La negativa a reconocer la victoria de Joe Biden, y por ende su derrota, tendría mucho que ver en el hecho de que cuando deje la Casa Blanca será desprovisto de la protección de la que goza como presidente de los EEUU ante los casos judiciales que le amenazan.

El obstruccionismo del presidente de los EE.UU. a confirmar la victoria de su rival Joe Biden, es más que evidente. Algo que nunca había sucedido antes salvo un leve amago de Richard Nixon tras ser imputado por el Watergate. Su oposición, a menudo con tintes infantiles, y el cuestionamiento falso que hace de la legalidad y transparencia de los resultados electorales se agotarán, quiera o no, cuando se proclamen los resultados oficiales, se reúna el Congreso y el presidente electo, Joe Biden, asuma oficialmente el cargo el 20 de enero. Mientras tanto estas maniobras dilatorias y de obstrucción solo se entienden por distintas claves:

1) La más potente y creíble es la del miedo a enfrentarse sin el manto protector que le da ser presidente de los EE.UU. Una teoría tan ingenua como poco viable pero que en la mente autoritaria y populista de Donald Trump tendría cabida. El republicano teme convertirse en el primer presidente de los EEUU que tenga que sentarse en el banquillo de los acusados por algunos de sus actos cometidos. Y de ocurrir eso, lo haría despojado del escudo legal de que goza desde que fue elegido presidente

2) La creación de un relato, ya conocido en España contra Pedro Sánchez, de deslegitimación del futuro Gobierno de los demócratas y comenzar desde este mismo momento su desgaste para una hipotética presentación de Trump, en cuatro, años  a las próximas elecciones presidenciales. Un mandato agitando ese mantra de Biden “presidente ilegal” y “elecciones amañadas”, podrían ser las ideas fuerzas que les den, supuestamente, rédito electoral a los republicanos así como el mantenimiento de un marco discursivo. Mantener estable una porción amplia de adeptos y electores sería este objetivo.

3) Dar soporte y munición a su ofensiva judicial, que ya ha comenzado a ser fallida, por medio de más de 8.000 abogados.

4) Por último la más verosímil. Donald Trump, asesorado por su equipo, podría estar aprovechando este tiempo que le queda como presidente para justificar una acción inédita hasta el momento pero posible legalmente aunque no viable: concederse un autoindulto presidencial. Posible sí, viable no porque en los Estados Unidos este poder es muy extenso ya que el indulto presidencial “es una especie de varita mágica legal capaz de ofrecer inmunidad total contra todos los delitos federales pasados y presentes, ya sean acusados o no”, según ha destacado la CNN.

Ponen en duda la legalidad de un auto indulto

En esta apuesta por el auto indulto Trump se enfrenta a un problema como es que el indulto a un presidente solo incluye los delitos federales. Las denuncias presentadas en los tribunales estatales están excluidas de ese poder graciable. El diario británico The Independent no da validez jurídica a un auto indulto. Quedaría además a la discreción de un tribunal o incluso del Tribunal Supremo. Sería posiblemente  inconstitucional al violar la idea de que nadie debe actuar como juez en su propio caso.

¿Existen motivos para enjuiciar a Donald Trump?

 La pregunta que cabe hacerse ahora es la siguiente ¿Hay caso? ¿Existen motivos para enjuiciar a Donald Trump. La respuesta la vemos en un artículo titulado “El pueblo contra Donald Trump“ publicado en la revista New York Magazine: “Considerando la cantidad de delitos que ha cometido, el tiempo que los ha cometido y la variedad de jurisdicciones en las que han tenido lugar, su potencial exposición legal es asombrosa ". Y según publicó ayer lunes el diario francés “Le Monde” existen más de 12 investigaciones en marcha sobre él y sus familiares.

"La investigación rusa"

Iniciado a principios de 2017, se basa en los posibles vínculos entre el gobierno ruso y la campaña presidencial de 2016 de Donald Trump para dañar a su oponente, la demócrata Hillary Clinton.  

"El caso Ucrania"

Durante su mandato, Donald Trump fue sospechoso de haber suspendido una importante ayuda militar a Ucrania y de una visita oficial a la Casa Blanca del presidente Volodymyr Zelensky para obligarlo a abrir una investigación sobre el séquito de Joe Biden. Donald Trump fue absuelto por la cámara alta controlada por los republicanos. Pero el caso no aún finiquitado al estar ahora está en manos de un fiscal de Nueva York.

Diez investigaciones más en curso

Se trata de supuestas y repetidas violaciones de la Ley Hatc. Esta ley de 1939 prohíbe a cualquier empleado federal participar en actividades partidistas. Hasta quince violaciones a dicha ley se han detectado solo durante la celebración de la Convención Nacional Republicana, el pasado verano.

Pagos a una ex actriz pornográfica

Según Bloomberg explica, Trump se podría enfrentar a supuestos delitos por incumplir violaciones las leyes sobre financiación de campañas electorales. Por este hecho su ex concejal Michael Cohen fue condenado a tres años de prisión. Encima de la mesa judicial podría estar el hecho de la gran suma de dinero recibida a la ex actriz pornográfica Stormy Daniels, como parte de una cláusula de confidencialidad. Este documento se firmó pocos días antes de las presidenciales de 2016.

Posible delitos fiscales y tributarios

Desde que el New York Times revelara posibles irregularidades fiscales, se está impulsado la investigación que dirima si se trata de una maniobra legal o una evasión fiscal en toda regla.

El caso más conocido es el de que Donald Trump pagó solo 750 dólares en impuestos federales en el año en que fue elegido y además no abonó el impuesto sobre la renta durante diez de los quince años anteriores. Todo ello serían presuntamente delitos federales pero a Donald Trump también le amenazan otros casos en todo el Estado. Durante dos años, se ha enfrentado a procesos penales por fraude fiscal y fraude de seguros iniciados por el fiscal de Manhattan, Cyrus Vance.

Un horizonte legal muy complicado para Trump

Con todo lo descrito se puede entender mejor los intentos terribles y furibundos de Trump y su equipo por no abandonar la Casa Blanca. Son muchas las acusaciones y, finalmente, la decisión de procesar a Donald Trump se residenciaría en un fiscal especial y con una nueva administración, la de Joe Biden y con un fiscal que debería designar el Secretario de Estado de Justicia de ese nuevo Gobierno demócrata.

La posibilidad de un truco para que lo indulte Mike Pence

Y un último recurso. Trump podría, ya a la desesperada, jugar la baza de ceder el mando en los últimos días últimas de su mandato  a su vicepresidente, Mike Pence. En este caso sería Pence quien firmase el indulto presidencial. Existe un precedente cuando Gerald Ford indultó a Richard Nixon por el escándalo del Watergate. Esto tendría la dificultad de la erosión y daño enorme para el futuro del Partido Republicano. Esta decisión de Gerald Ford en 1974 hizo que el electorado, enormemente enfadado, se vengase en las urnas dos años después al llevar a la presidencia de los EEUU al demócrata Jimmy Carter. La venganza del pueblo contra los republicanos se sirvió en plato frío.