La Comisión Europea ha planeado desembolsar 1.000 millones de euros para reembolsar las donaciones de los Estados miembros y la compra conjunta de munición en un paquete de apoyo extraordinario, con el objetivo de fomentar y agilizar las entregas a Ucrania, según El País, que tuvo acceso a un borrador del plan.

Desde Bruselas se ha instado a los Estados miembros a mandar urgentemente munición “de sus arsenales o de pedidos pendientes”, fundamentalmente artillería de largo alcance (obuses) de 155 milímetros.  El documento se discutirá entre los titulares de Defensa de los Veintisiete esta semana en una reunión en Estocolmo.

Mientras, la guerra en Ucrania se concentra en la zona de Donbás, en Bajmut la situación cada vez es más complicada, con ataques incesantes por parte del Kremlin, que ya posee el mando de tres de los cuatro flancos de la ciudad de la provincia de Donetsk a la que ahora el acceso es más difícil. Los equipos de evacuación llevan desde la anterior semana sin poder acceder para rescatar civiles que se han replanteado la idea de quedarse cuando han aumentado los combates.

La batalla por Bajmut

Rusia ha estado tratando de hacerse con el control de Bajmut durante los últimos siete meses, siendo el asalto más largo en esta guerra, que está sostenido principalmente por los mercenarios de la oscura compañía Wagner. Los ataques han dejado devastada la localidad, con calles destrozadas, edificios reventados y restos de cascotes y proyectiles por todas partes.

La situación es “difícil”, dice Andrei, miembro de una de las brigadas de suministro, en un mensaje de texto desde Bajmut. La conexión es escasa, tardó varios días en responder.  Antes de la invasión a gran escala la ciudad tenía un censo de unas 70.000 personas.

El pasado viernes, el ejército ucranio sobrevoló dos puentes que conectaban con la única carretera de entrada a Bajmut en control ucranio, que está en continúo ataque, y los ha reemplazado por un puente de pontones por el que al día siguiente, varios civiles intentaron escapar a pie, según voluntarios de organizaciones de evacuación.

Algunos de los refuerzos enviados a Kiev van llegando en pequeñas oleadas a la localidad asediada. Durante el día, las ofensivas de artillería son duras en Bajmut. Por las noches, los enfrentamientos entre las fuerzas ucranias y los mercenarios de Wagner son cuerpo a cuerpo y casa a casa. Rusia tiene ya el poder sobre varias áreas importantes de la ciudad, pero ninguna zona es segura.

Los edificios bombardeados y los sótanos funcionan como bases ucranias y como refugios para escapar de la vigilancia de los drones y sus embestidas, pero también actúan como resguardo para las tropas rusas, que trabajan en brigadas de infantería y grupos de asalto.

Ucrania ha sufrido grandes pérdidas en Bajmut, donde ha enviado a algunas de sus mejores tropas. Los datos de las bajas de Kiev y de Moscú no son públicos, pero el Ejecutivo de Zelenski asegura que en esta ciudad la magnitud es de siete rusos por un ucranio. Daniel, un joven militar destinado en Bajmut, afirmó que las tropas de Kiev continuaban defendiéndola, aunque lamentaba la falta de material que está costando cientos de vidas entre sus compañeros. “Tenemos lo mínimo para resistir, para aguantar. Nos falta mucho más para poder ganar la guerra”, dijo.

Lucha de artillería

Oleksii Reznikov, ministro de Defensa ucranio, ha manifestado de la UE que la falta de munición está frenando su progreso en la guerra y ha pedido a la UE más suministros. La lucha de artillería (que Kiev cuenta con una desventaja de una pieza frente a 10 del Kremlin, según datos europeos) se ha convertido en un tema “crucial”, según Reznikov.

La Comisión Europea ha propuesto tres puntos principales: garantizar el suministro de este material a Kiev, organizar la demanda y obtener más conjuntamente, e incrementar la capacidad de fabricación de la industria. Uno de los medios propuestos en el plan es utilizar el Fondo Europeo para la Paz, que desde que Vladímir Putin, el presidente ruso, comenzó la invasión a Ucrania, se ha destinado para pagar a los Estados miembros las municiones y armas cedidas a Ucrania por valor de 3.600 millones de euros.

Por otro lado, la propuesta liderada por el alto representante para Política Exterior y Defensa, Josep Borrell, proyecta un nuevo sistema por el que se abonará a los países hasta el 90% del material que envíen a Kiev. Ya cuando el reintegro era menor (dependía de los plazos), Estados miembros como Polonia hicieron uso de ese dinero europeo para mejorar su ejército y sus arsenales.

Con una industria militar que trabaja habitualmente bajo demanda y que hace frente al desafío de agilizar la fabricación, Bruselas propuso también instar a países no miembros “con ideas afines” a sumarse al esquema de compras para alcanzar más potencial.