier parte del país; qué recuerdan de aquellas jornadas, quienes respondieran darían unos cuentos nombres: Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Declaración Unilateral de Independencia, urnas, Mossos, represión policial incluso, en función de con quién se hable; y un largo etcétera, pero ¿qué pasó exactamente el 1 de octubre de 2017? Así se desarrollaron los hechos de un momento histórico.

La Diada de 2017

El 1-O se produjo la votación, que se declaró ilegal, pero no dejó de ser la jornada en la que se materializó una tensión que venía latiendo con fuerza desde días, incluso meses atrás. Por situar un punto de partida, la Diada de ese mismo año -11 de septiembre- resultó especialmente atractiva para las fuerzas independentistas, ya que se produjo después de que el entonces president, Carles Puigdemont, llamara a las urnas el primero de octubre pese a la resolución desfavorable del Tribunal Constitucional.

La Guardia Urbana confirmó la presencia de un millón de personas en la marcha. La Delegación del Gobierno en Cataluña, por su parte, rebajaba la cifra a 350.000 personas, mientras que la entidad anti independentista Societat Civil Catalana la dejaba en 225.000. Sea como fuere, la participación en la manifestación resultó inferior a la de 2012 y 2015. Sin embargo, disfrutaba del pretexto del “votaremos, quieran o no quieran” y con los parlamentos de los convocantes -ANC, Òmnium y AMI-, que mostraron su apoyo al Govern en su intención de celebrar el referéndum.

Diada 2017
Diada de 2017.
 

20-S: registro electoral

El 20 de septiembre fue otro de los días claves. Las autoridades se prepararon para una jornada que, supusieron, se estaba gestando; por lo que perpetraron una serie de registros en diferentes conselleries, así como multitud de detenciones.

El punto álgido fue una imprenta en Bigues i Riells (Barcelona), donde los cuerpos y fuerzas de seguridad encontraron millones de papeletas para una consulta popular, junto a otro material electoral.

Ese mismo día dejó personas, momentos y frases que han pasado a la historia. Se llegó a acusar al presidente de Gobierno de entonces, Mariano Rajoy, de dirigir un “golpe de Estado” -término que, por otro lado, se ha empleado en ambas direcciones- y se pidió a Moncloa “sacar sus sucias manos de Cataluña” (Gabriel Rufián, antes, en el Congreso).

Puigdemont garantizó que se votaría y el propio líder popular exigió la marcha atrás de un proceso que, por el contrario, ya se había vuelto imparable. Y es que pese a que aún no había ocurrido el 1 de octubre las continuas reacciones desde dentro y fuera de España anunciaban lo que se venía. Tanto fue así que, incluso, el F.C.Barcelona -como otros clubes o entidades- emitieron un comunicado en contra de la actuación gubernamental.

La siguiente sería una cronología sencilla de cómo se desarrollaron los hechos.

Sin cobertura legal

El día clave arrancó de madrugada. Así las cosas, antes de las 6:00 horas decenas de personas se dieron cita frente a los colegios electorales para evitar el cierre de estos. Poco después los Mossos desalojaron las escuelas y empezaron a precintar los centros de votación, razón por la cual; y tras la llegada de las urnas -alrededor de las 7:30- el Govern se acogía al censo universal y abandonaba la cobertura legal.  Esto último implicó que toda persona que tuviera DNI pudiera votar en cualquier punto de votación, sin sobres ni Sindicatura Electoral.

Violencia mundial

A las 9:00 abrieron los institutos con los primeros incidentes. La mañana fue, seguramente, la más alocada que se recuerda en la Ciudad Condal y sus alrededores. Las imágenes de una tensión que fue en aumento ocupó las portadas y las televisiones de todos los medios tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Además, el propio comportamiento de los cuerpos causó disparidad de opiniones -algunos Mossos se negaron a actuar, siendo esta otra de las imágenes que dio la vuelta a los perioódicos-.

Críticas u opiniones favorables sobre la actuación policial y de los manifestantes a un lado, los continuos choques entre ambas partes evidenciaron que España y la Generalitat tenían un problema ideológico de fondo que alcanzó su máximo exponente en al artículo 155 que se materializó después.

Las imágenes del día

La jornada dejó otras fotos que permanecen en la retina de todos los ciudadanos -independentistas o no-: la votación de Puigdemont, la caída del sistema informático provocado por la Guardia Civil, las reacciones de los diferentes políticos, manifestaciones en toda España y enfrentamientos, especialmente violentos entre personas antifascistas y de extrema derecha. Con todo, y por si alguien todavía piensa que la jornada fue baladí, obligó incluso a la suspensión del partido de fútbol previsto para ese día entre el F.C.Barcelona y la U.D. Las Palmas, a título de curiosidad.

Manifestación tras las penas por el 1 O, en Barcelona, 18 de octubre de 2019. Germán Lama. EP
Cargas policiales durante el 1-O.
 

El discurso de Felipe VI y la DUI

Los días siguientes no fueron mucho más tranquilos. El día 3 de octubre el rey Felipe VI ofreció un discurso a la nación. “Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática”, deslizó en unas palabras que apuntaban directamente a las “intenciones de la Generalitat de proclamar de manera ilegal la independencia de Cataluña”.

Las palabras del monarca fueron criticadas desde los sectores independentistas principalmente, aunque también desde otros grupos como Unidas Podemos. No así por parte de PSOE y Ciudadanos. Entre las etapas de la intervención del Jefe de Estado que más molestaron destacan el agradecimiento a los cuerpos y fuerzas de seguridad por su papel durante la jornada “convulsa” y que apuntase de manera indirecta a la aplicación del artículo anteriormente mencionado de ser necesario. En este sentido, las voces críticas lamentaron también que Felipe VI renunciase a un “papel mediador”. El hecho fue insólito en tanto en cuanto el rey del país solo se había dirigido a la Nación de manera extraordinaria en hechos extremos como el Golpe de Estado del 23-F o los atentados del 11-M.

Discurso del rey Felipe VI el 3 de octubre de 2017.

Una semana después, Carles Puigdemont declaraba la independencia durante apenas un minuto a través de una Declaración Unilateral (DUI). El expresident suspendió  finalmente su decisión para abrir una fase de diálogo con el Gobierno Central y emplazar a la Unión Europea a intervenir en el proceso.

¿Y ahora, qué?

Sentencias, la marcha del propio expresident a Bruselas y un largo etcétera centraron desde entonces la política catalana y buena parte de la española hasta la llegada de Pedro Sánchez a Moncloa, cuando convocó la mesa de diálogo donde los independentistas siguen sin ver cumplidas sus expectativas.

En la actualidad más inmediata, el president Pere Aragonès se reunía el pasado miércoles con Junts ante la crisis existente entra ambos partidos de Gobierno regional y después de que el responsable de la otra formación en el Parlament, Albert Batet, plantease que su primero se sometiera a una cuestión de confianza si no concretaba cómo cumpliría el acuerdo del Ejecutivo. La sucesión de hechos se saldó con la destitución del número dos de Aragonès, Jordi Puigneró, por no avisar de ello al político republicano que, por otra parte, negaba la convocatoria de elecciones.

Pero la semana trágica no terminaba ahí, horas después de que el fantasma de la ruptura sobrevolase el Parlament ante la posibilida de que Junts saliera del Ejecutivo, algunas cargos pusieron sobre la mesa la amenaza, ya del todo real. Por el momento, la formación consultará los días 6 y 7 de octubre a la militancia sobre esta cuestión y ha pedido la marcha atrás del president con su segundo.