Hasta más de 740.000 euros obligó a pagar el Gobierno de Esperanza Aguirre a las empresas adjudicatarias de las ampliaciones del Metro de 2007 para celebrar fiestas populares con las que darse baños de masas. Eventos con artistas de la talla de Isabel Pantoja o Antonio Carmona, con paellas o chocolatadas populares, fuegos artificiales… Un peaje asequible cuando te han concedido casi 700 millones de euros. Todo el dinero, eso sí, iba a parar a la misma empresa vinculada a la Púnica, Waiter Music, que luego recompensaría a Francisco Granados por sus desvelos con fiestas de cumpleaños y cenas gratis total.

Es la conclusión a la que ha llegado la Guardia Civil en un informe de su Unidad Central Operativa (UCO), entregado al juzgado que investiga la Púnica, el pasado 9 de septiembre de 2017, y al que ha tenido acceso ELPLURAL.COM.

En total, son tres empresas las que participaron en el cambalache (Dragados, Sacyr y FCC), las mismas que se llevaron el contrato para la ampliación del Metro en 2004 cuando Francisco Granados era consejero de Transportes.

FCC recibió 176.709.886 euros para llevar el Metro a Villaverde y Usera. Dragados, 285.939.447 euros para la ampliación a Coslada y a San Fernando de Henares y Sacyr, 227.385.756 euros para otra sección de la misma obra.

 La Guardia Civil destaca que “entidades como Sacyr, Dragados y FCC, empresas distintas entre sí, hubieran coincidido en contratar a Waiter Music para la organización de los eventos”. Y las pruebas apuntan a Edelmiro Galván, asesor de Granados, y Jesús Trabada, consejero delegado de la empresa pública MINTRA, quienes en varios correos hacen de intermediarios entre las adjudicatarias y Waiter Music.

De hecho, según las pruebas recogidas en el informes, Dragados y Sacyr “tuvieron conocimiento de que se les iba a facturar el coste de las inauguraciones en fechas posteriores a estas” y no supervisaron la organización de las fiestas. Ni siquiera Waiter Music sabía quién iba a pagar los eventos, así que adelantó los 747.000 euros que costaron, algo que sólo se podría haber llevado a cabo si tuviera confirmación por parte de cargos públicos como Edelmiro Galván o Jesús Trabada”.


Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre inauguran el Metro a Villaverde y Usera. MADRID.ORG

A cambio, el responsable de Waiter Music, José Luis Huerta Valbuena, “habría sufragado la organización y celebración de eventos privados cuyo coste a favor del entonces Consejero de Presidencia [Francisco Granados] fue soportado por la mercantil”. Eventos que “consistieron en una fiesta de cumpleaños celebrado el 22 de enero de 2008, que tuvo un coste de 9.166,98 euros” u “otro evento para Francisco Granados en el restaurante Chirón de Valdemoro cuyo coste fue de 1.000 euros”.

Baños de multitudes para Aguirre

Las fiestas pagadas por las empresas tenían la categoría de verbena popular. El 5 de mayo de 2007, Coslada y San Fernando de Henares se engalanaron para la llegada de la Línea 7 de Metro. Hubo conciertos de Antonio Carmona, Efecto Mariposa e Iguana Tango. Cada pueblo tuvo su propia paella popular, su castillo de fuegos artificiales, un autobús descapotable con charanga, chocolatada con churros, Haimas, un parque infantil… Dos fiestas gemelas de las que Sacyr pagó 89.552 euros, el 20%, y Dragados 358.208 euros.

 

Aunque para “fiesta popular”, como destacaba la factura de Waiter Music, la de Villaverde y Usera, que duró del 20 al 21 de abril de 2007. En realidad, el esquema era calcado: chocolatada, paella, fuegos artificiales… Todo calcado, excepto el concierto, donde hubo más caché. La actuación de Medina Azahara y de Isabel Pantoja se llevaron casi el 30% del presupuesto. Eran los tiempos previos a Malaya, antes de que el PP vetase a Pantoja,  y en total se facturaron 89.600 euros de concierto de una fiesta que le costó a FCC 299.601,32 euros.

 

Las crónicas de la época recogen el jolgorio con que los dirigentes del PP fueron recibidos en estos barrios obreros de Madrid, como esta de ABC:

Desde luego, lo de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón fue ayer un baño de multitudes. “Hoy se llevan más votos a casa”, comentaban socarronamente algunos vecinos. Lo cierto es que se piropeaba sin parar a los dos políticos, especialmente a Esperanza Aguirre. Desde ese “¡Guapa, guapa!” hasta un “tú sí que eres una tía de palabra”, fueron algunas de las frases dedicadas a la presidenta regional. Una vecina, Carmen de la Llave, fue mucho más directa cuando Aguirre llegó a la entrada exterior de la estación Hospital Doce de Octubre: “Gracias, muchas gracias Esperanza por todo lo que estás haciendo. Es la única que cumple lo que promete en cuanto al Metro, los colegios, los mayores ... ¡Tendría que llegar a la presidencia del Gobierno!”, decía esta mujer a voz en grito.

Las declaraciones de los testigos de las tres empresas constructoras no dejan lugar a dudas. El de Sacyr ni sabía que sólo habían pagado el 20% y dice que “entiende que fue la Comunidad de Madrid la que organizó la fiesta y Sacyr la que colaboró en parte de los gastos”. El de Dragados declaró que era “habitual” que la empresa pagara “este tipo de eventos” pero que “en absoluto” fue él quien contrató a Waiter Music. Y el departamento jurídico de FCC le dijo al tribunal que es normal pagar este tipo de fiestas como “compensación a los vecinos que han venido soportando las molestas derivadas de la realización de determinadas obras”. Aunque los besos y abrazos de los vecinos luego se los llevara Esperanza Aguirre… gratis total.