Este año el president Mas calentó motores con esa ruptura del consenso de la transición por la reforma constitucional pactada por el PSOE y el PP. Dicen los nacionalistas catalanes que los dos grandes partidos españoles han dejado de lado a Catalunya y que con ello se agranda la división entre Catalunya y España. Lo que no dicen es que 33 diputados catalanes votaron a favor de la reforma y sólo 14 en contra.
El modelo de inmersión lingüística nunca hubiera cuajado sin el apoyo de la comunidad castellano parlante de Catalunya

En la fase de precalentamiento de la Diada se alcanzó el momento álgido con el ataque a la inmersión lingüística promovido por el PP y el respaldo de Ciutadans. El ataque de los nacionalistas españoles al modelo de convivencia de Catalunya que ya tiene más de 30 años de vida recibió puntual respuesta de los nacionalistas catalanes que se apropian de la lengua cuando el modelo de inmersión lingüística nunca hubiera cuajado sin el apoyo de la comunidad castellano parlante de Catalunya.
García Albiol encantado con la bronca se presentó en la ofrenda floral en representación del PP

La bronca subió decibelios el mismo 11 de Setembre. El PP paga un anuncio en toda la prensa hablando de la Diada de Catalunya, eliminando el concepto de nacional. El alcalde de Badalona suspende los actos institucionales porque la oposición se negaba a asistir por los cambios introducidos. A saber, poner la bandera española en el balcón junto a la catalana y suprimir el concepto nacional de los actos institucionales. O sea, el ayuntamiento badalonés se cargaba de un plumazo la normalidad de los últimos años que dejaba la senyera ondeando sola un solo día y que consideraba –como dice la ley- el 11 de setembre como la Diada Nacional. García Albiol encantado con la bronca se presentó en la ofrenda floral en representación del PP. Su presencia fue considerada como una provocación y la algarada fue monumental. Consiguió su objetivo: ser noticia en todos los telediarios.
Sánchez Camacho cantó Els Segadors mientras el PP denunciaba la presencia de banderas independentistas en actos oficiales

La cosa no acabó aquí. Sánchez Camacho no tuvo ningún reparo en ir a los actos institucionales de la Diada Nacional de Catalunya ni tampoco tuvo ningún empacho en cantar el himno nacional, Els Segadors. Sin embargo, el PP estuvo todo el día denunciando la presencia de banderas independentistas en los actos oficiales para calentar el ambiente. La respuesta de algunos dirigentes de CiU apuntar a la independencia como única salida a la situación política. La quema de la foto del rey y la bandera española hizo el resto.

Ustedes pensaran que la cosa está que arde y que en cualquier momento se puede agravar la situación. No se engañen. Una vez desinflado el sufle de la Diada las aguas volverán a su cauce y la sangre no llegará al río. Artur Mas seguirá pactando con el PP para mantener a su gobierno. CiU seguirá pactando con el PP en la Diputación de Barcelona y en el Ayuntamiento de Barcelona para mantener el gobierno. CiU mantendrá sus pactos en las decenas de ayuntamientos catalanes que gobierna con el apoyo del PP. García Albiol seguirá siendo alcalde de Badalona a pesar que CiU –que permitió que fuera alcalde- amenace con una moción de censura que no llegará. Artur Mas intentará pactar con Rajoy si éste llega a la Moncloa su propuesta de pacto fiscal. Una vez pase el 20-N se volverán a enterrar las hachas de guerra. Ya pasó cuando Mas llegó al Govern y tendió la mano al PP. El recurso contra el Estatut ante el Constitucional y la campaña anticatalana del PP con cuñas publicitarias y recogidas de firmas se guardaron en un cajón. Las hachas pasarán un año velando armas hasta el próximo 11 de setembre. La sangre no llegará al río a pesar de las bravatas y bravuconadas de estos días. La derecha ya tiene estas cosas. Siempre se entiende aunque el tema del encaje España y Catalunya, bien agitado y bien condimentado por unos y otros da pingües beneficios electorales.

Toni Bolaño es periodista y analista político