"El Rey nunca intervino en mis negocios ni en los de mi esposa", ha contestado Iñaki Urdangarin a las preguntas de la abogada de Manos Limpias sobre la implicación de Juan Carlos I en sus negocios. Al mismo tiempo, ha reconocido que la Casa Real estaba al tanto de todas sus actividades. Negrete le había mostrado un correo electrónico en el que se informaba al rey emérito de una intervención de Urdangarin relativa a la Copa América. "Su majestad el Rey fue informado por su afición por su involucración en el mundo de la vela", ha manifestado Urdangarin.

Sin embargo, ha vuelto a subrayar que daba cuenta de todas sus actividades con la persona asignada por Casa Real, Carlos García Revenga, el secretario de las infantas, y que los temas jurídicos los consultaba con José Manuel Romero, el conde Fontao y abogado de Juan Carlos.

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Iñaki Urdangarin durante el juicio por el 'caso Nóos'. Al fondo, en la última fila a la izquierda, está la infanta Cristina

Amonestación a Negrete

Previamente, la presidenta del tribunal, Samantha Romero, ha amonestado a la abogada de Manos limpias por insistir en un correo enviado por Urdangarin, supuestamente, al rey Juan Carlos y que fue inadmitido expresamente por el tribunal. "Le reitero. Vamos a interpretar que ha sido un error, pero si volvemos a advertir una circunstancia similar adoptaremos las medidas que consideremos oportunas", aseguró advirtiéndola de que, a la próxima, lo interpretaría como "mala fe procesal". El incidente ha provocado la suspensión del juicio para deliberar durante unos minutos.

En su intervención de esta mañana, Urdangarin también ha tratado de desvincular a su esposa de la trama. Sin embargo, a la hora de justificar por qué se incorporaron a Aizoon, la sociedad participada al 50% por el matrimonio, sus gastos personales para pagar menos impuestos, no ha resultado muy convincente. Urdangarin se ha lavado las manos y ha responsabilizado a su secretaria, Julita Cuquerella: “Cuando teníamos gastos, presentábamos los justificantes a la secretaria y ella decidía que gastos se pasaban al departamento contable”, ha asegurado.

Gastos personales

La letrada de Manos Limpias ha hecho un relato de los gastos cargados por el matrimonio a su empresa: 17.795 euros para pagar un safari familiar en África, 6.672 en un curso de coaching para la infanta, 1.357 en vinos, además de gastos de peluquería, cosméticos, farmacia y en supermercados. 

“El banco sacó dos visas, una para mí, y al ver que mi esposa tenía el 50% le hizo otra, pero la custodié yo. Nunca la tuvo ella personalmente. Las claves de su tarjeta las tenía yo o mi secretaria”, ha afirmado el exbalonmanista para exculpar a su mujer. Sin embargo, sí dijo que su secretaria hacía uso de la tarjeta Visa. "¿Para ir a la peluquería?", ha preguntado Negrete. “Lo desconozco, no sé cómo se paga, si por transferencia o por la tarjeta, pero hacía muchísimos gastos”, puntualizó.

Por el contrario, con Cristina ni siquiera hablaba de trabajo. "Los temas económicos siempre los he llevado yo, y ella los institucionales. Había una división de funciones muy clara. Sólo le pedía opinión esporádicamente. Con cuatro hijos pequeños intentábamos hablar de otras cosas que no fuera el trabajo”, ha dicho. En este punto, ha insistido en que reportaba estos temas con laspersona asignadas por Casa Real, Carlos García Revenga y José Manuel Romero.

La tutela de la Casa Real

Ya en la sesión de ayer, Urdangarin reconoció que daba cuenta de todas sus actividades a García Revenga. "Yo no daba un paso en mi vida sin consultarlo al señor García Revenga", subrayó para añadire que la infanta Cristina, su "señora" no tenía ninguna función en Nóos salvo figurar. También apuntó contra el conde de Fontao hablando de la tutela que ejerción desde 2006, cuando el PSOE balear empezó a cuestionar los contratos del Govern con el Instituto Nóos. Romero le pidió que abandonara la asociación y asumiera una actividad más discreta integrándose en consejos de administración. Urdangarin le atribuye también la decisión de abortar la fundación Areté, creada por Urdangarin y su socio, Diego Torres, tras la salida de Nóos, porque el letrado consideró que el marido de la infanta debía evitar el protagonismo.