El ex canciller alemán Helmut Kohl, un coloso de la historia contemporánea europea y padre de la reunificación de su país, ha muerto este viernes a los 87 años tras una larga enfermedad, según informa el diario Bild. Kohl, el líder alemán que más años permaneció en el poder desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, murió en su casa de Ludwigshafen, en el este de Renania-Palatinado, ha informado el diario germano, que mantenía estrechos vínculos con el político conservador. El que fuera canciller de Alemania entre 1982 y 1998 estuvo en un estado crítico de salud en 2015 tras someterse a una operación de colon.
Kohl, que presidió durante 25 años la CDU y es considerado el artífice de la reunificación alemana, vivía prácticamente retirado. Una de las últimas ocasiones en las que se pudo ver en público fue en octubre de 2014 durante la presentación en la Feria del Libro de Fráncfort de una reedición de sus memorias con motivo del 25 aniversario de la caída del muro de Berlín. La CDU ha rendido homenaje en las redes sociales a su ex presidente y ha compartido una foto con el mensaje: "lloramos".
Wir trauern. #RIP #HelmutKohl pic.twitter.com/oabr1NoWim
— CDU Deutschlands (@CDU) 16 de junio de 2017
El gran mérito de Helmut Kohl fue saber leer a tiempo los signos de la Historia. Inmediatamente después de la caída del Muro de Berlín, nadie pensaba que aquel acontecimiento, histórico por sí mismo, fuese a tener como consecuencia la reunificación de las dos Alemanias, pero Kohl se lanzó al proyecto con voracidad y logró la reunificación en sólo 11 meses y a pesar de la oposición de pesos pesados de la política global del momento, como Margaret Thatcher.
Cuando todavía estaba en plenas facultades y le preguntaban por su sentido de la Historia, por el momento en que creyó realmente que la reunificación alemana era posible, Kohl solía citar a Otto von Bismarck: "Cuando el manto de Dios pasa por la historia, hay que saltar y agarrarse a él". Acto seguido aclaraba que "Para eso tienen que darse tres requisitos: en primer lugar, hay que tener la visión de que se trata del manto de Dios. En segundo lugar, debe sentirse el momento histórico; y en tercer lugar, hay que saltar y querer agarrarse a él. Para esto no sólo se requiere valor. Se trata más bien de valor e inteligencia. Porque en la política no se puede actuar como el general Zieten, que decidió batallas a favor de Federico el Grande de Prusia irrumpiendo desde el bosque y arrollando al enemigo en un ataque por sorpresa; eso no es ningún modelo para la política".