Las ganas se han transformado en hechos para el Partido Popular. La formación que lidera Alberto Núñez Feijóo ha experimentado este 28 de mayo el Nirvana de la política logrando no solo arrebatar gobiernos municipales y autonómicos al PSOE sino también teñir de azul el mapa de manera generalizada. Ya desde primera hora de la tarde de este domingo frenético la cúpula de Génova 13 hablaba de "marea azul" e incluso trasladaban estos históricos resultados a una lectura nacional asegurando que es un "cambio de ciclo" y el principio del "fin del sanchismo". Y es que los populares han dado un vuelco en lugares que parecían impensables, como la Comunitat Valenciana, Aragón o La Rioja. Pero es que también admiten como victoria la opción de gobernar en sitios donde no ganan por votos pero sí pueden liderar gracias al necesario apoyo de Vox. Y el pactómetro para después, esgrimen desde la dirección, que ha llamado a disfrutar del buen sabor de boca de la noche del domingo y ya hacer los pocos números que les quedan a lo largo de esta semana.

El PP, euforico ante la "marea azul"

Tras una tarde de nervios a la par de sonrisas y "satisfacción", la fiesta de la democracia se ha trasladado al balcón de la sede popular, donde se ha puesto rostro a esta cita con una fotografía triunfante del líder del partido junto a Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida en el balcón. Ambos líderes han obtenido una contundente mayoría absoluta que, unido a las plazas arrebatadas a los socialistas, la formación va a utilizar para elevar el enfrentamiento a Pedro Sánchez de cara a la cita con las urnas del próximo mes de diciembre. Con todo, y a pesar del entusiasmo, los populares no han logrado alcanzar el empuje del PSOE en los anteriores comicios ya que, en cifras totales, estos se han colocado por delante de los socialistas en a penas 800.000 mil votos mientras en 2019 la distancia contraria era de más de 1,5 millones. 

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Ni la tarde apoteósicamente lluviosa ha frenado a los españoles de buena parte del territorio nacional a votar en las urnas en una jornada que se ha tornado de infarto. Las encuestas a pie de urna y los primeros avances apuntaban a media tarde a un gran barrido de los populares que más tarde se ha convertido en una lucha reñida en muchas plazas. Todo mientras la música no paraba de sonar literalmente en Génova 13 y los semblantes de los dirigentes de la cúpula popular se mantenían eufóricos durante toda la tarde. Algo que se ha extendido más allá de las 12 de la noche en la calle contigua a la sede, que se ha llenado de madrileños y españoles con banderas de España al grito de "Ayuso presidenta".

Solo en los primeros minutos del comienzo de los escrutinios los nervios y las sorpresas han comenzado a aflorar en el que iba a ser el antiguo edificio del PP especialmente por parte de los periodistas y medios de comunicación que se encontraban siguiendo la jornada electoral en las salas de prensa del edificio, donde los puñados de votos que subían y bajaban hacían temblar los datos. Y es que todo se ha dirimido precisamente por un puñado de apoyos en localizaciones clave, como en Extremadura o en Castilla-La Mancha, hasta que finalmente los populares han obtenido el triunfo incontestable en la mayoría de las capitales de provincia, en los municipios y en las autonomías al rozar prácticamente el 100%.

Un "cambio de ciclo" contra el "sanchismo"

"Estamos satisfechos, muy contentos". Con estas palabras manifestaban de forma contenida su euforia ante los primeros porcentajes escrutados fuentes de la cúpula de los populares, que han sacado pecho abiertamente de un "cambio de ciclo" y del "fin del sanchismo". Cifras entonces solo provisionales que, como todo parecía apuntar a la luz de las encuestas a pie de urna y de las televisiones, han aumentado hasta consolidar el empuje generalizado del PP. Uno de los mayores golpes se ha producido en la Comunidad de Madrid y se ha convertido en el ejemplo hegemónico para los que ocupan Génova 13. Así lo ha dejado claro la secretaria general de la formación, Cuca Gamarra, quien ha celebrado este resultado, el "mejor aliciente y aval para el próximo cambio en España, a nivel nacional este mismo año".

Tanto a nivel autonómico como local los populares han sentenciado la victoria con las mayorías absolutas de Isabel Díaz Ayuso y de José Luis Martínez-Almeida, que les aleja de la necesidad de contar con Vox para dirigir la Puerta del Sol y Cibeles. Pero no ha sido los únicos ya que al éxito indudable del arrebatamiento a los socialistas de cabezas de autonomías y capitales de provincias se han sumado enclaves que parecían incontestables para las siglas rojas. Estas son las Islas Baleares, Aragón, La Rioja o la Comunitat Valenciana, donde los de Feijóo han logrado dar un vuelco a las previsiones y han ampliado sus ventajas. "El objetivo marcado se ha cumplido: más votos que la siguiente fuerza, más alcaldías y concejales", ha dicho la también portavoz antes de subir al balcón desde la sala de prensa, en la que ha calificado los resultados de "contundentes, claros y rotundos".

Pocas resistencias

A este tinte azul del PP, que no tienen unos frutos similares desde el año 2011, entorno a media noche se les resiste únicamente en votos Castilla-La Mancha o Extremadura, aunque por muy poco. María Guardiola se ha colocado en tablas con Guillermo Fernández Vara a 28 escaños, pero mientras Vox ha obtenido cinco escaños, los morados solo cuatro, por lo que el bloque de las derechas ha hecho tambalear la Administración ante la ola de los populares. Una situación parecida ha ocurrido en el ruedo de Emiliano García Page, donde Paco Núñez ha seguido muy de cerca a los socialistas. Los primeros han logrado 16 escaños frente a los 13 de los azules, que con los cuatro de Vox han alcanzado muchas opciones de arrebatarle el poder.

Feijóo habla en clave nacional

Tras el "cómo están los máquinas" de Almeida y el "comienza un nuevo momento para Madrid y para España" de la lideresa desde el balcón tras la victoria prácticamente consumada al 100%, el líder gallego ha dado cuenta del nuevo mantra popular: el "nuevo ciclo político" que estos datos han revelado y que, a su juicio, se trata de "una victoria de otra forma de hacer política en España". "Nos han dado su confianza, ha ganado el respeto frente a las descalificaciones", ha sostenido ante la presencia de decenas de simpatizantes., a los que ha sostenido que el PP ha ganado "limpiamente y democráticamente" las elecciones municipales y autonómicas. Unas palabras que destacan con las continuas manifestaciones de las últimas semanas sobre un supuesto pucherazo

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Feijóo ha sostenido que "son tiempos de humildad" así como que "lo difícil no es saber ganar, sino saber perder". "Tenemos la misma humildad si hubiésemos perdido y la misma grandeza que si ganamos", ha afirmado en una suerte de trabalenguas que ha continuado minutos antes de la escena tradicional de "botar". Ha sido entonces cuando el gallego ha lanzado un mensaje en clara clave nacional. "Mi momento llegará si los españoles quieren. Es el momento de los candidatos que han ganado, no es mi momento pero sí el del partido que presido", ha sostenido para después anunciar que "ahora empieza el trabajo para las elecciones generales" al ritmo de The Final Countdown y de Nochentera de Vicco.