Han pasado 43 años desde el 20 de noviembre de 1975, día en el que murió el dictador Francisco Franco. Más de cuatro décadas después el Gobierno ha iniciado el proceso para exhumar sus restos del mausoleo. Pedro Sánchez firmó un real decreto sin precedentes y que ha levantado ampollas en los sectores más nostálgicos de la sociedad. Exhumar el cadáver del dictador ha sido el primer asunto que el líder del Ejecutivo ha atajado en este nuevo curso político que arrancó el pasado viernes con la reunión del Consejo de Ministros, pero no será la única cuestión espinosa que deberá afrontar durante los próximos meses y hasta que finalice el año.

Sánchez hizo suyos los Presupuestos presentados por el Partido Popular, pero ya trabaja en los de 2019, los primeros que llevarán su sello. Dada la aritmética parlamentaria, el presidente debe tender la mano a Unidos Podemos para sacar adelante sus iniciativas. Fruto de este acercamiento, PSOE y los morados han acordado modificar la Ley de Estabilidad Presupuestaria para eliminar la prerrogativa que tenía el Senado con respecto a la senda del déficit, ya que la Cámara Alta podía vetarlo. Con esta maniobra, PSOE y Podemos cercenan al PP la capacidad de tumbar la senda de déficit.

Un nuevo escenario: 'Albert Casado', 'Pablo Rivera' y Podemos

Las negociaciones para sacar adelante los Presupuestos 2019 ya han comenzado y los debates se enmarcan en un escenario absolutamente novedoso. Para empezar, el interlocutor de la oposición ha cambiado. Los populares celebraron por primera vez en su historia unas primarias que se saldaron con Pablo Casado como sucesor de Mariano Rajoy, un cambio algo traumático: vuelve el aznarismo. Y con él, regresa el ala más dura de un PP que, además, seguirá pujando con Ciudadanos por el espacio de la derecha del tablero político. Sin duda, las tensiones y distensiones que protagonicen Rivera y Casado marcarán la agenda e influirán en las relaciones de ambos partidos con el PSOE.

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Entretanto, Podemos se enfrenta a una nueva amenaza. Las bajas de Pablo Iglesias e Irene Montero provocadas por el nacimiento prematuro de sus mellizos han sumido al partido en un letargo que se prolonga sine die, a expensas de su reincorporación. Y es que, a pesar de que Pablo Echenique ha asumido el mando en los temas orgánicos y Noelia Vera comanda la actividad parlamentaria, la ausencia de los líderes han provocado una pérdida de fuelle que está lastrando a la formación. Se desconoce si Iglesias o Montero regresarán con la apertura del nuevo curso o si lo harán más adelante, según las fuentes consultadas por ElPlural.com.

Cataluña, País Vasco y la financiación autonómica

Con este escenario como telón de fondo, Pedro Sánchez deberá lidiar con el otoño caliente que se barrunta en Cataluña. El president de la Generalitat, Quim Torra, ya ha advertido de que Cataluña no se debe defender, sino que debe “atacar” al Estado. El próximo 4 de septiembre el independentismo dará el pistoletazo de salida al otoño caliente con una conferencia de inicio de curso donde Torra esbozará las líneas maestras de la estrategia secesionista. Una semana después, el día 11 de septiembre, se celebra la Diada y semanas después, el 27 de octubre, será el primer aniversario de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI).

El presidente del Gobierno y el president de la Generalitat han mantenido contactos tanto en reuniones presenciales como telefónicos que han estado marcados por la distensión, lo que no quita para que el asunto pierda hierro. El desafío soberanista continúa siendo el tema por antonomasia en la agenda del Gobierno.

Antes de su reunión con Torra, Sánchez se citó con el lehendakari Íñigo Urkullu en la Moncloa y ambos acordaron crear un grupo “bilateral y permanente” para el traspaso de las 37 competencias pendientes en el Estatuto de Gernika. También informaron de que se conformará otro grupo de trabajo para “la normalización” de la política penitenciaria y el acercamiento de presos etarras a las cárceles vascas si bien no se ha fijado un calendario ni un horizonte para la modificación del sistema.

Asimismo, otro de los asuntos candentes y que Sánchez deberá atajar es la financiación autonómica. Tiempo ha que los presidentes regionales exigen un nuevo modelo de financiación. El pasado miércoles se reunió el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y aprobó los mismos objetivos de estabilidad para las autonomías para el próximo trienio que ya aprobó a mediados de julio y con la única novedad de la Comunidad Valenciana, que ha pasado de la abstención al voto favorable. La Comunidad Valenciana ha votado a favor de suavizar el déficit a cambio de medidas que supondrán 850 millones de euros adicionales para la región valenciana y entre ellas destaca el acuerdo por el que el Estado asumirá la deuda del Consorcio Valencia 2007 que ronda los 350 millones de euros. Además, según declaró el presidente valenciano, Ximo Puig, se ha acordado la refinanciación de 1.000 millones de euros de la deuda valenciana de corto a largo plazo. Estos objetivos de estabilidad y deuda pública fueron ratificados el pasado viernes en el Consejo de Ministros. Por cierto, Cataluña rehusó participar en el Consejo del miércoles argumentando que las relaciones económicas entre la Generalitat y Estado deben dirimirse de manera bilateral.

Pensiones, permisos de paternidad e inmigración

Otro de los temas acuciantes es la reforma del sistema de pensiones a fin de hacerlo sostenible tras el saqueo de la Reserva de la Seguridad Social perpetrada por el PP y la permutación de la pirámide poblacional. El Gobierno ya ha alcanzado un principio de acuerdo con Podemos para ligar la actualización de las pensiones al IPC en 2018 y 2019. Asimismo, se negocia eliminar el copago farmacéutico y profundizar en los permisos de paternidad y maternidad.

El Congreso ya dio luz verde al incremento de cuatro semanas a cinco de los permisos de paternidad. En este sentido, Hacienda ya habría remitido un documento a Podemos en el que se plantea ampliar el permiso de paternidad a los funcionarios de manera paulatina y cumpliendo unos plazos hasta llegar a las 16 semanas. El documento no recoge medidas destinadas a financiar los costes devenidos de la ampliación del permiso de paternidad ni especifica la creación de nuevas figuras impositivas. Lo que sí detalla es el calendario a seguir: en 2019 debería llegarse a las ocho semanas de permiso, en 2020 a las 11 semanas y en 2021 a las 16. Además, el plazo fijado para 2021 sería inaplazable.

Uno de los temas del verano ha sido la inmigración. Y lo seguirá siendo porque la derecha española está empeñada en alimentar el alarmismo. Pablo Casado y Albert Rivera, en la misma tónica que Salvini, pretenden hacer creer que existe una especie de invasión cuyo epicentro son las vallas de Ceuta y Melilla. Según sus discursos, la decisión de Sánchez con respecto al Aquarius ha provocado un efecto llamada, a pesar de que los datos demuestran lo contrario ya que ni siquiera se ha llegado a los niveles del año pasado, cuando España recibió medio millón de inmigrantes. En una reunión con la Canciller alemana Angela Merkel, Sánchez le arrancó su compromiso para una mayor financiación destinada a atajar la inmigración en España y la Unión Europea cerró un acuerdo para que los Estados miembros puedan, de manera voluntaria, crear centros para inmigrantes en su territorio.

En las últimas horas este debate ha vuelto a la primera línea después de que el Gobierno desempolvara un acuerdo con Marruecos de hace 26 años para expulsar a 116 inmigrantes, lo que ha suscitado la duda de si la política de Sánchez será la del Aquarius o se moverá en la tónica de esta última decisión. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha precisado que las decisiones del Ejecutivo se basan en dos variables: el respeto a los derechos humanos y la seguridad de las fronteras. Eso sí, siempre siendo rigurosos y respetando la legislación internacional y el marco legislativo español.

Todos estos serán los asuntos que marcarán la agenda política española. Pero habrá más, siempre hay más. La actualidad es acuciante y conociendo los precedentes a buen seguro que el PP da la campanada con alguna rana o caso aislado de corrupción. Y para más inri, las elecciones de 2019 se acercan inexorables.