El Estado genocida de Israel no frena en su pretensión de asesinar a casi la totalidad de la población civil palestina y ocupar sus territorios, cometido para el que cuenta con el apoyo de Estados Unidos, acostumbrado a irrumpir en países extranjeros, y la equidistancia del resto del bloque occidental, subordinado al gigante americano. Sin embargo, en las últimas semanas se está produciendo una respuesta de parte de la comunidad internacional, liderada por España, que pretende sacar a Europa de la permisividad con Israel en la que lleva encallada más de medio siglo.
"No podemos permitir que haya personas que usen la violencia sistemáticamente para erradicar a los palestinos de su propia tierra o que tengan planteamientos frente a las cámaras de televisión completamente contrarios a los derechos humanos. Tienen que saber que, desde luego, no serán bienvenidos en Europa”, ha trasladado este domingo el ministro de Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, que ante líderes y organizaciones internacionales ha llamado a la ruptura de las relaciones comerciales, un embargo de armas al invasor y el establecimiento de sanciones individuales, aunque si denominar al genocidio por su nombre.
Las víctimas civiles del Gobierno de Benjamín Netanyahu superan las 60.000, un tercio de ellas niños, y viejo continente empieza a plantearse tomar medidas que con Rusia asumió poco después de estallar la guerra de Ucrania. Palestina ni siquiera tiene un ejército con el que defenderse y es víctima de los bombardeos y la limpieza étnica diariamente, pero los complejos de Alemania, el avance de la extrema derecha en Europa y la aprobación de Donald Trump del apartheid han evidenciado la inoperancia de la Unión Europea (UE).
La diplomacia ha fracaso una vez más ante el abuso que cuenta con el respaldo de la OTAN y desde España se insiste en la necesidad de poner "acciones concretas sobre la mesa". "Si la guerra no para, el Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea e Israel […] tiene que ser suspendido inmediatamente", ha defendido Albares. Esta decisión no sería tan revolucionaria como a priori puede parecer, simplemente supondría el cumplimiento del artículo 2 del propio acuerdo: “Las relaciones entre las partes se basarán en el respeto a los derechos humanos y a los principios democráticos”.
Netanyahu y el Estado genocida que comanda no está respetando los derechos humanos y para percatarse de ello solo hay que atender a las miles de imágenes que diariamente dejan constancia de la comisión de crímenes de guerra y que llevaron a la que la Corte Penal Internacional a emitir una orden de detención contra el primer ministro hace más de medio año. Sin embargo, para frenar la matanza o, por lo menos, para que Europa deje de ser responsable directa de esta, deben tomarse decisiones como no vender las armas con las que se está quitando la vida a niños.
"Todos tenemos que poner en marcha un embargo de armas", ha reclamado el titular de la cartera de Exteriores española, que considera evidente que “no puede haber venta de armamento a Israel" puesto que "Oriente Medio lo último que necesita en estos momentos son armas". Este es el discurso defendido por el Gobierno desde hace casi un año, aunque las polémicas por los contratos de compraventa de armas con Israel que se han revelado han deslegitimado la postura en el interior del país, aunque no de puertas hacia fuera.
No obstante, España asegura haber rectificado unos contratos que considera un “error” y ahora apuesta por llegar hasta el final para intentar frenar el genocidio. "Tenemos que revisar la lista nacional de sancionados individuales que tenemos cada uno de nosotros y también la Unión Europea para estar seguros de que no permitimos que aquellos que no quieren la solución de dos Estados, que todos sabemos que es la solución definitiva para conseguir paz y estabilidad para Oriente Medio, puedan triunfar", ha expuesto Albares.
Estas sanciones individuales podrían afectar a Netanyahu o a parte de la oligarquía israelí, como sucediera en el caso ruso, y el ministro de Exteriores ha asegurado no descartar “ninguna”. La lista que plantea España iría incluyendo "a todos aquellos que no creen en la solución de dos Estados y además la imposibilitan con sus actos". Por último, ha considerado “absurdo” el argumentario habitual israelí de considerar “antisemitismo” la condena del asesinato de niños quemados vivos, el bombardeo de hospitales, el uso de hambre y la sed como arma de guerra o las torturas sistemáticas contra población palestina.