La reunión del G-7 ha finalizado con varios acuerdos. A la decisión de que los aliados de la OTAN refuercen su gasto en Defensa hasta el 2% del PIB, generando autonomía entre las partes y acabando con el desequilibrio presupuestario que ya había sido sometido al escrutinio público en numerosas ocasiones, se suma la voluntad de organizar de una forma más solidaria el reparto de refugiados salientes del conflicto en Ucrania, evitando que todo el peso de la acogida recaiga en Europa, y la necesidad de diversificar los suministros de combustibles fósiles acabando con la profunda dependencia europea respecto a Rusia.

Tras el encuentro, han tomado la palabra varios de los mandatarios que han protagonizado esta reunión, previa a un Consejo Europeo del que dependerá la forma de encarar una crisis energética y de suministros que ya está afectando a la cadena de suministros europea. El primero en tomar la palabra ha sido el canciller alemán, Olaf Scholz, quien, de forma breve, ha enumerado los debates que han monopolizado la reunión.

“En el G-7 pedimos a otros países que contribuyan en lo que se refiere a la ayuda humanitaria. Europa está haciendo mucho, pero necesitamos de un esfuerzo global y solidario”, ha indicado el canciller, a lo que ha añadido que las consecuencias de la guerra se están produciendo a escala internacional en cuestiones como “la cadena de suministro alimentaria” o la “inflación desmedida de los precios de la energía”. “Esta reunión del G-7 es una más de la serie de reuniones que demuestran que estamos unidos, que estamos a la altura. Veo que hay unidad. Todos los asuntos urgentes debemos afrontarlos juntos”, ha sentenciado el mandatario alemán.

Disuasión y más armas

Le ha seguido su homólogo en Francia, Emmanuel Macron, quien, en la misma línea, aunque con una intervención ligeramente más larga que la de su predecesor, ha dado las claves que han llevado a la OTAN a reforzar el flanco oriental y seguir apostando de forma decidida por la disuasión a Vladimir Putin: “En el fondo l línea sigue siendo la misma: reforzar el envío armamentístico con eficacia y con una línea roja, que sigue siendo no ser cobeligerantes. Hemos insistido en la necesidad de seguir obrando de una forma negociada y creíble, disuadiendo cualquier escalada y no cayendo en provocaciones con Rusia. La OTAN quiere detener la guerra sin hacer la guerra”, ha señalado.

Posteriormente, el presidente francés ha recordado que es necesaria una actualización del gasto en Defensa de los países de la Alianza Atlántica. Este era un debate enterrado, aunque habitual, y las consecuencias de esta guerra han forzado a todas las partes a acelerar una resignificación del peso que deben de asumir las partes: “En la Cumbre de Madrid extraeremos las consecuencias de lanzar el debate de que es necesario reorganizar nuestros esfuerzos estratégicos. Nos están poniendo a prueba”, ha señalado.

Un sometimiento que el propio Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, ha recordado a los países miembros del encuentro a través de su entrada por una videollamada. El mandatario, convertido en héroe de la resistencia ucraniana, ha demandado aviones, tanques y armamento, especialmente para disuadir a los 21 buques rusos que bombardean el terreno desde el mar. Zelenski, sin embargo, ha reconocido que hay una cuestión que le inquieta, y ha pedido la intervención inmediata de la OTAN si, tal y como predice la CIA, Rusia opta por utilizar armamento químico en el campo de batalla.

Solidaridad migratoria y de suministros

Además, Macron ha insistido en los aspectos previamente señalados por Scholz en materia energética y migratoria: “El análisis que hacemos todos es que el impacto de las sanciones es tangible. Hemos asumido también un acuerdo en la solidaridad, especialmente en materia de gestión de refugiados. Por motivos geográficos, Europa es el principal destino de los desplazados ucranianos. Es el mayor reto desde la II Guerra Mundial. Lo que hemos pedido a nuestros socios es que sean solidarios y que puedan, junto a los países europeos, a que nos ayuden con la repatriación. Esto es lo que nos va a permitir luchar contra todas las formas de tráfico humano protegiendo a los niños, mujeres y mayores”, ha indicado.

“La segunda forma de solidaridad es la energética. Europa es el mayor comprador de combustibles fósiles. Nuestro deseo es controlar los precios para nuestros consumidores, diversificando suministros para depender menos y reduciendo las compras hacia Rusia. Eso pasa por una política concertada con el resto de nuestros aliados”, ha sentenciado Macron.

Respuesta a un ataque químico

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha afirmado que la OTAN responderá a un posible ataque químico ruso en Ucrania, aunque ha evitado señalar el tipo de reacción que desencadenaría. "Responderemos si las usa, pero la naturaleza de la respuesta dependerá de la naturaleza del uso", ha indicado el presidente estadounidense en rueda de prensa en la sede de la OTAN tras la cumbre extraordinaria de los líderes aliados y la cumbre del G7.

Además, el mandatario estadounidense, al hilo de las demandas realizadas por sus predecesores en rueda de prensa, ha asegurado que EEUU aumentará el suministro de gas natural licuado a la UE, en virtud de un acuerdo alcanzado este jueves, y que será formalizado mañana, que pretende ayudar a reducir la dependencia del suministro de combustibles fósiles de Moscú, según ha anunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

"Mañana, con Biden, presentaremos un nuevo capítulo de nuestra asociación energética: gas natural licuado adicional de Estados Unidos a la Unión Europea para reemplazar el gas natural licuado que tenemos de Rusia. Un importante paso adelante", ha detallado la presidenta de Ejecutivo comunitario