Un quebradero de cabeza. Cuatro palabras que vienen que ni pintadas para describir la situación del envío de tanques Leopard a Ucrania. Desde Kiev, el presidente Volodimir Zelenski ha rogado a Occidente la entrega de los carros de combate alemanes. Sin embargo, la petición del líder ucraniano se ha topado con una variedad de respuestas que han expuesto la división en el seno de la Unión Europea en este debate. Desde Bruselas se posicionan con el máximo mandatario del país invadido, reclamando al resto de potencias que envíen sus blindados para potenciar su arsenal. Sin embargo, Alemania ha mostrado serias dudas al respecto, aunque “no se oponen” a que terceros los redistribuyan. Entre tanto, España aguarda en un discreto segundo plano, a expensas de un gran acuerdo comunitario que acabe decantando la balanza, según apuntan algunas informaciones.

Este lunes, el presidente del Consejo de Europa, Charles Michel, ha percutido en la idea de poner los Leopard al servicio de Ucrania. En las páginas del diario El Mundo, ha explicado que todos los estados miembros son conscientes de la gravedad de la situación. “Estamos en un momento decisivo”, ha subrayado el alto cargo comunitario, quien puntualiza que no todos los países que conforman la UE forman parte, a su vez, de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Además, hay naciones que “jamás” han enviado armas a otros países en guerra.

Michel no rehúye el “acalorado debate” que se ha despertado en el seno de la UE, aludiendo a países como Polonia, que han expresado claramente su voluntad de cooperar y enviar blindados a Ucrania. Sin embargo, otros han titubeado al respecto y no han despejado las dudas sobre su posicionamiento final. Alemania es uno de estos. El presidente del Consejo Europeo reconoce que los germanos “juegan y han jugado” un papel fundamental como “contribuyentes netos”. “Pese a sus reservas, ocupa un lugar muy destacado”, ha admitido, antes de insistir en que es de vital importancia estar del lado de Ucrania y brindarles “todo el apoyo que necesiten”. “No podemos fallarles”, ha enfatizado.

Dudas en Berlín

La Unión Europea no puede ocultar la división en esta materia. El pasado viernes 20 de enero, el Grupo de Contacto para Ucrania de la OTAN se reunión en la base militar de Ramstein, precisamente en Alemania. Un cónclave que se antojaba crucial para unificar posturas y ahormar una respuesta conjunta sobre el envío de armas a Ucrania. Como creadores y suministradores de los codiciados tanques Leopard 2, el Gobierno germano no atisba con buenos ojos redoblar la entrega de los carros de combate a Ucrania, aunque condicionó su postura final a la existencia de un posible acuerdo al respecto.

La negativa teutona zarandeó los cimientos de la Unión Europea. Polonia ha defendido con vehemencia la entrega de suministros armamentísticos a Ucrania para defenderse de las maniobras de Vladimir Putin. Tal es así que incluso amenazaron con “aislamiento internacional” a Alemania si les impedía enviar los Leopard a sus vecinos. "Tenemos que entender que Alemania, sin dar consentimiento para suministrar estos tanques a Ucrania, cae en el aislamiento. Si continúan ciñéndose a esta postura, entonces va a convertirse en una postura extremadamente débil", afirmó el viceministro de Exteriores de Polonia, Arkadiusz Mularczyk.

En cualquier caso, la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, avisó el pasado domingo de que su país “no se opondrá” si otros estados tienen intención de enviar los carros de combate a Ucrania. “No nos han hecho la pregunta hasta el momento, pero si nos la hacen, no vamos a oponernos”, puntualizó. Hasta este momento, los germanos se negaron a tregar los blindados a Kiev, provocando la respuesta polaca, que calificaron “inaceptable” los posicionamientos de Berlín.

“Ha pasado casi un año desde el estallido de la guerra. Las pruebas de los crímenes de guerra rusos se pueden ver hasta en YouTube. ¿Qué más necesitan para abrir los ojos?”, se preguntaba el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki. Entre tanto, Finlandia también se ha adherido a los polacos, aunque ambos se encuentran a expensas de la decisión final de Berlín.

España, a la espera

El Gobierno nunca ha puesto en duda su compromiso con Ucrania. Su apoyo en la guerra contra Vladimir Putin es firme. No obstante, en este controvertido asunto del envío de los tanques Leopard, España se ha situado en un discreto segundo plano. Moncloa está dispuesta a suministrar carros de combate a Ucrania, pero solo y exclusivamente esta decisión es fruto de un acuerdo a escala europea. Un escenario que, hasta la fecha, ha sido imposible.

En junio del pasado 2022, España fue de los primeros países en poner sobre la mesa el suministro de un robusto lote de Leopard A4 al frente ucraniano. 108 unidades de segunda mano que Alemania vendió en 1995, en virtud de un contrato de fabricación de los tanques en Sevilla. Los vehículos descansan desde hace más de una década en la base del Ejército de Tierra en Zaragoza, sometidos a escrupulosos procesos para evitar el deterioro.

El ofrecimiento de España degeneró en una polémica en Alemania, pues el Gobierno germano debía autorizar la operación y mostraba una fuerte división al respecto. Entonces, la ministra de Defensa, Margarita Robles, optó por cerrar la controversia y alegó que los carros de combate estaban en pésimas condiciones, pudiendo ser un “riesgo para las personas”. Berlín, entonces, deslizó que no se produjo en ningún caso una solicitud formal por parte del Ejecutivo español.

El conato de tensión con Berlín ha forzado a Moncloa a aguardar en silencio, esquivando el titular y emplazando a los Veintisiete a un acuerdo para proveer a Ucrania con lotes de carros de combate. Argumentos que ha resaltado este mismo lunes la ministra de Defensa. Robles se ha reafirmado en que la posición de España está sujeta a una decisión en coordinación con el resto de naciones aliadas.

En su visita a la Unidad Militar de Emergencias (UME), la titular del ramo no ha abandonado el camino de la “discreción”, resaltando que la “prioridad” pasa por la unidad en la respuesta a Rusia. “No es necesario un debate público ni enfrentamientos entre los aliados”, ha subrayado tras el acalorado rifirrafe entre Polonia y Alemania. La posición es “clara” y se cimenta en la “unidad” entre los países aliados, la prudencia y el apoyo a Ucrania.

Robles ha subrayado que se trata de material militar cuya finalidad es “defensiva”, para que Ucrania siga ejerciendo su “legítima defensa” y pueda ayudar a “salvar vidas”. “Lo único que me preocupa en este momento es que Putin está atacando cruelmente a Ucrania, la situación de la población civil es dramática y el material enviado por España tiene una finalidad defensiva”, ha argumentado la ministra de Defensa, con una alusión implícita a la negativa de sus socios de Gobierno a enviar los Leopard.