La decimoquinta legislatura de la democracia española ha arrancado con mucha intensidad. Por parte de la derecha y de la extrema derecha, protestas, ruido y agitación en las instituciones europeas, y por parte del Ejecutivo, la toma de posiciones en política exterior, como por ejemplo el compromiso de encontrar una solución pacífica al conflicto palestino-israelí o la reprimenda a Netanyahu por el elevado número de civiles palestinos asesinados, o la inauguración del tramo que conecta la Alta Velocidad entre Madrid y Oviedo.

La pasada semana, el líder del Ejecutivo de coalición viajó a Oriente Próximo para condenar con firmeza las "atrocidades" cometidas por Hamás con su ataque del 7 de octubre, pero también para afear la "insoportable cifra" de civiles muertos en la Franja de Gaza por los bombardeos israelíes, esgrimiendo que la respuesta a un ataque terrorista no puede significar la muerte de "miles de niños". A su vez, los socialistas celebraron su primer acto después de la conformación del Gobierno, con intervenciones de la presidenta del partido, Cristina Narbona, del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y del propio Pedro Sánchez. El PP, por su parte, se encuentra inmiscuido en un proceso de reestructuración, en tanto que Feijóo ha inaugurado cuatro vicesecretarías en el organigrama del partido y ha recuperado como portavoces parlamentarios a Rafael Hernando y a Cayetana Álvarez de Toledo. Por último, pero no por ello menos importante, cabe destacar las divisiones que están aconteciendo en el seno de Sumar, con Podemos tomándose la justicia por su mano y abogando por la defensa de su autonomía parlamentaria tras quedar fuera del Gobierno de coalición.

En el panorama europeo, cabe recordar que el PP ha intentado elevar la ley de amnistía a las instituciones europeas hasta en dos ocasiones, sin éxito en ambas. Desde la Comisión Europea, aseguran que dicha norma compete al sistema legal y al marco político español, y aseguraron, en palabras del ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, suscita "cero preocupación" en su seno. No puede decirse lo mismo, también de acuerdo con Bolaños sobre las reuniones mantenidas con Didier Reynders, de la no renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). También en el marco jurídico, cabe destacar que el Tribunal Supremo ha paralizado el nombramiento de Magdalena Valerio como presidenta del Consejo de Estado, en una medida que el Ejecutivo ha calificado de "ideológica y clasista". "Respetamos la decisión del Supremo, pero no la compartimos. Consideramos que Magdalena Valerio tiene una excelente y dilatada carrera y una institución privada no debería inmiscuirse en una decisión que es exclusivamente competencia del Gobierno de España, como es el nombramiento de la presidenta del Consejo de Estado", argumentó Bolaños.

En el plano autonómico, ha tomado cierto protagonismo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, después de ser señalada por el Defensor del Pueblo por entregar becas a familias de alto poder adquisitivo y, al mismo tiempo, denegar el comedor a familias pobres. A su vez, en relación con las declaraciones de Pedro Sánchez sobre Palestina, la líder del Ejecutivo madrileño aprovechó la noticia de la prohibición del movimiento LGTBI en Rusia para tuitear, textualmente: "Los socios de los socios del Gobierno". Escandalizada por esta decisión del Ministerio de Justicia ruso, a Ayuso pareció olvidársele que en su propio Gobierno autonómico, el PP aprovechó la pasada semana su mayoría absoluta en la Asamblea para poner en marcha dos propuestas de ley que suponen los primeros retrocesos en derechos de la comunidad LGTBI de la historia de la democracia.

Así las cosas, con un panorama político tensionado y de lo más activo, cabe hacerse una pregunta: ¿cómo quedarían las cosas en unas hipotéticas elecciones a día de hoy?

Intención de voto

 

De acuerdo con los datos recogidos por ElPlural.com, el PP de Alberto Núñez Feijóo ganaría las elecciones en unos hipotéticos comicios celebrados a día de hoy, con un 36,7% de la intención de voto. Como segunda fuerza seguiría el PSOE, con un 29,9% de los apoyos, seguido del socio de Gobierno, Sumar, con 11,6% del electorado a su favor. Vox cerraría el cuarteto de los principales partidos, con un 11,4% de la intención de voto. El resto de formaciones, entre partidos regionalistas e independentistas, cosecharía un importante 5%. Comparando estos datos con la tendencia de la semana pasada, el PP sube un 0,7%, el PSOE baja medio punto, y Sumar y Vox hacen lo propio, ambos en tendencia descendente.