Este viernes, Olona mostrará sus cartas respecto a su nuevo proyecto. A ella no le gusta el término "político" por las connotaciones electorales que entraña. Sin embargo, será un movimiento en defensa de "Dios y la patria", como confirman fuentes cercanas a la exdiputada de Vox. Y eso, irremediablemente, es un proyecto político. Saber si formará un partido político o no, es lo que todo el mundo quiere saber. En Vox, los primeros. La incertidumbre y la mística rodea a la nueva familia de Macarena Olona. Uno de sus seguidores, muestra su deseo: "Ojalá algún día podamos votarla". Pese a todas las elucubraciones, su guardia pretoriana cierra filas. Secretismo total.

Ella misma no ha ocultado esa posibilidad. Así se expresó en una entrevista con Canal Sur Radio esta semana: "Lo esencial en el momento político y en el contexto actual es tener mucha altura de miras y mucho sentido de Estado y no fragmentar actualmente el panorama político. Si Vox dejase de ser alternativa, y las próximas elecciones municipales pueden ser un indicador al respecto, lo que tengo claro es que quiero estar al lado de los españoles y servir a los españoles".

Algo parecido apuntó en exclusiva a ElPlural.com: "Después de tantas semanas de caminar, de reflexionar y de valorar todos los proyectos que se me han puesto por delante, creo que he encontrado el proyecto adecuado para seguir sirviendo a los españoles, y no es excluyente de otros proyectos que puedan surgir. Pero desde luego es hacia donde van a encaminarse las cosas en este momento". Y añadió "Tengo una voluntad inmensa de seguir al servicio de los españoles. ¿Hacia dónde? Hacia donde quieran ellos. Eso lo tengo clarísimo.Más claro, agua".

El nuevo proyecto de Olona, desde el activismo y la política civil, es útil por varias razones. En primer lugar, crea estructura. Afinidades, seguidores y nuevas amistades. También es importante seguir reuniendo capital económico para sufragar un proyecto ambicioso con el que conquistar España. Buscar luchas con las que seguir ganando adeptos y futuros votos. Nuevas víctimas silenciadas por el stablishment a las que dar apoyo emocional y jurídico. Potenciar el lado humano. El misticismo. Seguir creando lazos con los círculos de Vox defraudados con el partido y víctimas de la deriva militar y autoritaria de personajes oscuros como Javier Ortega Smith y sus secuaces. Vox se desangra y pierde apoyos. Ahí esta Olona para ofrecerles un nuevo espacio. Frente a la masculinidad, feminidad. Conectar con las mujeres, lugar en el que puede hacer daño a Santiago Abascal. En definitiva, intentar buscar la tan ansiada transversalidad que ansían los populismos y que muy pocos mantienen.

El sitio elegido, la Casa América de Madrid, no es casualidad. Olona lleva varias semanas creando lazos en Iberoamérica. Una visión transatlántica que se torna en un aspecto clave de cara a su sueño político. Dos mundos unidos por una historia, una cultura y una religión. La Fundación Igualdad Iberoamericana ha sido el nombre elegido para el proyecto afincado en Panamá. Un lugar en el que defender la Hispanidad, la fe cristiana y hacer política contra la ideología de género. Un ejemplo más de su activa batalla cultural. Pico y pala.

Estos gérmenes nos llevan a una evolución lógica y natural. Pasar de la acción cívica a la política. Hay un público vacío electoralmente que reclama a Macarena Olona. Pero todavía demasiado pequeño. Ray Loriga dice en Trífero que "solo los tontos enloquecen al sentir el tacto del tesoro". Y Olona, tonta, no es.