Crece la tensión entre Emiliano García-Page y la Ejecutiva federal del PSOE. El presidente de Castilla-La Mancha valoró el lunes los resultados de las elecciones gallegas y exigió a Pedro Sánchez unareflexión profunda” tras el batacazo en Galicia. La número dos socialista, María Jesús Montero, le instó a recordar “cuál es la camiseta de su equipo”. El barón castellanomanchego, el único con mayoría absoluta, no ha enfriado las tiranteces con Ferraz y ha apelado a la “libertad” histórica de sus siglas para replicar a la vicepresidenta del Gobierno: “La camiseta del PSOE no es una camisa de fuerza, es una camisa de libertad”.

Page ha protagonizado el foro Castilla-La Mancha, destino inversor organizado por El Confidencial. Acto que se enmarca en un nuevo episodio de tensión entre el único barón socialista con mayoría absoluta y la Ejecutiva federal del partido, a cuenta del batacazo del PSdeG en las elecciones gallegas de este pasado domingo. El presidente autonómico, enemigo número uno del “argumentario” y siempre soberano en sus valoraciones, alimentó el fuego interno en plena resaca electoral. Descargó de responsabilidad a José Ramón Gómez Besteiro para atribuírsela, a contracorriente de la cúpula, al líder de la formación y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El lunes supuró la herida que nunca se cierra en el Partido Socialista. La opinión de Page encendió la llama en Ferraz. La cúpula, que en la mayoría de afrentas con su barón territorial opta por dejar que el fuego se consuma, entró al trapo. María Jesús Montero, número dos del aparato socialista, no rehuyó el cuerpo a cuerpo con el barón, al que le lanzó un recado a modo de recordatorio: “Uno tiene que saber cuál es la camiseta de su equipo”.

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Ofensiva contra Ferraz

La vicepresidenta primera del Gobierno despachó de esta guisa el asunto con la esperanza de que la sangre no llegara al río y Page se mordiera la lengua. Pero este nuevo capítulo no tiene visos de seguir el guion establecido. El presidente de Castilla-La Mancha tampoco ha dejado pasar su oportunidad de exhibir su “autonomía” ante la cúpula de su partido. Page ha insistido en dar más voz a su mensaje inicial, que no pasa sino por un análisis exhaustivo de lo que él interpreta como un toque de atención más en el plano autonómico. El objetivo, a su juicio, ha de orientarse hacia una redefinición del proyecto territorial socialista que evite ese “ciclón electoral” que se avecina.

Page: "Hay que acabar con el frentismo y recuperar la posibilidad de grandes acuerdos de Estado"

Por eso, Page incide en sus tesis, apelando a que “la camiseta del PSOE no es una camisa de fuerza, sino de libertad”. Recordatorio personalizado a María Jesús Montero al tiempo que subraya que esas siglas conceden la potestad de “decir las cosas con ánimo de mejorar”. El barón socialista ha censurado la política “frentista” y de “bloques fratricidas” en la que ha estado atrapado. Al menos a su modo de ver, pues reivindica su posición como voz soberana frente a la narrativa oficialista de Madrid.

Con todo, ha defendido su posicionamiento, aferrándose a la “autocrítica” que a su modo de ver falta entre la zona noble del partido. Entiende que sólo desde una profunda y sincera reflexión se puede impedir que un “ciclo hostil” mute a un “ciclón electoral” que arrase todo lo construido. Apuntalando su mensaje del lunes, remarcó que las siglas del PSOE están a años luz del “populismo” y, de nuevo, del “frentismo”. Insistió en que “no hay que engañarse” y afrontar el resultado gallego con sinceridad y centralizando el foco en lo que para Page es el principal problema: los aliados independentistas.

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Insiste en su mensaje

Por ese motivo, el lunes no ocultó su esperanza ante la derrota del “independentismo”. O de Puigdemont, como se automatizó a continuación. Las “compañías nacionalistas” del PSOE hacen “imposible” que las dos fuerzas primarias del arco parlamentario (PP y PSOE) cierren acuerdos desde la “parte central” del tablero de juego. El lugar donde, en su opinión, se encuentra “la mayoría de la gente”. Page censura la “batidora tourmix” de ese “frentismo” político que se bebe del manantial populista para “buscar la solución fácil”.

 De ahí que el jefe del Ejecutivo de Castilla-La Mancha introdujera el nombre de Carles Puigdemont, pues lucha para que el expresident catalán “no termine de colocar una camisa de fuerza a las instituciones del Estado”. Page redunda en la reconstrucción de puentes entre los dos partidos tradicionales, quienes deben ser capaces de “llegar a acuerdos” y aislarse de los bloques periféricos y populistas. “Hay que acabar con el frentismo y recuperar la posibilidad de grandes acuerdos de Estado. Hoy parece un sacrilegio decirlo”, ha apuntado el barón socialista, quien insiste en que el PSOE debe pelar por recuperar sus señas de identidad y no desatornillarse de la silla centrista.

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