La super primavera electoral frenará una buena parte de la actividad parlamentaria de aquí al próximo mes de junio. No será así con las comisiones de investigación. Al menos la que orbita sobre la recientemente constituida en Congreso y Senado sobre la compra de material sanitario durante la pandemia. Las Cortes inician su choque institucional en un escenario marcado por el trío de comicios para debilitar al adversario. Los grupos ponen toda la carne en el asador, especialmente de cara al 12M -elecciones catalanas-. De ahí, que el PP, con mayoría absoluta en la Cámara Baja, quiera pisar el acelerador en su comisión para citar al candidato del PSC a la Generalitat, Salvador Illa, para que explique su vinculación en el caso Koldo cuando era ministro de Sanidad. Los populares no estarán solos, pues tanto Junts como ERC ya enseñaron la pata en la Carrera de San Jerónimo.

Su mayoría absoluta deja bajo su control la lista de comparecientes y las solicitudes de información en el marco de la comisión de investigación. El PP tiene prisa y por ello ha apretado el ritmo para llegar a pleno rendimiento a las tres citas electorales de esta primavera: Euskadi (21 de abril), Cataluña (12 de mayo) y Europeas (9 de junio). La mesa de la comisión aprobó el miércoles que los grupos deberán registrar sus requerimientos y peticiones antes del próximo lunes, para que el miércoles se dé el pistoletazo de salida a los trabajos y se llame a los primeros comparecientes.

La lista de los Reyes Magos de Génova no está finiquitada, pero sí muy avanzada. Entre sus preferiti para desfilar por la Cámara Baja están el grueso de ministros y dirigentes socialistas salpicados por el caso Koldo; desde el ex ministro de Transportes y jefe directo de García Izaguirre, José Luis Ábalos, pasando por uno de sus sucesores, Óscar Puente, la presidenta del Congreso y ex jefa del Ejecutivo balear, Francina Armengol, y el titular de Política Territorial y expresidente canario, Ángel Víctor Torres. A este rosario de nombres se suma el del ex ministro de Sanidad, Salvador Illa.

La figura del ahora primer secretario del PSC podría ser piedra angular para un Partido Popular que ya piensa en Cataluña, con unas proyecciones muy optimistas. El acelerón de los conservadores podría explicarse, en parte, desde esta perspectiva; la de forzar el desfile del ex responsable de Sanidad por la comisión antes de las elecciones catalanas. En Génova consideran necesaria su comparecencia, aunque su perfil de hombre tranquilo levanta cierto debate interno por lo contraproducente que pudiera ser su paso por la Cámara Alta. No obstante, voces próximas al Grupo Popular enfrían el rastro, aunque deslizan que es “una posibilidad que está sobre la mesa”. No sólo en el marco de la estrategia, sino porque el calendario da pie a ello.  

El factor independentista

El Partido Popular no está sólo en el cerco al exministro. El componente independentista juega también su papel. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts son parte interesada en este juego. Ambas fuerzas sondean las posibilidades de sentar a Salvador Illa en la comisión del Congreso, impulsada por los socialistas, aunque asumen que será complicado que éste desfile por la Carrera de San Jerónimo antes de las elecciones catalanas. Los de Carles Puigdemont anunciaron sus intenciones en la Cámara Baja, aunque guardan bajo llave su estrategia en el Senado.

Lo mismo ocurre en el lado republicano. Evitan los nombres propios, en público y en privado, pero sí argumentan que su voluntad es buscar la “máxima transparencia” para que se esclarezcan “todos los casos posibles”. Desde la órbita de ERC, en cambio, sí deslizan que Illa está en su nómina de comparecientes en el Congreso, aunque asumen que, al estar impulsada por el PSOE, no tendrá la misma premura que la comisión paralela del Senado. Por lo tanto, dan por hecho que el exministro no asistirá hasta pasadas las catalanas.

La consigna es clara por parte de todos los grupos. “Tolerancia cero con la corrupción”, esgrimen voces parlamentarias, al tiempo que insisten en que todos aquellos con “responsabilidades” en la gestión del coronavirus deberán desfilar por las comisiones. En el caso del Senado, a pesar de su mayoría absoluta, el PP ha mostrado predisposición a escuchar las propuestas del resto de las fuerzas del arco parlamentario para incluirlas en su listado que, a la postre, será el definitivo gracias a su mayoría.

Choque institucional

En las Cortes Generales se ha instalado el temor a que el dúo de comisiones se convierta en una nueva partida de ping pong del bipartidismo. Los toques de atención se suceden, especialmente a la izquierda de un Partido Socialista que insiste en que entre sus intenciones no está entrar en el cuerpo a cuerpo institucional con el PP. Fuentes próximas al PSOE precisan que quieren dotar de “seriedad” a su comisión; aptitud de la que adolece la maniobra de respuesta de los conservadores en el Senado.

En el bloque de la investidura se extiende la idea de que la comisión del Senado es una cortina de humo para torpedear y tapar los avances de su ‘gemela’ en el Congreso. Fuentes parlamentarias advierten al PSOE de los peligros que entrañaría picar en el anzuelo popular y convertir la investigación en el arma arrojadiza de los dos partidos tradicionales. Algunos se desmarcan de la estrategia de “tinta de calamar” que imprime el PP al día a día parlamentario. Sumar abundó en esta cuestión esta misma semana desde la sala de prensa de la Cámara Baja.

El portavoz parlamentario magenta apeló a la “prudencia” de todos para que la lista de comparecientes no sea un tira y afloja bipartidista. “No se trata de que el PP llame a 25 dirigentes del PSOE en el Senado y, en respuesta, el PSOE llame a 35 aquí”, resumió. En privado, otras voces parlamentarias sugieren que las formaciones de izquierda saldrían escaldadas de esta guerra de guerrillas, dado que la derecha canaliza mejor el y tú más de cara al electorado. “Desmovilizaría por completo al votante progresista”, precisan.

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