La Gaceta, la semana pasada, en concreto el 28 de abril, abría el fuego. Nada menos que su insigne director, Carlos Dávila, pontificaba contra la apariencia del Rey, por haberse dejado la barba que él calificaba de “barba de pastor de majada”. Y como había que traeR a colación a Zapatero porque si no, no sería Dávila, concretaba: “(una barba) que le sienta como a Zapatero los trajes de confección”.

Primero fue La Gaceta del “bello” Dávila
Dávila, a modo de Petronio alopécico se autoproclamaba arbiter elegantiarum añadía en su reflexión: “Desde luego, si algún esteta le ha recomendado el look actual habría que mandarlo inmediatamente a las galeras”. Mandar a galeras, expresión autoritaria nada sorprendente que remataba con frases como “(parece) un haragán, como un presentador de La Sexta”, o especulaciones como que esté “malito, y que en esa situación le importe un bledo la apariencia”, para concluir, amable, “(Juan Carlos) está como una pera, aunque a veces le entren caprichos y le dé por disfrazarse”.

Después fue El Mundo
Lo de El Mundo ya no era la “opinión” de un esteta, aquí ya se supone que se daba información. Y lo que se decía era: “Don Juan Carlos se ha empleado a fondo esta semana con la visita del Emir de Qatar. España necesita dinero. También en la entrega del Cervantes. En todo momento, pese a su profesionalidad se le vio cansado. En la intimidad usa bastón”.

A partir de la primera palabra, en medio de un supuesto elogio a Juan Carlos, en el diario de Pedro J. se repetía con insistencia que nadie se atreve a mencionar una palabra "a la que se tiene miedo"…. O sea, se insinuaba que el Rey tiene cáncer, y que la enfermedad estaría haciendo estragos: “…rostro gris y macilento”.

El último, de momento, elconfidencial.com
En El Mundose repetía con insistencia que nadie se atreve a mencionar una palabra "a la que se tiene miedo"…. O sea, se insinuaba que el Rey tiene cáncer

Y, después, ha llegado elconfidencial.com, que ha decidido ir ya claramente al “momento sucesorio”: “El Rey delega en el Príncipe algunos actos castrenses por problemas de salud”. En el texto se añadía: “El Rey delegará en el príncipe Felipe la presidencia de algunas ceremonias castrenses, como la entrega de despachos, debido a sus “dificultades de locomoción”. Aun así, el mando supremo de las Fuerzas Armadas seguirá recayendo sobre su figura, tal y como contempla la Constitución. El plan, que ya se está intentado aplicar desde las altas instancias de palacio y que ha sido confirmado por Zarzuela”.

Nada menos que confirmado por Zarzuela. Aquí hay noticia trascendente, se puede pensar, ya que lo ha confirmado Zarzuela. Claro, siempre y cuando, lo que se diga sea sólido y solvente. Vamos que sea verdad, que Zarzuela lo ha confirmado.

No dejes que la verdad te estropee una buena noticia
Pero cuando se llama a Zarzuela, como ha hecho ELPLURAL.COM, se descubre que “el Rey lleva barba porque tiene un acceso de herpes” (en realidad los ha tenido con anterioridad, y cualquier hombre que lo haya padecido sabe que en esas circunstancias no es posible afeitarse); que “es rigurosamente falso que use bastón en Zarzuela ni para desplazarse ni para apoyarse”; y que todos los actos militares próximos de importancia los va a presidir personalmente (el día de las Fuerzas Armadas a finales de mes; el 18 de mayo en Hoyo de Manzanares el centenario del arma de ingenieros) o que se va de viaje de Estado a Suiza la semana próxima… la sorpresa es mayúscula. O no tanto, teniendo en cuenta los muchos precedentes que hay de ataques desde los medios citados u otros similares contra el Rey desde que hace décadas, más concretamente desde el 23F, se niega a intervenir en los asuntos de política interna ni a favorecer la caída de los presidentes de gobierno que no resultan afines a esos medios ni a quienes les inspiran.