Los presupuesto de la Generalitat Valenciana para 2024, los primero del popular Carlos Mazón como presidente apoyado por el partido ultra de Vox, traen consigo una drástica reducción, más bien un hachazo, al dinero público destinado a la partida del Instituto de Memoria Democrática, donde el presupuesto para el año que viene se reduce un 54% con respecto a 2023. Una reducción que viene directa de la mano del presidente, pues tras eliminar la Conselleria de Transparecia y Calidad Democrática, sus competencia está en una dirección general que depende directamente de Presidencia de la Generalitat. Y mientras las víctimas del franquismo ven como el dinero destinado a ellas mengua, los aficionados a los toros han sido regados con casi dos millones de euros desde la vicepresidencia del extorero de Vox, Vicente Barrera.

Así, tal y como consta en los presupuestos hechos públicos este lunes, el Instituto Valenciano de la Memoria Democrática pasará de recibir 422.000 euros anuales a 191.000, lo que supone una reducción respecto a los presupuestos del Botánico de un 54%. Pero lo realmente preocupante es que, dentro de las partidas, la que hace referencia a “inversiones reales” deja de tener una dotación de 40.000 euros a tener una de, literalmente, cero euros. Dicha inversión de 40.000 euros se destinó en 2023 para la puesta en marcha del edificio, en Alicante, que deberá albergar la sede del instituto.

En febrero de 2022, la ya desaparecida Conselleria de Calidad Democrática y la Autoridad Portuaria de Alicante suscribieron un convenio de cesión de uso del edificio de Sanidad Exterior en el Puerto de Alicante para convertirlo en la sede del Instituto Valenciano de la Memoria Democrática, un edificio de carácter histórico que fue construido en 1908. 

Tras la firma del convenio, se cuantificó el coste total en 1.360.025 euros, de los que 614.872 euros se financiaban a través del Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos (PIREP) dotado de fondos europeos y que persigue la rehabilitación sostenible de todo tipo de edificios de titularidad y uso públicos; cuantía a la que se sumaba la aportación de 745.153 euros de la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática. Una aportación que, tras estos presupuestos queda más en el aire que nunca.

Dinero para los toros

Pero si las víctimas del franquismo quedan como personas de segunda, sucede todo lo contrario con los amantes de los toros, donde se dispara el dinero público destinado a la financiación de la tauromaquia. La partida se divide en dos, una primera con 1,7 millones de euros con concurrencia pública en la que el dinero se destinará a actividades y proyectos culturales y artísticos como la tauromaquia, el cine, el teatro o la música. Pero hay una segunda, de 300.000 euros de adjudicación directa que irán destinados a la Fundación Toro de Lidia.

Es decir, tras el hachazo en los presupuestos a la Memoria Democrática, las víctimas se quedan con 191.000 frente a los 300.000 que se destinan a la Fundación Toro de Lidia, lo que supone la fundación taurina solo, sin contar el dinero de la otra partida, tendrán un 33,6% más de dinero público que el Instituto Valenciano de la Memoria Democrática.

Esta lluvia de dinero púbico para los toros se produce después de que los conocidos como bous al correr causaran en 2022 más de mil heridos y nueve muertes en la Comunidad Valenciana. Un hecho que, el vicepresidente primero y conseller de Cultura y Deporte, Vicente Barrera, minimizó el pasado mes de septiembre asegurando que, “el riesgo cero nunca va a existir” en este tipo de celebraciones, llegando a comparar a estos heridos y fallecidos delante de un morlaco con los muertos en accidentes de tráfico. “No hay riesgo cero, como no existe en la circulación, en los parques infantiles o en la feria”, afirmó Barrera.