La dirección federal de Izquierda Unida quiere que Gaspar llamazares siga formando parte del partido después de reunirse para tomar una decisión sobre el futuro de nada menos que un ex coordinador general de la formación.

Llamazares ha estado a apenas un paso de la puerta de salida días después de que el partido Actúa, impulsado por personalidades de la izquierda como él mismo o el juez Baltasar Garzón, confirmara su intención de presentarse a las elecciones municipales, autonómicas y europeas de la próxima primavera. La utilización de un “partido para competir con IU” ha servido al actual líder, Alberto Garzón, para tildar a Llamazares de “tránsfuga” y asegurar que se trata de hechos “muy graves” que están “penalizados”.

Sin embargo, el propio Llamazares tiene una visión muy distinta de lo ocurrido. En declaraciones a ElPlural.com devolvía el golpe a Garzón afirmando que “los insultos del coordinador, que ahora son tan frecuentes, no son de mi cultura política”. Llamazares no entiende que la dirección federal se dedique a sancionar en lugar de a hablar con los distintos sectores de una izquierda que se enfrenta a graves problemas, y asegura que siente “tristeza y asombro por una sanción preventiva cuando ni siquiera se han convocado elecciones y les hemos pedido hablar para movilizar al electorado huérfano de izquierdas”. Y seguidamente remataba: “Parece que pretenden utilizarse como cabeza de turco de su frustración electoral y del manifiesto reciente”.

Pero el cabreo del actual portavoz de IU en Asturias no ha quedado ahí. En Twitter ha vuelto a cargar duramente contra la dirección federal del partido. Antes de alegrarse por la rectificación de la cúpula de IU y emplazarles a retirar  “la injuria de tránsfuga y luego las amenazas”, Llamazares afirmaba que habían utilizado al “enemigo interno como cortina de humo” ante el “malestar interno”.