El nuevo escenario tras el adelanto electoral en Cataluña ha aireado las discrepancias en Moncloa. Sumar y PSOE habían mantenido una postura relativamente monolítica para hacer frente la ofensiva de la derecha por la amnistía, pero la superprimavera electoral ha cambiado el paso a la coalición. Los magentas pusieron el grito en el cielo tras la decisión “unilateral” de Pedro Sánchez de dejar caer los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y en privado señalan al socio mayoritario de meter cloroformo a la hoja de ruta social del Gobierno. La relación no pasa por el mejor momento y la ley para prohibir el proxenetismo no ayuda a calmar los ánimos entre el partido minoritario. El articulado, registrado este pasado martes, pilla con el pie cambiado al Grupo Plurinacional, que deberá someterla a debate interno para fijar posición. Por ello, afean a sus aliados que aprovecharan la coyuntura para “dividir” a los cuadros de Sumar e incluso “al feminismo”.

Todo movimiento parlamentario se escudriña con suma precisión, máxime si se trata de una legislación de calado feminista. El Grupo Parlamentario Socialista registró este martes en el Congreso su proposición de ley para prohibir el proxenetismo en todas sus vertientes. Un articulado que es prácticamente idéntico al que presentaron en la pasada legislatura, con la supresión de una modificación del Código Penal que ya hizo suya la ley de Libertad Sexual y la añadidura de nuevas horquillas de penas. En este sentido, quien, con ánimo de lucro, favorezca o promueva la prostitución de otra persona -aún con el consentimiento de ésta- se enfrentaría a entre dos o cuatro años de prisión.

En 2022, los socialistas plantearon esta vertiente vía enmienda a la Ley del sólo sí es sí, entonces en plena tramitación parlamentaria. Sin embargo, decayó ante la falta de acuerdo con Unidas Podemos, sus socios de Gobierno en la pasada legislatura. La desavenencia entre socios, de hecho, fue una de las cuestiones troncales que pusieron en peligro la normativa estrella de Igualdad. Ante la negativa de los morados, el PSOE optó por retirar la enmienda y registrarla, un día después, a modo de proposición de ley.

Previamente, con motivo del 8M, el Ejecutivo anunció la resurrección de otra normativa de Igualdad, la ley de trata. El texto también empezó su tramitación la legislatura pasada, llegando a tener el aval de los órganos consultivos, pero fue fagocitada por el adelanto de las generales y pasó a dormir el sueño de los justos. Ahora, deberá recorrer todo el cauce parlamentario de nuevo.

Sumar se desmarca

El problema es que en ese camino se han topado con la ferviente oposición de sus socios de Gobierno. Sumar se desmarca totalmente de dos iniciativas para las que, según lamentan desde los cuadros magentas, no han contado con ellos. En público, el portavoz del Grupo Plurinacional, Íñigo Errejón, rehuía de toda valoración prematura. “Estamos a favor de los derechos Humanos, de los derechos de las mujeres y de los avances en los derechos de las mujeres. En ningún caso vamos a apoyar ningún retroceso”, apostillaba desde la sala de prensa de la Carrera de San Jerónimo.

En privado, diputados magentas afean a sus socios el movimiento. En el Grupo Plurinacional se interpreta como una estrategia para sembrar la duda entre las diferentes sensibilidades de Sumar. La plataforma no tiene una postura consensuada, por lo que sendas leyes están propuestas para “sacar sus contradicciones” internas. Conciben proxenetismo y trata como “armas electorales”, encuadrándolas además en un momento complicado para la coalición tras la renuncia unilateral a negociar los Presupuestos para 2024 y en un contexto, remarcan en privado, de cierta parálisis legislativa forzada por la superprimavera electoral.

No hay una voz unificada en el grupo. Ni los Comunes, ni Compromís ni Más Madrid apuestan por el abolicionismo; cuestión que, en cambio, sí apoyan desde Izquierda Unida. En el horizonte se presenta un debate “sosegado” entre las distintas sensibilidades que conforman el espacio a la izquierda del PSOE, al mismo tiempo que afean al socio mayoritario de la coalición registrar sendos textos sin hablar con ellos. Por ello, en el Grupo Plurinacional creen que “tiene la intención que tiene”, que no es otra que “dividirnos”. En cualquier caso, advierten de que todo intento de “desestabilización” será en vano. “Se discutirá y la dirección del grupo tomará una decisión. Esto no toca ahora”, lamentan diputados magentas.

Apoyo popular

El portazo de Sumar causa cierta perplejidad entre las filas socialistas, especialmente la “pataleta” por no consultarles antes del registro de los articulados. El PSOE justifica que tampoco los magentas preguntan sobre “las leyes que registran”. De hecho, afirman que lo habitual es iniciar el trámite y, toda vez lo avalen los órganos consultivos de la Cámara, “se negocie”. “Es una ley que conocen ya. No entiendo sus quejas. Nuestra posición está más que acreditada con respecto a la prostitución, que fijen la suya”, comentan en privado desde el entorno socialista, al tiempo que encapsulan las quejas de Sumar en una “necesidad por marcar perfil propio”.

Otras fuentes socialistas precisan que el objetivo de los articulados es meridiano. “No estamos en el Gobierno para marcar diferencias, sino para estar juntos y gobernar”, afea un diputado del PSOE. No obstante, y aun con el rechazo inicial de Sumar, el Grupo Socialista no entrega la cuchara y aseguran que no dejarán de hablar con ellos “para que la aprueben”.

Tampoco renuncian a pescar en otros ríos. Preguntado abiertamente sobre la disposición del PSOE a iniciar conversaciones con el PP, el portavoz parlamentario de los socialistas no cerró del todo la puerta. Desde la sala de prensa de la Carrera de San Jerónimo, Patxi López aseguró que hablarán “con todos los grupos que quieran abolir la prostitución en este país”. Los conservadores, como recordó Andrea Fernández, comparten la visión socialista en el ámbito de la prostitución. En cualquier caso, López ya auguró un debate “incluso semántico”. “Prohibir es un ejercicio que victimiza más, ya que se perseguiría también a la víctima de la explotación. Abolir es hacer que desaparezca por todos los medios”, remachó.

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