Superada la amnistía, el siguiente paso serían los Presupuestos Generales del Estado. Y en ello estaba el Gobierno, hasta que el proyecto de cuentas de la Generalitat decayó por el rechazo de los Comunes y empujara al president, Pere Aragonès, a adelantar las elecciones en Cataluña al 12 de mayo. Borrón y cuenta nueva. El Gobierno renunció de inmediato a tramitar el proyecto presupuestario, para enfado morrocotudo de Sumar. Los de Yolanda Díaz pusieron el grito en el cielo, incluso imputándole al ala socialista de la coalición cierta “deslealtad”. Críticas que no entienden en una parte de Moncloa, que enmarcan su decisión en un “ejercicio de realismo político”.

El adelanto catalán y la abdicación “lógica” de Moncloa a tramitar las cuentas públicas han sacado a empujones del foco mediático a la ley de amnistía. En la Carrera de San Jerónimo ya nadie prestaba atención a la medida de gracia. Incluso el Partido Popular se resignaba a reverberar su narrativa de oposición, jactándose de que ésta “era la primera gran ley del Gobierno y probablemente la última”. Clavo ardiendo al que se aferra la derecha que desde Moncloa rebajan al nivel de sueño. La legislatura será larga y así se han encargado de transmitirlo en público y en privado voces próximas al Ejecutivo y al Partido Socialista.

Ni tan siquiera la mecha de rebelión que han prendido desde Sumar hace dudar al ala socialista de la coalición. Acostumbrados a unos envites embarrados con Podemos, desde Moncloa transmiten total tranquilidad ante el nuevo escenario que se presenta. Sin presupuestos, con tres elecciones cada tres semanas a partir del 21 de abril, pero con la amnistía ya empaquetada y preparada para enviarlo al bloqueo que el PP estime oportuno en el Senado.

Realpolitik

Las cuentas públicas se prorrogarán y no entraña ningún problema para la coalición. Desde la órbita socialista en el Gobierno rebajan la tensión y niegan las acusaciones de “deslealtad” que les lanzan desde el socio minoritario. Voces autorizadas comentan que es un “ejercicio de realismo político”, dado que no encuentran “ningún tipo de sentido” a mantener las conversaciones por el proyecto presupuestario en estos momentos.

"El trabajo que se ha hecho hasta ahora no ha sido en vano. Vamos a centrar esfuerzos para sacar los Presupuestos del año que viene"

El calendario electoral de primavera-verano ha dinamitado las negociaciones que el Gobierno tenía más o menos encarriladas. Ahora toca prorrogar las cuentas de 2024, lo cual no quiere decir que desatiendan el compromiso a futuro. Los Presupuestos saldrán, pero en 2025. Justifican que desde la llegada de Pedro Sánchez a Moncloa se han tramitado “en tiempo y forma” hasta cuatro proyectos de ley. “Que nadie deduzca que se pone en riesgo la gobernabilidad”, precisan estas mismas voces, al tiempo que garantizan la “acción legislativa” del Gobierno.

Los avances cosechados para el fallido proyecto de 2024, sin embargo, no caerán en saco roto. “El trabajo que se ha hecho hasta ahora no ha sido en vano. Vamos a centrar esfuerzos para sacar los Presupuestos del año que viene. Es lo lógico”, resumen fuentes próximas al socio mayoritario de la coalición. En suma, en los pasillos del Congreso, la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, hurgaba en la herida insistiendo que en Sumar sabían que, tras el adelanto en Cataluña, “no era posible” presentar las cuentas. “Lo que digan ahora no sé muy bien a qué responde”, precisaba.

Sumar insiste en su enfado

La formación escenificaba sus recelos con los socialistas en los pasillos del Congreso. Tanto Yolanda Díaz como el portavoz de los magentas en la Carrera de San Jerónimo, Íñigo Errejón, criticaban la actitud drástica de sus socios en Moncloa. “Respetamos la posición del presidente, pero no la compartimos. Sobre todo, porque hay que seguir gobernando”, deslizaba la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, que redundan en que la posición de los socialistas carece de justificación.

Aragonès: "Alguien tiene un problema de gestión de su espacio"

Los líderes magentas creen que al menos había que intentarlo, aunque pudiera resultar “difícil”. Sin embargo, Montero apunta a que el adelanto electoral en Cataluña imposibilita seguir con la tramitación de los Presupuestos. Misma tesis que maneja el president de la Generalitat, Pere Aragonès, que ve en la renuncia de Sánchez consecuencia directa al veto de los Comunes a su proyecto de cuentas públicas. De hecho, ha asegurado que le transmitió a Díaz la “irresponsabilidad” que supondría la negativa de su espacio. “Si fuera Pedro Sánchez estaría enfadado”, subrayaba el republicano ante los micrófonos de RAC1.

Aragonès insistía este jueves que el bloqueo de los Comunes ha provocado que decayeran los Presupuestos Generales del Estado. Aprovechando la coyuntura, recordaba que el último decreto laboral que Díaz intentó aprobar se llevó el rechazo de Podemos, formación que se presentó a las generales bajo el paraguas magenta. “Si unos que iban contigo a las generales tumban los presupuestos de Cataluña y de rebote caen los de España, alguien tiene un problema de gestión de su espacio”, advertía.

Vías alternativas

Otro de los socios del bloque de la investidura optaba por rebajar el suflé. La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpirúa, rebajaba los niveles dramáticos al recién generado debate presupuestario. Asume que no es una situación óptima ni “agradable”, pero tampoco supone un “drama político” y emplaza al Gobierno a buscar vías alternativas para cristalizar sus acuerdos sin esperar a 2025.

“Entramos en un periodo de stand by. Nos hubiese gustado continuar con la negociación para que las medidas sociales llegasen cuanto antes a la sociedad vasca”, señalaba Aizpurua en los pasillos del Hemiciclo, subrayando que las conversaciones estaban “bien encaminadas” y el proceso estaba en marcha con la convocatoria de elecciones vascas (21 de abril). No obstante, se mostraba partidaria de seguir negociando con la vista puesta en “buenos acuerdos” para Euskadi incluso en la coyuntura de adelanto electoral que en Bildu ven comprensible.

A pesar de la situación de “inestabilidad estable” o de “estabilidad inestable”, Bildu promete echar el todo por el todo para materializar “más pronto que tarde” las iniciativas sociales. No obstante, Aizpurua cree posible que, toda vez se supere el carrusel electoral, el escenario político sea más claro todavía.

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