Washington D.C. se blinda bajo las órdenes de Donald Trump. Desde la Casa Blanca, este lunes el principal mandatario de Estados Unidos ha desgranado su batería de medidas para combatir el crimen y bajo la premisa de ser "el día de la liberación". De esta manera, su principal movimiento ha sido desplegar a la Guardia Nacional por toda la capital, además de comenzar a controlar federalmente a la polícia local.

"El crimen, el salvajismo, la inmundicia y la escoria desaparecerán", ha proclamado en un mensaje en su cuenta de Truth Social antes de comenzar la rueda de prensa en la Casa Blanca, y desde donde ha dado por terminados "los días de los asesinatos o ataques sin piedad contra personas inocentes".

Dentro de este intento de “restablecer la ley y orden” el presidente estadounidense ha declarado una “emergencia de seguridad civil” para poner el Departamento Policial Metropolitano bajo la supervisión de la fiscal general, Pam Bondi. Esta decisión llama la atención dado que la criminalidad en Washington D.C ha llegado a su punto más bajo en los últimos 30 años, según el Departamento de Justicia.  

Trump, que se ha jactado de haber "arreglado" el problema migratorio en la frontera sur, ha enfatizado que "D.C. es el próximo" objetivo, dentro de una controvertida campaña que ha puesto en el punto de mira a una ciudad gobernada por el Partido Demócrata.

La cruzada de Trump contra la delincuencia en las calles

Bajo estos términos, el magnate del Despacho Oval materializa su pretensión de aplicar las mismas medidas que llevó a cabo en Los Ángeles, es decir, dibujar un escenario de tensión y violencia por el crimen en las calles para dar una base sólida a su decisión de desplegar a la Guardia Nacional. Sin embargo, esta medida no viene de sorpresa, sino que esta operación policial y de refuerzo de cuerpos de seguridad ya se lleva fraguando desde los últimos días, ya que la semana pasada agentes del FBI ya patrullaban las calles de la capital en turnos nocturnos junto con los agentes locales en aras de prevenir hurtos, robos y casos de violencia. 

“Grupos violentos y criminales sanguinarios, multitudes errantes de juventudes salvajes, maniáticos drogados y personas sin hogares están tomando el control de nuestra ciudad capital y no vamos a permitir que esto siga pasando”, ha reclamado el dirigente de la Casa Blanca para justificar la federalización de la policía de la ciudad. Ha prometido el despliegue de 800 miembros de la Guardia Nacional -fuerza reservada del ejército estadounidense que se ha utilizado en California para combatir las protestas por las redadas de inmigrantes en la ciudad- y que añadirá “muchos más si es necesario”.

Dentro de esta propuesta de hacer Washington D.C “segura otra vez”, Trump plantea el desplazamiento forzoso de la población sin hogar de la ciudad: “vamos a deshacernos de las personas [que viven] en pasos subterráneos y espacios públicos en todas partes de la ciudad. Vamos a ayudarles todo lo que se les pueda ayudar, pero no se les permitirá convertir nuestra capital en un páramo”.

Sin embargo, no ha dado detalles sobre cómo se llevará a cabo esta operación ni las medidas que se tomarán para asistir a aquellas personas que viven en las calles y que se busca desplazar. El director del FBI, Kash Patel, quien también ha participado en la rueda de prensa, ha prometido que “limpiará” la ciudad, pero de una forma “correcta” y “legal”.

Asimismo, el presidente de Estados Unidos viene a materializar una de sus promesas de campaña electoral, cuando ya hablaba antes de retomar su cargo en la Casa Blanca del aumento de la delincuencia, retratando entonces a Washington como un epicentro de crimen, inseguridad, violencia y delincuencia, justificando así su operación de "limpieza".

Pese a este argumentario, lo cierto es que el crimen violento en la ciudad ha caído hasta en un 26% en comparación con el año pasado, en 2024, según cifras de la misma Policía Local de Washington. 

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