El pasado domingo 25 de marzo a las 14:00 horas finalizó la consulta a las bases que Podemos lanzó con motivo de las incipientes elecciones europeas, autonómicas y municipales del próximo año, 2019. La cúpula morada preguntaba a los inscritos si concurrir a las diferentes citas con las urnas junto a las “fuerzas hermanas” y si debían de hacerlo incluyendo la nomenclatura “Podemos”. Los resultados, marcados por la escasa participación, han sido contundentes: el 90,75% de los inscritos participantes en la consulta ha dado su apoyo a que la formación acuda en coalición a las próximas elecciones municipales, autonómicas y europeas, y a que el nombre de Podemos figure en las candidaturas. 

Desde Podemos señalan que “las bases han dado luz verde de forma contundente a la propuesta que presentó el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en el último Consejo Ciudadano estatal”. “Han dejado claro el formato con el que desean que Podemos acuda a las importantes citas electorales que afrontará la formación durante el próximo año 2019”.

Apenas ha participado en la consulta interna el 16,15% de las bases. En total, han votado poco más de 76.511 de los 473.600 inscritos que hay en Podemos, según datos facilitados por la secretaría de Organización, comandada por Pablo Echenique. La baja participación parece menguar si en lugar de tener en cuenta la muestra de los más de 473.600 inscritos se toma como referencia los llamados “activos”, es decir, aquellos que han accedido al menos una vez durante el último año a la web de participación. Estos son 164.021, por lo que el porcentaje de participación sería del 46,6%.

Eso sí, desde Podemos especifican que "tanto en la pregunta europea como en las autonómicas, juntas generales vascas, cabildos canarios, consells baleares y en todos los municipios capitales de provincia o de más de cien mil habitantes, la participación ha superado ampliamente el límite mínimo que marcan los reglamentos para que los resultados sean vinculantes".

Problemas a la vista

Con este resultado, Podemos, por mandato imperativo de las bases, deberá incluir su marca, por lo la negociación con las "fuerzas hermanas" podría tensarse ya que que algunas de esas confluencias tienen suficiente poso como para reclamar presencia y voz en las papeletas.

Ocurre, por ejemplo, en Galicia con En Marea. La secretaria general de Podemos Galicia, Carmen Santos, expresó su voluntad de apostar por las alianzas vigentes, sobre todo en los ayuntamientos donde las mareas van por libre, como A Coruña, Santiago y Ferrol. “Nuestros aliados siguen siendo los mismos”, dijo Santos, haciendo referencia a Izquierda Unida y Anova. La líder autonomía subrayó que lo importante es continuar el camino emprendido en 2015 y que “los tres alcaldes obtengan mayoría absoluta”. La clave de todo esto radica en que formaciones como Marea Atlántica, de Xulio Ferreiro, han anunciado ya que no permitirán intromisión alguna de los morados. ¿Qué ocurriría si los inscritos dan luz verde a concurrir conjuntamente e incluir “Podemos” en la confluencia, pero Marea Atlántica no traga? Podemos ya se las deseó para las autonómicas gallegas, hasta el punto de que se ha visto arrastrado a un proceso judicial donde ha negado haberse presentado a las elecciones en Galicia.

Mosqueo por las limitaciones entre los errejonistas

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón pactaron que el ya exportavoz parlamentario morado sería el candidato a la Comunidad en 2019 a cambio de dar un paso atrás a nivel nacional y no disputarle el liderazgo nuevamente. Errejón, que fue sustituido por Irene Montero, aceptó y, tras una temporada de stand by, en verano inició su particular campaña recorriendo las fiestas populares de diferentes localidades de Madrid.

El secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político ya esboza las líneas maestras de su candidatura y, desde hace varias semanas, la duda sobre la fórmula en la que concurrirá planea sobre Madrid. Para hacer frente al desgaste provocado por el debate territorial, Errejón tenía dos oportunidades: abrigarse en Manuela Carmena presentando su candidatura como un tándem y articular un movimiento amplio con una nomenclatura diferente. De hecho, según ha podido saber El Plural, existe (o existía) un pacto tácito entre el líder morado y Errejón para dotarle de autonomía y flexibilidad. “Con esta consulta, todo eso queda en papel mojado, ha volado por los aires”, señalan fuentes internas cercanas a su entorno.

“Las negociaciones con las confluencias van a ser más tensas, queríamos algo más abierto", insisten. Y es que, Izquierda Unida ya ha mostrado su descontento. En una información publicada por El Independiente, los de Alberto Garzón daban un ultimátum a Iglesias: “Si las siglas de Podemos van en la papeleta, las de IU también”.