El pasado mes de julio, la candidata de Vox a la presidencia de la Junta de Andalucía, Macarena Olona, anunciaba que abandonaba la política, alegando motivos de salud. Olona expresaba, a través de un comunicado en su cuenta de Twitter, que se encontraba en una situación “incompatible con la exposición mediática que Andalucía merece”, y que dejaría la actividad política debido a ello.

Sin embargo, su argumento no pareció convencer a algunas de las personas más próximas al núcleo duro de la formación de extrema derecha. “No la vamos a echar de menos”, aseguraban en su momento, poniendo en duda que la razón del abandono se debiera a esa “incompatibilidad con la exposición mediática y la entrega que Andalucía merece y exigiría” a la que Olona hacía referencia en su comunicado, y dejando caer que la renuncia de la alicantina podría deberse a los malos resultados obtenidos en las elecciones andaluzas.

“Desde las elecciones, la situación de Olona ha sido un quebradero de cabeza en la dirección de Vox. Fue ella misma quien pidió presentarse a las elecciones”, aseguraban estas mismas fuentes en conversaciones con ElPlural.com. En concreto, estas voces explicaban que Olona, la gran esperanza de la ultraderecha española, no quiso quedarse en Andalucía pese a encapricharse y pedir abiertamente liderar la candidatura de Vox en la región, que partió con esperanzas de victoria pero acabó siendo el fracaso electoral más sonado desde que los de Abascal consiguiesen 12 escaños en el Parlamento de Andalucía hace cuatro años.

Las bases del partido, disgustadas ante su marcha

El retiro político de Macarena Olona ha traído otra consecuencia inesperada para Vox, y es que el número de afiliados al partido de extrema derecha ha disminuido sensiblemente desde su marcha, perdiendo así una buena parte de sus bases sociales.

Este fenómeno se achaca al tirón social con el que cuenta la alicantina, que pese al fracaso en las elecciones andaluzas y de las polémicas que giraron en torno a su lugar de residencia durante la campaña, sigue contando con el apoyo y el cariño de buena parte de los seguidores del partido. Por ello, al abandonar la formación la alicantina, también lo hicieron parte de sus seguidores acérrimos.

A su vez, las mismas fuentes mencionadas previamente indican que “se ve con cierto temor” que Macarena Olona lleve a cabo un “movimiento individual”, aprovechando el respaldo social con el que cuenta y dando lugar a una rivalidad con el propio Vox por el voto del electorado de extrema derecha. También se han mostrado críticos con su expedición en el Camino de Santiago, del que dicen que consiste en “una gira triunfal que aprovechará para darse un baño de masas” y que es un claro “movimiento político”.

Un movimiento enfocado hacia las Generales de 2023

Pese a las tensiones que la salida de Olona ha generado en el seno del partido, la puerta a su retorno ha quedado abierta por los motivos expuestos: La tendencia a la baja en la afiliación, su potencial como figura pública y el temor a que tome la justicia por su mano con una formación alternativa. La alicantina volvería de cara a las Elecciones Generales de 2023 con un perfil potente dentro de la estructura del partido, con el fin de relanzar la imagen del mismo y de dejar un margen de tiempo suficiente para que el batacazo andaluz quede en el olvido y no pase factura.