Si algo ha puesto de manifiesto la campaña de cara a las elecciones del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid es que la ideología comunista arrastra ya una pesada losa hasta el punto de que se ha convertido en un insulto utilizado como arma arrojadiza. La presidenta de la región, Isabel Díaz Ayuso, concretó el discurso de PP y Vox contra el "Gobierno socialcomunista, ilegítimo y golpista" en un eslogan que vertebró la campaña electoral desde la disolución de la Asamblea: Comunismo o Libertad. Una contraposición dicotómica. Una dualidad de la que la izquierda trata de despojarse, sacudiéndose las acusaciones poco menos que pidiendo perdón por acercarse si quiera a los valores socialistas. El más señalado ha sido, lógicamente y dados sus antecedentes, Pablo Iglesias. Sus orígenes son de sobra conocidos, pero cabe preguntarse si a día de hoy lo continúa siendo.

Hay un famoso vídeo del secretario general morado en unas jornadas de las Juventudes Comunistas en las que afirmó que “la palabra democracia mola, habrá que disputársela al enemigo cuando hagamos política. La palabra dictadura no mola, no hay manera de vender la dictadura del proletariado, aunque sea la máxima expresión de la democracia”.

Más recientemente, en el programa de la SER Buenismo Bien, ante la disyuntiva de “comunismo o libertad”, Iglesias fue tajante: “Comunismo”.

Año 2016. Mes de junio. Pablo Iglesias es entrevistado en El Objetivo de Ana Pastor de cara a las elecciones del 26 de junio. La presentadora le pone un vídeo con varios momentos de su carrera televisiva en platós de Intereconomía y 13TV en los que admite ser comunista y hace una defensa férrea de la ideología. Tras el visionado, Pastor le pregunta e Iglesias titubea: “Nos hacemos mayores y cuando uno es candidato a la presidencia tiene que decir las cosas que puede hacer. Me siento orgulloso de haber sido un joven comunista. Como candidato a la presidencia y como presidente, no [soy comunista]. Socialista como Allende”. Y se justificó alegando que “las etiquetas ideológicas se definen en función del contexto histórico”.

¿Qué opina la gente?

Hasta ahora hemos visto lo que él mismo ha dicho en diversos momentos de su vida. Pero, ¿qué piensa la gente del Pablo Iglesias actual?

Según datos del barómetro publicado en abril del 2021 por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 48% de los encuestados sitúa a Iglesias en el 1 en una escala del 1 al 10, siendo el 1 la izquierda y el 10 la derecha. La media le sitúa en el 2, lejos aún del 3,7 de Pedro Sánchez. 

Captura del CIS sobre la valoración ideológica de Iglesias

Esa es la media, pero ocurre un fenómeno interesante. A medida que la autoubicación ideológica se escora hacia la derecha se tiende a situar a Iglesias más a la izquierda.

Valoración Iglesias por autoubicación ideológica

¿Qué dicen los Partidos Comunistas?

El PCE se ha diluido en Izquierda Unida que a su vez ha hecho lo propio en Unidas Podemos, de tal manera que si bien es cierto que los morados cuentan con sectores comunistas, su presencia se ha disuelto como mantequilla untada sobre demasiado pan. Esto propició la proliferación y el auge de otros partidos comunistas que lamentan el abandono y la laxitud del PCE al tiempo que reivindican la pureza de los valores comunistas. Es el caso del PCTE, el Partido Comunista de los Trabajadores de España, cuya opinión de Pablo Iglesias no puede ser más clara.

En una entrevista en ElPlural.com, el candidato del PCTE a la Comunidad de Madrid, Alberto Colomo, explicó que “cabría primero preguntarse qué Pablo Iglesias. El que prometió asaltar los cielos o el que desde el sillón ha puesto todo tipo de excusas para justificar que no podían hacer ni sus más tímidas propuestas electorales”.

Y añadió: “No es comunista. Sí tiene cierta formación marxista, pero o no ha entendido nada o la utiliza para fines contrarios a lo que es el marxismo. Ni Unidas Podemos, ni Más Madrid, ni un hipotético gobierno de izquierdas contaría con nuestro apoyo si estuviera en nuestra mano porque hemos decidido dejar de apostar por la lógica del mal menor eligiendo el mal necesario. Es retroceder décadas en nivel de conciencia y en capacidad organizativa y de lucha. Y por supuesto, ha retrocedido la visión del horizonte de superación del capitalismo, que es lo que nosotros traemos al presente”.

El comunismo “es la doctrina de las condiciones de la liberación del proletariado”, tal y como reza Friedrich Engels en Principios del Comunismo. La misma obra recoge que la actitud de los comunistas con respecto a los demás partidos políticos debe ser de cooperación toda vez que se acerquen a sus postulados: “Los comunistas tienen intereses comunes con diversos partidos democráticos, con la particularidad de que esta comunidad de intereses es tanto mayor cuando más los demócratas se acercan a los objetivos comunistas en las medidas socialistas”. Es decir, “cuanto más clara y explícitamente defienden los intereses del proletariado y cuanto más se apoyan en el proletariado”.

Esto justificaría uno de los aspectos que más critican los comunistas puros a Iglesias, la camaradería con otras formaciones políticas y con la patronal. Pero no es objeto de este artículo repartir carnets de pureza ideológica ni interpretar la basta literatura desde los esfuerzos de identificación teórica de Karl Marx.

El viaje de Iglesias

Nadie duda de la formación marxista y de la defensa de los valores comunistas y socialistas que Iglesias ha realizado en más de una ocasión. Pero lo cierto es que aquel joven y orgulloso comunista ha dado paso a un Iglesias más pragmático. Cuando fundó Unidas Podemos abandonó la pureza comunista para abonarse a la lógica de articulación populista. Es una cuestión estratégica, no ideológica. El siguiente vídeo es el ejemplo perfecto del viraje dado por el líder morado: sigue defendiendo los mismos principios socialistas pero huye del concepto puro y de lo que representa por cuestiones estéticas.