La salida de Alberto Garzón al frente de Izquierda Unida (IU) en noviembre ha abierto una brecha en el partido dejando tres partes separadas: la liderada por la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, que ha lanzado de forma unilateral su candidatura para dirigir la formación; la de la federación andaluza del exdirigente regional Antonio Maíllo, que -junto a una parte del Partido Comunista (PCE)- ha dado un paso adelante en pro de un "acuerdo de mayorías"; y la de un sector crítico en primer lugar con la alianza con Podemos y ahora con Sumar, que tiene a la cabeza a José Antonio García Rubio, quien fuera miembro de la Ejecutiva del histórico Cayo Lara y ya se presentó como alternativa a Garzón. Esta división pone en el centro de las miradas a los afiliados, que previsiblemente tendrán que pronunciarse sobre su futuro líder.

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Izquierda Unida se parte en tres

Izquierda Unida está atravesando un momento tormentoso a nivel interno. El "paso a un lado" del que fuera su dirigente el pasado mes de noviembre ha dibujado un panorama de incertidumbre en la formación, que actualmente tiene tres precandidaturas muy diferenciadas encima de la mesa para remplazar a Garzón en la asamblea que tienen previso celebrar el próximo mayo. Con los mimbres actuales, este cónclave se va a producir no sin conflictos, y es que en el seno de la calle Olimpo de Madrid se ha producido una brecha, que ha dado lugar a tensiones internas. Por un lado se encuentra la corriente liderada por Rego, otra por Maíllo y una tercera por García Rubio. Mientras la primera ha presentado su candidatura unilateralmente, los dos últimos muestran recelos sobre la confluencia de Sumar.

Rego es considerada la "cuota" de IU en Sumar para el Consejo de Ministros, pero también la representante de la corriente interna del partido más cercana a los planteamientos políticos de la gallega. Buena parte de la formación la tilda de la sucesora natural de Garzón. Pero las tensiones pivotan en torno al "modelo" de partido que quieren los distintos sectores. Uno de ellos aseguran que la ministra de Juventud es la figura "más presidencialista", incluso que representa tener un coordinador federal "con mucho poder", mientras otros quieren una dirección "más colegiada". Todo ello en medio de las dudas que suscita la confluencia con Sumar para todas las elecciones, ahora en la mirada especialmente las europeas.

De hecho, el mismo exdirigente andaluz -que tiene mucho peso a nivel orgánico- ha sido uno de los que ha mostrado su incomodidad con las siglas de Yolanda Díaz, a quien ha recomendado tener "humildad" en sus posturas políticas, "máxime en un momento de giro del PSOE con un incipiente y sutil ataque" hacia su socio de coalición. Así lo ha dicho este domingo en un artículo publicado en Público, donde ha apelado a las bajas cifras cosechadas por los fucsias en su asamblea fundacional de hace dos semanas. La lideresa logró revalidar su puesto como máxima dirigente al frente de Sumar pero lo hizo con mucho apoyo entre poco voto. Poco más de 8.000 personas participaron.

El papel de los afiliados

La coportavoz federal de IU, Amanda Meyer, ha sido la primera que ha expuesto su objeción a que Rego se postulara de forma unilateral para liderar el partido a nivel nacional. Este mismo lunes se ha mostrado partidaria de dar la palabra a los afiliados para dirimir quién sucede al ex ministro de Consumo como coordinador. "Sería un error pensar, al menos en IU, que las asambleas se resuelven entre negociaciones de dirigentes. Ahora de lo que se trata es de que las asambleas, los afiliados y afiliadas, tomen la palabra, que son los protagonistas", ha sostenido en una rueda de prensa en la que, sin embargo, no ha llegado a defender expresamente la necesidad de celebrar unas primarias.

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Normalmente protagoniza esta comparecencia pública el responsable de Organización de IU, Ismael González, quien también se ha mostrado en otras ocasiones a favor de buscar un acuerdo entre las tres precandidaturas que se han presentado hasta ahora de cara a la asamblea. Precisamente González preside la comisión preparatoria de esa cita, cuyo papel según los propios estatutos es buscar un consenso para alcanzar una lista única. El partido tiene de plazo hasta el 29 de abril, fecha máxima para presentar oficialmente las candidaturas. De llegar a ese día con varios nombres, el ganador será proclamado en la misma asamblea. Fuentes cercanas confían en alcanzar una candidatura de unidad y no necesitar este proceso interno.

Pero cabe otra posibilidad, que las dos corrientes mayoritarias -las críticas con Rego- lleguen a un acuerdo para hacer contrapeso a la ministra. En el citado artículo de Maíllo, y apelando al histórico dirigente Julio Anguita, ha advertido de que "los modelos de hiperliderazgos han tenido su espacio en una etapa de desborde que, en estos momentos, simplemente, no existen". "En una organización que debate hasta las comas de los documentos, y a mucha honra", no se puede hacer pasar "como un trámite administrativo", ha dicho. "Posiblemente haya habido quienes han tenido esa tentación, pero eso es no conocer a nuestra organización. No forma parte de nuestra cultura política y no lo va a ser en este caso tampoco", ha escrito.

Tener puesto de salida en Sumar para las europeas

"Yo no tengo ninguna duda de que el debate y la participación desembocarán en un gran acuerdo en el que afiliados y simpatizantes podamos opinar y decidir sobre nuestra próxima dirección", ha sostenido también Meyer, barajando la posibilidad de la alianza, que haría innecesaria la competición en las potenciales primarias. Preguntada también por la candidatura de Sumar a las europeas, Meyer ha reivindicado que IU es "la organización de ámbito federal con mayor capacidad para aportar a que se produzca esa movilización" electoral por "una candidatura que apueste por una Europa en donde las políticas se dirigen para poner la vida en el centro". La coportavoz ha reiterado que las siglas aspiran a "tener puesto de salida" en la lista de Díaz para las instituciones europeas.

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