El ejército de Israel ha confirmado la muerte de Ibrahim Mohamad Kobeisi, quien era el jefe de la unidad de misiles de Hezbolá. La confirmación llega en un contexto de intensificación de los ataques aéreos en la capital libanesa, Beirut, que han resultado en la muerte de al menos seis personas y 15 heridos en el barrio de Ghobeiri. Este barrio, de mayoría chií, ha sido uno de los más afectados por los bombardeos, que se han intensificado desde este lunes.
El Ministerio de Sanidad de Líbano ha proporcionado un primer balance oficial tras los ataques, mientras que el ejército israelí ha reportado que las operaciones del martes fueron parte de una estrategia de "bombardeo selectivo".
Entre las figuras eliminadas se encuentra Kobeisi, quien, según las autoridades israelíes, comandaba varias unidades importantes dentro de Hezbolá, incluyendo la rama de misiles de precisión. Kobeisi, que se unió a Hezbolá en la década de los ochenta, había ocupado varios puestos militares clave dentro de la organización y fue responsable del lanzamiento de misiles contra posiciones israelíes en los últimos años.
Además, el ejército israelí ha destacado que Kobeisi participó en el secuestro de varios militares de las Fuerzas de Defensa de Israel en el año 2000, quienes fueron encontrados sin vida cuatro años después. Esta serie de ataques forma parte de una campaña más amplia que ha incluido cerca de 2.000 municiones lanzadas contra aproximadamente 1.500 infraestructuras en Líbano, según el jefe del ejército israelí, Herzi Halevi.
Enfrentamientos en la región
Halevi ha subrayado la necesidad de "no dar respiro" a Hezbolá y ha anunciado que las fuerzas israelíes acelerarán las operaciones ofensivas en Líbano. Mientras tanto, Hezbolá ha respondido con el lanzamiento de decenas de proyectiles contra posiciones militares israelíes y una fábrica de municiones, aunque no se han reportado víctimas ni daños materiales significativos.
Este recrudecimiento de las hostilidades se produce en un contexto de tensiones elevadas en la región, especialmente tras la serie de explosiones coordinadas la semana pasada, que dejaron alrededor de 40 muertos y unos 3.000 heridos. Estos incidentes han sido criticados por la comunidad internacional debido a su carácter indiscriminado.