México ha vuelto a temblar en una fecha clave y enigmática: un 19 de septiembre, 37 años después del seísmo más terrible del país -1985- y cinco después del último -febrero de 2017-. Esta vez, la magnitud del terremoto ha sido de 7,4 grados a las 13:05 hora local (20:05 hora peninsular).

El epicentro del seísmo se ha dado en el Estado de Michoacán, en el centro del país, ha dejado al menos un muerto y se ha producido a una hora escasa de celebrarse el simulacro que estaba previsto para recordar y saber cómo reaccionar ante el mismo fenómeno que ya sembró el caos hasta en dos ocasiones.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha reaccionado al terrible suceso: “Vamos a empezar a recoger información, esperamos de todo corazón que no haya pasado nada grave”, ha asegurado en un vídeo que ha compartido en sus redes sociales al conocer la noticia.

Claudia Sheinbaum, la jefa del Gobierno en la capital mexicana, ha asegurado también en sus redes sociales que, por el momento, "no se reportan daños": "Cinco cóndores de las autoridades siguen haciendo sobrevuelo", ha confirmado. 

No obstante, y teniendo en cuenta la alta magnitud del terremoto, las autoridades alertan que no se descarta que se produzcan fuertes olas de hasta tres metros en las costas mexicanas, por lo que piden precaución a la ciudadanía. Igualmente, otros puntos costeros Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá o Perú también podrían verse afectados. 

Una fecha negra

Precisamente este lunes se conmemora el doble aniversario de los terremotos de 1985 y 2017, que se cobró con la vida de alrededor de 6.000 y 369 personas respectivamente, con un ejercicio de evacuación masivo.

El terremoto de magnitud 8,1 acabó con la vida de al menos 6.000 personas en Ciudad de México, mientras que el terremoto de magnitud 7,1 32 años después se cobró la vida de 369 personas en la capital y en otras partes del sur y centro del país.

El terremoto de 2017, que tuvo su epicentro a 120 kilómetros al sur de la Ciudad de México, tuvo lugar solo dos horas después de un simulacro de evacuación que marcó el aniversario del terremoto de 1985. Casi 40 edificios colapsaron y más de 5.000 edificios sufrieron daños en la capital.