Un cámara de la agencia de noticias Reuters, Issam Abdallah, ha muerto este viernes por un ataque de artillería israelí en la frontera libanesa con Israel, donde se registran enfrentamientos entre el ejército hebreo y milicias libanesas desde el pasado domingo. Otros cuatro periodistas resultaron heridos en el mismo incidente, dos de ellos de Reuters y dos de la cadena Al Yazira.

Abdulá formaba parte de un equipo de Reuters que proporcionaba una señal en directo desde la localidad libanesa de Alma el Chaeb, escenario de hostilidades entre Israel y el grupo chiíta Hezbolá, que se ha sumado a la guerra que libra el movimiento islamista palestino Hamás contra Israel desde hace una semana.

Según testigos presenciales, el vehículo en el que viajaban los reporteros fue alcanzado por un proyectil israelí cuando se dirigían a cubrir los combates en la zona. Abdulá murió en el acto, mientras que sus compañeros Thaer al Sudani y Maher Nazeh fueron trasladados a un hospital cercano con heridas de diversa consideración. Los periodistas de Al Yazira, Carmen Youkadar y Eli Brakhia, también sufrieron lesiones y recibieron atención médica.

La agencia Reuters confirmó la muerte de su cámara en un comunicado y expresó su apoyo a la familia y a los colegas de Abdulá. "Buscamos urgentemente más información, trabajamos con las autoridades de la región y apoyamos a la familia y a los colegas de Issam. Nuestros pensamientos están con su familia en este terrible momento", ha dicho la organización informativa.

La cadena Al Yazira también ha condenado el ataque y ha responsabilizado a Israel por la muerte del periodista y las heridas de los demás. "Este es un acto deliberado de agresión contra los medios de comunicación que intentan informar al mundo sobre lo que está ocurriendo en el Líbano", ha afirmado el director general de la cadena, Wadah Khanfar.

Silencio absoluto en el ejército israelí

El ejército israelí no ha hecho ningún comentario sobre el incidente, pero ha acusado a Hezbolá de usar a civiles y periodistas como escudos humanos para ocultar sus actividades militares. Israel ha intensificado sus ataques contra el sur de Líbano desde que Hezbolá lanzó cohetes contra su territorio en solidaridad con Hamás, que inició una ofensiva sorpresa por mar, tierra y aire contra Israel el sábado pasado.

La guerra entre Israel y Hamás ha causado más de 3.000 muertos y cientos de miles de desplazados en la Franja de Gaza, donde el gobierno israelí ha cortado el suministro de agua, electricidad y alimentos. En territorio israelí, los ataques palestinos han dejado 1.300 muertos y 150 rehenes. La comunidad internacional ha pedido un alto el fuego inmediato y sin condiciones para evitar una mayor escalada del conflicto.

La Casa Blanca asegura que Israel no consultó a EEUU antes de dar el ultimátum en el norte de Gaza

Por otra parte, el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha indicado que Israel no informó a su aliado norteamericano del ultimátum de 24 horas que ha dado a más de un millón de residentes del norte de Gaza para abandonar sus hogares en previsión de una posible ofensiva terrestre contra Hamás.

Así lo ha reconocido el portavoz del Consejo, John Kirby, en una rueda de prensa en la que ha asegurado que la Casa Blanca es perfectamente consciente de la "desesperada" situación humanitaria que atraviesan los civiles del enclave.

"Queremos asegurarnos de que los que quieren irse pueden hacerlo. Estamos trabajando con los israelíes y con los egipcios para darles un pasaje seguro fuera del sur de Gaza y queremos preservar la capacidad de obtener asistencia humanitaria", ha indicado en comentarios recogidos por el diario israelí 'Haaretz'.

Sobre la crisis abierta con esta ola de desplazamientos, el portavoz se ha mostrado plenamente consciente de la gravedad de la situación. "¿Compartimos las preocupaciones de la comunidad internacional sobre las desesperadas necesidades humanitarias dentro de Gaza? La respuesta, en breve, es que sí", ha manifestado.

Para el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, la evacuación de la zona es complicada tanto por su alta densidad de población, como por el entorno urbano y por el hecho de que ya es de por sí una "zona de combate".

"No creo que nadie subestime el reto que supone llevar a cabo esa evacuación", ha manifestado Kirby, alineándose así con la postura de Naciones Unidas, que también ha alertado de que la evacuación es "imposible" sin que tenga consecuencias humanitarias.

Kirby ha asegurado que la Administración de Estados Unidos no quiere que "ningún civil resulte herido", y ha apuntado que para ello sería mejor que la población palestina contara con más tiempo para evacuar el norte de la Franja de Gaza.