Macarena Olona ha regresado al Congreso de los Diputados cargada de pullas con un destinatario claro: su anterior partido, Vox. La exportavoz ultraderechista ha registrado en la Cámara Baja una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) sobre protección a menores en contextos de violencia machista y, pese a rechazar pronunciarse sobre asuntos no relacionados con la propuesta, ha propinado más de uno y de dos rejonazos. Olona ha lamentado que su discurso contra la violencia de género “se haya podido utilizar por quienes viven en una caverna y son negacionistas de la violencia machista”. “Dejen de utilizarme”, ha exigido; acusando a los “negacionistas de falta de educación”.

La presidenta de la Fundación Igualdad Iberoamericana, plataforma que lanzó en noviembre tras recorrer el Camino de Santiago en el que encontró su inspiración, ha negado la violencia de género, diferenciándola de la machista: “La violencia de género no existe, pero es una batalla por el lenguaje que ya se dio en 2004. Hablar de violencia de género supone criminalizar al 50% de la población. Un hombre que mata no lo hace por ser hombre, un hombre mata por entender que es su mujer en términos machistas”. En consecuencia, ha razonado, “la violencia machista por supuesto que existe”; pero “no todo asesinato tiene por causa el machismo”.

Con estos argumentos como cimientos, Olona ha desgranado su ILP. Al abrigo de la reforma de la legislación civil que suspendía la guardia y custodia o las visitas y estancias de los progenitores inmersos en procesos de violencia de género, la ex de Vox pide incorporar a las mujeres también porque “una madre que maltrata no puede ser una buena madre”. Además, la propuesta recoge que las denuncias falsas contra cualquiera de los progenitores se considerarán violencia, de manera que si una mujer demanda a su marido y un juez determina que no hubo violencia de género, esta perdería la guardia y custodia de los hijos.

“Si circunscribimos la protección de los menores al ámbito de la violencia de género, dejamos fuera a las familias de personas homosexuales, a quienes incluimos explícitamente”, ha razonado; remachando que, además, “se dan situaciones en que muchas familias tienes hijos huérfanos de padres vivos porque una legislación establece esa suspensión de relaciones paternofiliales”.

Preguntada por si ha comentado la iniciativa popular con sus ex compañeros de partido con el objetivo de recabar su apoyo e impulsarla, Olona ha respondido que “no he hablado con ningún grupo parlamentario” antes de registrar la iniciativa. La ILP deberá ahora ser sometida a examen para su admisión, que podría despacharla a mediados de febrero y, si la reforma del Código Penal propuesta cuenta con todas las garantías, se remitirá a la Junta Electoral Central para iniciar el proceso de recogida de firmas. Se requieren 500.000, por lo que “ya contamos con un ejército de voluntarios” y, “cuando las consigamos, todos los grupos tendrán que pronunciarse”. La iniciativa admite enmiendas y debate parlamentario.

"Para quienes puedan buscar algún elemento para atacarme, he pedido un día de asuntos propios para estar aquí"

Olona no ha aclarado futuros pasos, ni siquiera si se presentará como candidata a unas elecciones en algún momento futuro bajo el escudo de un tímido “no quiero desviar la atención”. Sin embargo, a su cartucho aún le quedaba una bala: “Ahora sirvo a los españoles desde mi puesto como abogada del Estado, principalmente. Que por cierto, para quienes puedan buscar algún elemento para atacarme, he pedido un día de asuntos propios para estar aquí”. Por último, ha puntualizado que la ILP concentrará la mayor parte de sus esfuerzos porque queda mucha senda por recorrer y, “sin perjuicio de otros asuntos y del trabajo de la Fundación que presido, ya va a ser tarea suficiente”.

El plazo para recabar el medio millón de firmas requeridas para forzar el debate parlamentario es de nueve meses, pero según fuentes cercanas de su equipo, esperan lograr el objetivo mucho antes. La ILP atesora una notable diferencia con respecto a otras propuestas y es que no decae en caso de no prosperar en la legislatura en la que se impulsa, por lo que no se verá afectada por la convocatoria de elecciones generales. Sí que puede tener que recorrer nuevamente pasos ya superados para que la nueva correlación de fuerzas saliente de las urnas permita a todos los grupos participar.