Manfred Weber quiso pasar a la historia, esa personal que le hace llevar en la política europea 20 años pero sin cargo ejecutivo conocido ni tan siquiera en su país, Alemania. Este germano nacido en Niederhatzkofen hace 51 años soñaba con ser presidente de la Comisión Europea y así lo anunció y se postuló en septiembre de 2018. Pero, a pesar de que pocos meses después, el 26 de mayo de 2019, su formación, el Partido Popular Europeo (PPE), consiguió alzarse con la victoria y con el mayor número de asientos en la Cámara europea, cuando rozaba su sueño y el cielo con la mano y Weber parecía el favorito en todas las quinielas, cayó desplomado del cielo a la tierra: una compatriota suya y exministra de Defensa llamada Úrsula von der Leyen fue la elegida en la cumbre de la UE de junio. Toda una humillación, pues Von der Leyen no era ni siquiera eurodiputada.

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Weber, un auténtico holligan de los intereses partidistas 

Dicen que Weber no ha podido superar ese fracaso y que persigue frenéticamente la revancha con el objetivo puesto en las elecciones al Parlamento europeo del 9 de junio de 2024. Y para ese objetivo no está dudando en acercarse a la extrema derecha, tener amigos de ese entorno aun a costa de fracturar al Partido Popular Europeo y comportarse, como hizo con Pedro Sánchez, como un auténtico holligan de los intereses partidistas.

Este político alemán, miembro de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) y presidente del Partido Popular Europeo, ha sufrido, desde entonces, un proceso de radicalización intentando hacer del PPE, un estilete que usa sin disimulo en contra de los gobiernos progresistas del continente, así como, y eso es lo más grave y peligroso, tejiendo alianzas con la ultraderecha y abriéndole las puertas de Estrasburgo y Bruselas.

Condescendiente con Orbán y su deriva autoritaria

Pero el coqueteo (o plasmación de sus propias ideas, tal vez) de Weber, ya había comenzado antes. Se recuerda que en julio de 2013 el LIBE (Comité del Parlamento Europeo de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos Internos), hizo público el “Informe Tavares” muy crítico con los cambios constitucionales que estaba llevando el Gobierno de Hungría del ultra Viktor Orbán y que ponían en peligro derechos fundamentales. Ante la sorpresa de muchos, Weber criticó el informe alegando que suponía un ataque a Orbán por motivaciones políticas dirigido por las formaciones de izquierda. Más tarde, en septiembre de 2018, Weber se vio obligado a recular y a refrendar el “Informe Sargentini” que instó al Consejo europeo a activar el artículo 7 del Tratado de la UE contra las medidas antidemocráticas del gobierno húngaro. ​Además Weber, provocó que el Grupo del Partido Popular Europeo se rompiera, ya que 115 parlamentarios votaron a favor del informe, 57 lo hicieron en contra, con 28 se abstuvieron y 20 no asistieron al Pleno.

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La polémica de la “Solución Final”

Para la polémica quedaron unas declaraciones del presidente del PPE del 5 de enero de 2018 pronunciadas en una reunión de su partido, la CSU. Ante centenares de delegados, Weber afirmó que “en el año 2018 el tema europeo central es la solución final para la cuestión de los refugiados”.​ Pronunciar esa frase en Alemania es algo que pone el vello de punta y hiere sensibilidades, pues recuerda a la Solución Final para la cuestión judía del régimen nazi. Sus enemigos, que los tiene incluso internos, criticaron los términos utilizados. Weber capeó el temporal amparándose en las redes sociales con un tuit que hablaba de “malinterpretación” de sus palabras.

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Campaña contra Jean-Claude Juncker

También, sus enemigos internos, le censuran que en vísperas de las elecciones del 2029 al Parlamento Europeo, Weber, como máximo responsable del PPE, no lograr parar una fuerte campaña. Precisamente de su “amigo”, el presidente de Hungría, Viktor Orbán, contra el entonces presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, compañero del mismo PPE como miembro Partido Popular Social Cristiano de Luxemburgo. Juncker, una de las figuras principales en la creación del Tratado de Maastricht, persona muy querida y respetada en el seno de la derecha europea, fue el artífice de la victoria del Partido Popular Europeo (PPE) en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014.

Fracaso como candidato a presidente de la Comisión Europea en 2019

Y llegaron las elecciones para la Eurocámara de 2019. Weber logra entrar en el spitzenkandidat. Este término alemán se refiere al proceso de designación del presidente de la Comisión a partir de los candidatos de los partidos. En ese proceso, el Partido Popular Europeo llegó a un acuerdo con el Partido de los Socialistas Europeos y con el Partido de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa para conformar la nueva Comisión Europea. Weber, que estaba seguro de que él iba a ser el agraciado, fue vetado por sus socios de Gobierno. Ahí pudo empezar su caída y, por ello, se entendería la estrategia personal de acercarse a la extrema derecha de distintos países de la UE. Weber ansía ser presidente tras las elecciones de este próximo junio y vengarse de la humillación recibida frente a Úrsula von der Leyen.

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Weber y su obsesión con España: Apoyó al PP en los regadíos ilegales de Doñana

Este graduado en ingeniería, tiene cierta fijación con España y contra su presidente, Pedro Sánchez. Además de la dura intervención contra Sánchez este pasado miércoles en la Eurocámara -siguiendo al dictado y estrictamente el guión elaborado por Génova 13- se recuerda su actuación a favor de Juanma Moreno, del PP y de Vox, en la polémica de los intentos para legalizar regadíos ilegales en Doñana. Con la Comisión Europea en contra y amenazando con sanciones a España ante la grave situación hídrica de este Parque Nacional y Patrimonio Mundial, lejos de apoyarlo, Weber se enfangó llegando a acusar a la Comisión de maniobrar en contra del Gobierno andaluz, precisamente en manos del PP. Alegaba el alemán que la Comisión Europea y el comisario de Medio Ambiente, estaban haciendo un favor al Gobierno de Pedro Sánchez”. Finalmente, y visto el encuentro y el acuerdo entre la ministra Teresa Ribera y Moreno, Weber ha vuelto a perder su apuesta partidista.

Del centro-derecha a la derecha dura

La evolución sufrida por Weber ha ido del centro derecha democristiano a la cercanía y coqueteos con la extrema derecha. Ese parece su objetivo ahora, ir a las elecciones europeas con acuerdos pre o poselectorales con estos grupos radicales. Todo lo que le permita tener mayoría en la Eurocámara para ser presidente de la Comisión Europea, su obsesión. Por ello se explica la amistad que le une a la italiana Giorgia Meloni, su “aliada constructiva” en Fratelli D'Italia. A Meloni la elogia y con Meloni, el alemán se reúne, se deja ver y se hace fotos. Aunque sus amistades peligrosas con la política italiana le vienen de antes, se acercó a Silvio Berlusconi y defendió un acuerdo con el controvertido ex presidente italiano y el entorno de la extrema derecha en Italia.

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Las “amistades peligrosas” de Weber

“Meloni es constructiva en Europa, apoya a Ucrania y no hay problemas con el Estado de derecho en Italia”, dijo recientemente. Weber no le hace asco a nada en su calculadora de votos para el próximo Parlamento Europeo. Le hace carantoñas al populista Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB) holandés, al checo Fiala o la extrema derecha finlandesa. Todo suma. Ha bajado el listón de las condiciones para pactar y blanquear a la extrema derecha. Solo debe ser proeuropea, proucraniana y proisraelí. Santiago Abascal. Vox, Meloni y Fratelli D'Italia caben en su cajón de sastre de bolsa de votos. Tanto se acerca Weber a los ultras, que el portavoz del grupo de extrema derecha Identidad y Democracia en el Parlamento Europeo, donde están los franceses de Le Pen o los alemanes de Alternativa por Alemania (AfD), acusaron al presidente del Partido Popular Europeo, de robarle las ideas en sus duras propuestas migratorias.

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Weber fractura a la derecha europea y al PPE

Con Manfred Weber, el PPE se ha fracturado, dejando abandonando la tradicional posición de los conservadores europeos frente a la extrema derecha y llegando a los aledaños de varios partidos ultras europeos. Ha dividido al PPE en dos sectores, uno más integrista y otro más liberal. A tanto ha llegado la división, que el grupo ha votado, en ocasiones de manera distinta en Estrasburgo y Bruselas en temas como la violencia de género, el aborto o políticas del colectivo homosexual.

Las dos almas de la derecha europea

En esas dos almas de los conservadores europeos, Feijóo y el Partido Popular se sitúan del lado más extremista junto a Weber. Así lo ha demostrado con sus votos para no incluir la violencia de género en la lista de eurodelitos, el no reconocimiento de las parejas LGTB en toda la UE y no aceptar el derecho al aborto. Ello está provocando que figuras como el nuevo presidente polaco y anterior presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se posicionen en contra de estas tesis. Tusk, ya advirtió de lo peligroso que era que el PP español pactara con Vox. También Markus Söder, jefe del Gobierno de Baviera y dirigente del CSU, advirtió del error de esta estrategia emprendida por Weber. Le siguen creciendo los enemigos internos, ya que el proyecto de un acuerdo en Europa entre la derecha liberal y la ultraderecha avanza rápidamente de la mano del presidente del PPE. El enfrentamiento entre Úrsula Von der Leyen y Weber, también es más que patente. Weber quiere vengarse y conseguir la presidencia de la Comisión Europea en las elecciones de 2024. Los grupos de izquierda, en caso de presentarse los dos alemanes, optarían por Von der Leyen y, dentro de su formación europea, los mas centristas y de convicciones liberales más firmes, tampoco lo apoyarán. Y después del numerito de Weber este pasado miércoles contra Pedro Sánchez, lo tiene más difícil todavía. No olvidemos que Sánchez es, desde hace un año, el presidente de la Internacional Socialista. Y Sánchez no olvida.

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“Dígame, señor Weber, ¿usted sabe quiénes son los aliados del PP en España?”

Con todos estos datos, son comprensibles las preguntas de Sánchez que pusieron nervioso a Weber tras el revolcón dialéctico sufrido: “Dígame, señor Weber, ¿usted sabe quiénes son los aliados del PP en España? ¿Sabe usted realmente qué representa y qué piensa Vox realmente? Le invito a no confundirse de adversario. Ese error ya lo cometió la derecha europea en el pasado y Europa lo pagó muy caro”. 

Manfred Weber, humillado por Von der Leyen, vapuleado por Sánchez, con enemigos internos en el PPPE, se acerca a la ultraderecha como su tabla de salvación. Pero, eso, precisamente eso, puede ser su precipicio que lo hunda… y ya sería del todo y para siempre. Ganas le tienen.

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