El chaparrón que ha empapado las calles de Madrid se ha sentido con especial virulencia en la calle de Ferraz. Durante la tarde, en el cuartel general de los socialistas han contenido la razón con un tímido canto a la esperanza, aunque lo cierto es que el ambiente se contagió del tono gris de este domingo 28 de mayo. Ni Sevilla ni Valencia ni los gobiernos autonómicos en la Comunitat Valenciana, Aragón y Extremadura. La marea azul se ha apoderado del territorio nacional. Eso sí, cabe un tenue rayo de luz en la aciaga velada socialista, pero para ello habría que mirar a Barcelona. En la Ciudad Condal, Jaume Collboni se postula como favorito para alzarse con la mayoría que le otorgue el bastón de mando en el Ayuntamiento.

Todas las previsiones apuntaban a una jornada de infarto. Gran parte de los premios en liza estaban en un puño y cualquier ligero cambio de peso acabaría decantando la balanza a izquierda o derecha. Con todo, ni el más avezado de los augures demoscópicos vio venir el severo correctivo que ha recibido el PSOE. Los socialistas, a tientas resisten. Lo hacen en Asturias, también conteniendo la respiración, pero no en la Generalitat Valenciana, la joya de la corona de este 28M, que adquiere un tono azul incontestable. En el plano municipal, el cielo se ha oscurecido y el rojo ha sido fagocitado casi por completo. 

Las caras han ido arrugándose paulatinamente a medida que avanzaba el escrutinio. En Ferraz, nadie quería valorar los resultados hasta que hubiese un dibujo meridiano. Noche agria y de contener la respiración al máximo. Sin embargo, el esfuerzo fue en vano. El primer varapalo, llegó con Sevilla y la posterior confirmación de la derrota en el plano municipal general. El Partido Popular se ha impuesto con una ventaja de 2,5 puntos frente a un PSOE que ha languidecido en el barro de Génova. La capital hispalense, fue el primer croché que la derecha propinó al mentón de un Pedro Sánchez que cosecha una noche para el olvido, a expensas del rayo de luz barcelonés que ha arrojado Collboni.

Sangría en Valencia

El segundo, llegó en Valencia y por partida doble. Los populares se han impuesto en la capital del Turia. Los de Feijóo ponen su pica en el Ayuntamiento, aunque necesitan a Vox para gobernar. El bloque de la derecha se impone, por la mínima, a una izquierda debilitada conformada ya solo por Compromís y PSOE. Los socialistas, además, se tendrán que conformar con el tercer puesto, a poco menos de cinco puntos de los de Ribó.

En la Generalitat se replica los resultados de la ciudad de Valencia. El Botànic ha llegado a su fin, con la consumada desaparición de Podemos en la región. PSOE y Compromís peleaban solos contra un Partido Popular al alza y que, finalmente, ha conseguido el triunfo por una contundente ventaja de siete puntos con respecto a los del hasta ahora president, Ximo Puig. El desembarco de Joan Baldoví no le ha servido a su formación para crecer, sino todo lo contrario, retrocediendo un 2% con respecto a los comicios de mayo de 2019. La gobernabilidad de la autonomía, por tanto, queda en manos de Vox, que crece hasta los 12,5 puntos porcentuales.

Revés en Andalucía

Los ecos del terremoto se han sentido en el sur del país también, con una de las grandes plazas en liza: Sevilla. La capital hispalense, uno de los bastiones a proteger para los socialistas, ha tomado el mismo camino que la región y que Valencia. Al principio de la noche, con los primeros datos del escrutinio, se antojaba una velada plácida en este reducto sureño, pero el vuelco se consumó y el Partido Popular ha conquistado la ciudad, logrando 14 ediles y quedándose a tan solo dos de los 16 que marca la mayoría absoluta. Estos correrán a cargo de Vox, que ha logrado tres concejales. En frente, una izquierda laminada con un retroceso del PSOE y el inoperante Con Andalucía, que tan solo sentará a dos representantes en el Consistorio.

En el resto de la región, bajo dominio absolutísimo del Partido Popular de Juanma Moreno Bonilla, también se tiñe de azul. Cádiz pasa del dominio de izquierdas bajo la tutela de José María González Santos (Kichi ), a la derecha con mayoría absoluta. El síntoma se replica en Málaga, con Francisco de la Torre revalidando el dominio. En Córdoba, Huelva, Granada, Almería y Jaén también le sale cara a los conservadores.

Resiste Page, caen Lambán y Vara

Más allá de la Comunitat Valenciana, las nuevas no son buenas para Ferraz y, por supuesto, para Pedro Sánchez. En Aragón el azul se convierte en trending topic. Javier Lambán, hasta ahora presidente regional, cede el cetro territorial en favor de un Partido Popular que, como en el resto del país a excepción de Madrid, deberá entenderse con la ultraderecha para gobernar. Mirando hacia el sureste, se repite la ecuación. Guillermo Fernández Vara no consigue aplacar el “maremoto” de la derecha y claudica ante el bloque conformado por PP y Vox.

El único de los barones territoriales críticos con Ferraz que resiste, al menos con el 94% escrutado, es Emiliano García-Page. Castilla-La Mancha es de los pocos reductos que resisten el vendaval, junto a Asturias y la ciudad de Barcelona, donde Collboni tiene serias opciones de ascender a la Alcaldía. A pesar de ceder dos escaños, el presidente castellanomanchego retiene el poder autonómico en un escenario de lo más ajustado, con un escaño por Ciudad Real bailando constantemente entre el bloque de derechas y los socialistas.

Autocrítica en Ferraz

La portavoz socialista y ministra de Educación, Pilar Alegría, ha desfilado por la sala de prensa de Ferraz al filo de la medianoche. "Recogemos el guante y nos ponemos a trabajar". Con esas palabras puede resumirse la escueta intervención la dirigente del PSOE, visiblemente decepcionada con unos resultados que "no esperábamos". De hecho, ha admitido, tras felicitar al Partido Popular por la victoria, que la expectativa pasaba por ahormar "mayorías de progreso" gracias a la movilización del voto progresista, aunque este no se ha producido.

En cualquier caso, entienden que la ciudadanía les ha dado un toque de atención y prometen "trabajo" de aquí en adelante para recuperar la "confianza" de los electores. "Tenemos que hacer una reflexión de cara a los próximos meses", ha señalado la portavoz socialista, que desde ya se ponen manos a la obra "con más intensidad".

La izquierda a la izquierda del PSOE, se hunde

Los problemas crecen en el sector a la izquierda del PSOE, que no sigue sin dar con la clave para sumar al bloque progresista. La fragmentación ha desangrado a este espacio. En Madrid, Unidas Podemos ni tan siquiera ha conseguido representación en el Ayuntamiento ni en la Comunidad. Tan sólo Más Madrid ha aguantado el tipo, aunque ha tenido que pelearlo codo con codo con unos sorprendentes Juan Lobato y Reyes Maroto.

Del salto al vacío no se libran tampoco marcas consolidadas como Compromís o incluso Barcelona en Comú. El caso de Ada Colau es llamativo, pues desde su derecha, Jaume Collboni ha fagocitado su ventaja hasta dar el sorpasso y situarse como favorito a arrebatarle a Jordi Trias la alcaldía que ha prometido este mismo domingo. El virus también baja las defensas de Compromís, a pesar del desembarco de Joan Baldoví. Ni en la Comunidad Valenciana ni en la ciudad han evitado la hemorragia.