En un contexto donde muchas personas buscan formas de mantenerse activas sin recurrir a rutinas de gimnasio exigentes, caminar sigue siendo una de las opciones más accesibles y sostenibles. Sus beneficios van más allá del simple movimiento: puede contribuir a mejorar la salud cardiovascular, reducir la presión arterial, estabilizar los niveles de azúcar en sangre y favorecer el bienestar emocional. Sin embargo, cuando el objetivo es adelgazar —y en particular, la reducción de grasa abdominal— una modalidad específica, conocida como caminata en pirámide, puede resultar especialmente útil. Lo mejor: no necesitas gimnasio ni equipamiento.

¿Qué es la caminata en pirámide?

Este método consiste en alternar fases de caminata con distinta intensidad. El entrenamiento comienza con un ritmo suave, seguido de aumentos progresivos de velocidad o inclinación hasta alcanzar un punto de esfuerzo máximo. Luego, la intensidad disminuye de manera gradual, replicando la estructura de una pirámide. La clave está en mantener el cuerpo en constante adaptación, lo que favorece un mayor gasto energético en comparación con caminar a un ritmo constante, de una forma parecida a lo que propone la caminata japonesa.

Qué músculos trabaja y por qué ayuda a reducir la barriga

El diseño de esta rutina permite múltiples beneficios. Por un lado, eleva el ritmo cardíaco, lo que favorece la quema de calorías. También activa con mayor intensidad los músculos de las piernas —como cuádriceps, glúteos y pantorrillas— y fortalece el abdomen al requerir mayor estabilidad durante los cambios de ritmo. Además, este tipo de entrenamiento genera lo que se conoce como “efecto afterburn” o consumo excesivo de oxígeno post-ejercicio (EPOC), lo que significa que el cuerpo sigue quemando calorías incluso después de finalizar la sesión.

Cómo empezar a caminar de esta forma

Una rutina típica de caminata en pirámide puede completarse en 20 a 25 minutos y adaptarse a distintos niveles de condición física. Se recomienda iniciar con 3 a 5 minutos de calentamiento, seguidos de fases progresivas de uno a tres minutos de incremento en velocidad o inclinación, culminando con cuatro minutos a máxima intensidad. Luego, se revierte el orden para regresar a un ritmo suave. Este esquema puede realizarse al aire libre o en cinta, y ajustarse según las necesidades individuales.

Los cuatro pasos de la caminata en pirámide

  • 3-5 minutos: calentamiento suave
  • 1-3 minutos: incremento progresivo de velocidad o inclinación
  • 4 minutos: máxima intensidad
  • 3-5 minutos: regreso gradual al ritmo inicial

Por su bajo impacto, la caminata en pirámide es apta para personas con molestias articulares o que buscan una opción menos agresiva que correr. También resulta atractiva por su variedad, que ayuda a mantener el interés y la motivación, elementos clave para sostener cualquier hábito de ejercicio a largo plazo.

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