El president de la Generalitat, Quim Torra, ya se encuentra en plena promoción de la nueva ‘embajada’ de Cataluña en suelo americano. La delegación se ubica en un edificio de la archiconocida calle K de Washington, una de las más cotizadas de la capital de Estados Unidos.

Una ubicación única, pues se encuentra a unos pocos metros de la Casa Blanca y resulta un enclave mucho más estratégico que sus antiguas oficinas en un bloque de edificios neoyorquinos.

Según El Confidencial, la Generalitat ha desembolsado unos 478.769 dólares de fondos públicos, lo que supone una cifra estimada en 420.000 euros al cambio. Un documento al que tuvo acceso el citado medio revela el elevado coste que tiene esta delegación catalana en la capital estadounidense.

Estas elevadas cifras se corresponden con el gasto de la embajada en los primeros meses de funcionamiento, lo que se traduce en un 60% de lo que desembolsó en el año 2016, cuando Puigdemont envió 800.000 euros a Estados Unidos para recibir apoyos en el extranjero de cara a la convocatoria del referéndum del 1-O.

La respuesta de Borrell

Ante esto, según recoge también El Confidencial, Josep Borrell ya ha trazado su plan de reacción. El ministro de Asuntos Exteriores ha lanzado su ofensiva contra las oficinas de la Generalitat en el extranjero. No obstante, pese a esta iniciativa, los tribunales aún no se han pronunciado.

Torra, entre tanto, despliega a todo el cuerpo diplomático catalán, a los que consideran clave para la constitución de su ansiada república catalana. Además, el president ya se encuentra inmerso en las relaciones con congresistas y senadores estadounidenses para conseguir su apoyo de cara a la independencia de Cataluña, entre los que destaca Mario Díaz-Balart, uno de los máximos aliados del secesionismo catalán.