El drama de los náufragos del Open Arms parece haber acabado. Pero las consecuencias de los hechos distan todavía de tener final. Al igual que sucedió con las negociaciones de la fallida investidura de Pedro Sánchez, ha comenzado ahora la batalla por el relato. Desde Moncloa afirman y reafirman que la gestión de la situación por parte del Gobierno español ha estado a la altura de la ocasión. Sin embargo, la oposición, los supuestos aliados e incluso la propia ONG no comparten esa opinión y han criticado duramente al Ejecutivo socialista por su lenta y tibia respuesta.

Unos reproches que se han centrado principalmente en la figura de Carmen Calvo. Con Sánchez de vacaciones en Doñana, la vicepresidenta del Gobierno en funciones ha asumido el papel de portavoz del Ejecutivo en este tema. Prácticamente a diario, Calvo ha comparecido en diferentes medios de comunicación para repasar las últimas novedades del Open Arms, con el desgaste que supone tal exposición mediática. Un deterioro que se ha podido seguir en directo, y que se ha magnificado exponencialmente una vez que todo ha tenido un final.

Partido Popular y Ciudadanos ya han registrado un escrito en el Congreso de los Diputados para que el presidente del Gobierno en funciones explique sus "cambios de opinión" respecto al destino del Open Arms. Una exigencia que en un primer momento Unidas Podemos apoyó, aunque poco después rebajaron la presión y demandaron que fuera Calvo la que tuviera que dar explicaciones. De esta manera, si la formación morada no apoya la solicitud de azules y naranjas, la propuesta será rechazada la semana que viene por la Diputación Permanente. 

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De Calvo a Calvini

El propio Open Arms también ha cargado varias veces duramente contra la vicepresidenta del Gobierno. La relación entre ambos erosionó cuando Calvo dijo en una entrevista en la Cadena Ser que el buque español se había negado a desembarcar en Malta. Un trato que terminó de romperse cuando aseguró que el barco no tenía "permiso para rescatar". Así las cosas, el fundador del barco, Oscar Camps, aseguró poco después de pisar tierra firme en la isla de Lampedusa que "a menudo" no sabía si la que hablaba "era ella (refiriéndose a Calvo) de verdad o Salvini de ventrílocuo".  

Una comparación a la que se ha sumado también la formación morada. El propio Pablo Iglesias no ha tenido reparos en compartir un tuit de Pedro Honrubia, diputado de Podemos en la Cámara Baja, quien en un juego de palabras volvía a unir a la vicepresidenta con el ministro de Interior italiano. Hay que recordar que Calvo es una de las personas que más ha criticado a Podemos su decisión de no apoyar la investidura de Sánchez.

También muy dura se ha mostrado la portavoz de Podemos en el Congreso, Ione Belarra. Esta ha criticado la tibieza que ha mostrado el Gobierno español con el italiano. "Ojalá Carmen Calvo hubiera sido la mitad dura con Salvini de lo que está siendo con el Open Arms y con las personas de migrantes. Equivocar el enemigo es muy peligroso", escribía en un mensaje en Twitter que ha sido muy compartido y comentado.

Calvo se defiende

Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno se ha defendido de estas acusaciones tirando de ironía. "Todo el mundo sabe que me parezco mucho a Salvini de toda la vida. Que milito en el mismo partido. Que tengo las mismas ideas que Salvini. Llevo toda la vida en la izquierda española, en el socialismo y en el feminismo. Es decir, que Salvini y yo somos perfectamente iguales", afirmaba en una comparecencia de prensa en Córdoba.