El juicio contra Donald Trump ha dejado un morboso capítulo este martes. El candidato del Partido Republicano para regresar a la Casa Blanca se enfrenta a 34 cargos penales. Uno de ellos es el de falsificación documental para encubrir su aventura sexual con Stormy Daniels. La actriz porno estadounidense testificó frente al magistrado del Tribunal Penal de Nueva York este martes, contando con todo lujo de detalles cómo mantuvo relaciones sexuales con el magnate en 2006.

Trump escuchó la declaración de la actriz y directora con el ceño fruncido y mirando al frente en todo momento. Seguramente, como todos los presentes en la sala, se encontraba perplejo ante la variedad de detalles que Daniels dio sobre su aventura con el expresidente. De hecho, el propio juez, Juan M.Merchan, pidió que no se entrara en tantos detalles, algo que también solicitó el equipo legal de Trump, que pretende anular el juicio.

La aventura de Trump y Daniels: pijama de satén y azotes

Stormy Daniels llegó al Tribunal de Nueva York vestida entera de negro, con gafas de pasta y con una actitud relajada. Durante su oratoria, los taquígrafos le llamaron la atención varias veces para que hablase más despacio. La actriz porno estadounidense conoció a Trump en un evento de golf en el año 2006. El expresidente se interesó en ella, describiéndola como una mujer "inteligente" y mandando a un guardaespaldas a pedirle su número de teléfono. Daniels, quien además de actriz es directora y guionista, tenía 27 años en ese momento, mientras que el magnate neoyorquino tenía 59.

Esa noche, cuenta Daniels, asistió a una habitación de hotel "siete veces más grande que su apartamento". Allí, la recibió un Donald Trump vestido con un pijama de satén. La joven le pidió que se cambiase, algo que Trump hizo rápidamente. Tras esto, ambos mantuvieron una conversación de dos horas, hablando entre otras cosas de cuántas veces Daniels tenía que hacerse pruebas de enfermedades de transmisión sexual en su trabajo como actriz porno, o de la posibilidad de que Daniels saliese en The Apprentice, el programa de televisión de Trump. El expresidente también le confesó que no dormía en la misma habitación que Melania, su esposa.

La actriz no escatimó en detalles. En un momento de la conversación, Daniels le dijo a Trump que no fuera tan "arrogante y pomposo" en sus respuestas, tras lo que le amenazó con azotarle con una revista en el trasero. Finalmente terminó haciéndolo con una revista en la que el magnate salía en la portada. Esto fue demasiado para el juez Merchan, quien en un descanso, cuando Daniels y el jurado abandonaron la sala, dijo a los fiscales que no necesitaba tantos detalles.

Nunca dije que no porque nunca dije nada

Tras la pausa, Daniels regresó al estrado para terminar su historia. La actriz cuenta que fue al baño, y cuando salió Trump estaba tumbado de forma insinuante y en ropa interior. Tras esto, mantuvieron sexo sin preservativo. Daniels dijo que no recuerda "como terminó ahí", pese a no haber consumido alcohol ni drogas. "Nunca dije no porque nunca dije nada", recordó. Tras su encuentro sexual, ambos se volvieron a ver en varias ocasiones, y en una de ellas, según Daniels, Trump intentó volver a tener relaciones. La actriz se negó diciéndole que estaba con el periodo.

El equipo legal del expresidente pidió el mismo martes que Daniels no testifique sobre "detalles de cualquier acto sexual", algo que aceptó el juez Merchan. Los abogados de Trump también han pedido que se anule el juicio penal contra Trump por las declaraciones de Stormy Daniels, pero el magistrado lo rechazó, a pesar de estar de acuerdo de que algunas de las preguntas a la actriz, a la que definió como un testigo "difícil de controlar", estuvieron fuera de lugar. Merchan tuvo que pedir a Daniels en varias ocasiones que se abstuviese de dar tantos detalles y se centrara en la pregunta que se le hacía. El equipo legal de Trump tiene su parte de culpa, según el tribunal, ya que hicieron pocas objeciones durante el testimonio de la actriz.

Stormy Daniels recibió un soborno y un ultimátum de Trump

Trump está acusado de, presuntamente, sobornar a Stormy Daniels con 130.000 dólares en 2016 para comprar su silencio, según el exabogado de la actriz, Keith Davidson. Según el letrado, Trump habría elaborado un acuerdo de confidencialidad para ocultar su aventura con Daniels. El intermediario de la negociación fue la mano derecha y antiguo abogado del expresidente, Michael Cohen, quien ha sido propuesto como testigo por la Fiscalía. La defensa de Trump advirtió al jurado del proceso, que lleva varias semanas en marcha y es el primero que protagoniza un inquilino de la Casa Blanca, que el pago se podría considerar una extorsión por parte de la actriz y su defensa.

Daniels se defendió este martes, diciendo que el dinero no era la razón por la que aceptó el acuerdo con Trump. La actriz ha manifestado que estaba preocupada por un ultimátum que recibió, algo que la defensa ha intentado desmentir. Los abogados del magnate han ido con todo contra la actriz, apuntando a incoherencias en su testimonio y acusándola de ser una mentirosa impulsada por la codicia. La defensa se apoya en un libro autobiográfico publicado por Daniels, en el que da una versión distinta de su aventura con Trump. El juicio seguirá el próximo jueves, ya que el juez Merchan decretó que los miércoles serían el día de descanso.