La exhumación de los restos de Francisco Franco y su posterior reinhumación en el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo, tuvo lugar este jueves ante la atenta mirada de un país entero partido entre los que defendían aquello como un paso adelante en la reparación del dolor de las víctimas del franquismo y los que, por el contrario, trajeados con todo tipo de enseñas y portando banderas preconstitucionales, se negaban a aceptar que aquello sería un traslado fúnebre, sin más cortejo que el de sus 22 familiares portando a hombros el féretro del mayor exponente de la época más ominosa de nuestro país.

Más allá de la nostalgia de unos cientos de personas divididas entre Cuelgamuros y El Pardo, el proceso se realizó sin incidentes reseñables. La Fundación Nacional Francisco Franco, institución más importante de la defensa del legado del dictador, se negó a asistir tras la prohibición de la Delegación del Gobierno. Sin embargo, otros reductos de brazo alzado y mensajes retrógrados no se rinden todavía.

“La mayor ofensa hacia nuestra nación”. Así es como define Alianza Nacional lo sucedido en un comunicado hecho público a través de sus redes sociales. Además de enumerar las falacias más socorridas de los defensores de Franco (“gracias a él tenemos pantanos, alcantarillado, seguridad social, viviendas de protección oficial, cooperativas agrícolas…”), el grupo liderado por el neonazi Pedro Pablo Peña anuncia que la exhumación solo es el principio “de lo que se nos viene encima”: “La Guerra ha empezado. No solo en el día de ayer, la guerra empezó con el Régimen del 78”, explican.

Pero las críticas no solo se dirigen hacia el Gobierno o los que ayer hicieron posible el traslado del cuerpo del dictador, sino que Alianza Nacional arremete contra la Iglesia (“ha quedado retratada, se ha vendido por un puñado de monedas”), el Ejército y la Legión (“se perdieron los valores inculcados por Millán Astray”).

“Solo se muere una vez. Levantad en armas, levantad España”, sentencia el comunicado.  

Alianza Nacional