Luiz Inácio Lula da Silva ha hecho historia y Pedro Sánchez se lo ha reconocido. El presidente del Gobierno español le ha dado la enhorabuena al candidato de izquierda brasileño tras imponerse en unas apretadas elecciones al ultraderechista Jair Bolsonaro por un 50,68% de los votos frente al 49,32%, con el 95,96% escrutado.

El líder del Partido de los Trabajadores regresa a la presidencia del país tras completar una remontada que no afianzó hasta el estadio final del recuento, puesto Bolsonaro comenzó en cabeza y, poco a poco, se fue diluyendo.

Una vez el resultado esbozó que Lula era el ganador, Sánchez le dio la “enhorabuena” por “tu victoria en estas elecciones en las que Brasil ha decidido apostar por el progreso y la esperanza”; invitándole a trabajar “juntos por la justicia social, la igualdad y contra el cambio climático”; todas ellas, asignaturas pendientes de la administración saliente.

“Tus éxitos serán los del pueblo brasileño. ¡Parabéns, Lula!”, ha remachado el jefe del Ejecutivo español en su cuenta oficial de Twitter.

Unas elecciones históricas

Brasil nunca había asistido a un duelo tan reñido, que puso punto y final a una convulsa etapa. Una campaña marcada por la violencia política y la polarización que urgen a Lula a trabajar desde ya para coser a un país partido por la mitad. No es nada nuevo para él, atesora experiencia. A sus 77 años asumirá su tercer mandato tras las etapas de 2003-2010.

Los comicios no fueron calificados como históricos únicamente por sus resultados, sino por los dos proyectos políticos que se medían en las urnas. Dos modelos prácticamente antagónicos que ofrecían dos perspectivas sobre cómo encarar el aciago panorama político que se cierne sobre la región, con unos índices record de inflación, desempleo, desigualdad y hambre. Por un lado, la receta neoliberal salvaje de Bolsonaro salpimentada con limitación de derechos y negacionismo del cambio climático. Del otro, Lula y su apuesta por un Estado social regido por la justicia social y la igualdad, donde la Administración tenga un papel central en la amortiguación de las desigualdades.

El representante del Partido de los Trabajadores se ha convertido en el primer mandatario brasileño en enfrentar un tercer mandato, gracias al apoyo recibido en las urnas, en las elecciones con mayor participación de la historia del país.

Más cooperación

Los resultados brasileños propiciarán una mayor colaboración entre España y Brasil por el aumento de la sintonía entre gobiernos, tal y como ha admitido el propio ministro de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. En una entrevista en Radio Nacional, ha apuntado que las relaciones de España con el país brasileño durante el Ejecutivo de Bolsonaro no se han visto deterioradas, pero que ahora "van a tomar un nuevo impulso".

"El Gobierno de España intenta tener la mejor relación posible con todos los gobiernos de América Latina, pero es indudable que con Lula tenemos una agenda común muy clara, que es esa búsqueda de la justicia social y el progreso, ese defensa de la biodiversidad y lucha contra el cambio climático", ha afirmado.

El ministro ha asegurado que España apoyará a Brasil en esa agenda común con respecto a los asuntos globales, así como también en su apoyo para unir a todo Brasil "bajo estos objetivos y, por supuesto, en esa lucha que él (Lula) tiene contra el hambre y la pobreza".