Balas saca pecho pese a las sombras en las investigaciones de la UCO: "Aquí hay dragones"

“Este año, aunque pueda parecer otra cosa, no es distinto a los anteriores. Hemos trabajado igual. Os habéis dejado la piel en cada cometido que os han requerido. Os habéis implicado y comprometido más allá de lo exigido […]. Habéis cumplido”. Estas palabras salieron de la garganta del teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil durante su discurso en la comida de Navidad hace unos días. Un alegato con un objetivo claro: justificar el trabajo del cuerpo frente a todas las críticas en un año de más actividad de lo normal. El Instituto Armado ha caminado en el filo de la navaja durante este 2025, especialmente expuesto tras su papel en la investigación del caso Montoro y los retrasos con el informe del proceso de Alberto González Amador, novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Así, Balas, como ya hicieran en privado algunos miembros de la unidad tras la condena al ya ex fiscal general del Estado Álvaro García Ortiz, ha cerrado filas en torno a sus subordinados y un trabajador que califica como “callado y sin descanso”. Y es que, además de esta causa y la de la pareja de Díaz Ayuso, la sobreactividad de la UCO ha rasgado – o intentado - las costuras del Partido Socialista y del Gobierno en instrucciones como la de Begoña Gómez, el caso Koldo o el hermano del jefe del Ejecutivo, David Sánchez. Todas ellas, además, bajo el foco mediático; lo cual ha provocado un aluvión de reacciones – sobre todo desde el espacio progresista – negativas y que cuestionan los métodos de la unidad.

De ahí que Balas, sabedor de toda la presión que soporta el cuerpo, saque pecho por ese “espíritu de sacrificio” que les permite “franquear cualquier obstáculo y superar toda adversidad”. Labor que, según el teniente coronel, los lleva a liderar investigaciones “enraizadas en lo más oscuro de nuestra sociedad”. “No eludiremos nuestro deber, nunca lo hicimos. Nunca lo hicieron”, vindicaba el jefe de la UCO, al tiempo que advertía de que “nunca” han querido estar “en otro sitio que no sea el de mayor riesgo y fatiga” para construir “una mejor sociedad”.

De hecho, el mismo Balas deambula en su discurso por el alto grado de exposición en el que se encuentra su destacamento, describiéndolo como un “nuevo peligro” inherente a estos trabajos de extrema complejidad. Por ello, arenga a los suyos para acometer sus labores desde las fórmulas “ya prescritas” en su Cartilla: “Serenidad, seriedad, profesionalidad, silencio y objetividad”. Cinco pilares comprometidos – según algunos actores políticos – por la acción de una brigada que actúa a dos velocidades en función del signo de los investigados - según denuncian desde postulados progresistas –.

“Un nuevo camino”

El teniente coronel se jacta de “abrir un nuevo camino” que desemboca – dice – en el “cumplimiento de nuestro deber”. Dibuja a su brigada como descubridora de una vía “inédita” para ser transitada por quienes les “sucederán” para que, al mismo tiempo, sean ellos quienes “abran otros caminos de servicio a la sociedad”. Esboza una comparación con las leyendas que figuraban en mapas medievales, donde el terreno ignoto se advertía con la locución latina ‘Hic sunt Dracones’ – “aquí hay dragones” -. Pero a los agentes – continúa – les era indiferente “los dragones que pudiese haber” y apeló a uno de los lemas del cuerpo: “Todos somos uno”.

Balas alabó el “rigor y la objetividad” de sus agentes, valores que definió como un auténtico “escudo” frente a quienes pretenden “mellar” la credibilidad de la unidad. Unas palabras pronunciadas este miércoles, a modo de bienvenida, en un encuentro interno del departamento, según fuentes próximas al evento. Antes de concluir, agradeció a todos sus compañeros la lealtad, el compromiso, valentía y resistencia desplegadas en este complejo ejercicio. Un mensaje interno que trata de reivindicar la independencia del cuerpo frente a las dudas que ofrecen sus actuaciones. Mientras tanto, aún se espera ese informe sobre el caso del novio de Ayuso que no ha llegado porque – según su relato – fue culpa de la Justicia.