El ejército israelí ha exigido a más de un millón de ciudadanos de la Franja de Gaza que se desplacen hacia el sur si no quieren sufrir las consecuencias de su incursión. Tras una semana de bombardeos, amenazas y movilización de reservistas, este plan se vaticina como un movimiento previo a la incursión terrestre que muchos esperan y que aún no se había producido.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha notificado esta voluntad israelí, reclamando a las autoridades que traten de poner freno a una escalada bélica. “Evacúen la ciudad por su propia seguridad”, han reclamado las Fuerzas Armadas de Israel. Esta amenaza, que Hamás por el momento decide obviar al considerar que se trata de propaganda, afectaría a todas las personas que viven al norte de Wadi, donde residen aproximadamente 1,1 millones de personas de los 2,3 que habitan la Franja.

“Es imposible que tal movimiento masivo de personas se pueda producir sin consecuencias humanitarias devastadoras”, ha advertido en un comunicado Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres. A esto se le suma el bloqueo perpetrado por Israel, históricamente, a la Franja de Gaza. Tras el ataque de Hamás, el país regentado por Benjamin Netanyahu parece dispuesto a hacer morir de inanición a miles de palestinos, que, esta vez, ven cómo son incapaces de recibir ayuda humanitaria desde ningún punto fronterizo.

“Sin acceso para proporcionar suministros esenciales, los trabajadores humanitarios de la ONU advierten que Gaza está al borde de quedarse sin alimentos, agua, electricidad y suministros críticos”, explica Naciones Unidas. "El suministro de agua no se puede reponer debido al bloqueo total de la Franja por parte de las autoridades israelíes. No se puede traer combustible y los proveedores de agua israelíes ya no pueden entregar agua en Gaza", ha explicado Dujarric.

Naciones Unidas no es la única organización que alerta de las devastadoras consecuencias de una premeditada y cruel operación terrestre por el norte de Gaza. Desde Amnistía Internacional, en boca de su secretaria general, Agnès Callamard, explica que el "castigo colectivo" de la población civil es "cruel e "inhumano": "Es un crimen de guerra". Además, la ONG Human Rights Watch (HRW) ha indicado que las Fuerzas Armadas israelíes están utilizando fósforo blanco en sus operaciones, como ya sucediese en Líbano, y ha alertado del riesgo de su uso para civiles.

La necesidad de un corredor humanitario

Son muchos los organismos y mandatarios que han solicitado que las hostilidades paralicen el tiempo suficiente para asegurar un corredor humanitario que permita la evacuación de civiles, la entrada de alimentos y ayuda desde terceros países como Egipto. 

De hecho, el presidente de Egipto, Abdelfatá al Sisi, ha reclamado a Netanyahu que permita la entrada de víveres para los palestinos asediados por los bombardeos y ataques incesantes de Israel. La comunidad internacional insiste en la misma dirección. El último en pronunciarse ha sido el presidente de Brasil,  Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha reclamado a Israel que deje de asediar la entrada por la franja de Gaza, actualmente controlada por Hamás y campo de batalla desde el pasado sábado.