La embajada de Irán en España ha desmentido que Cristiano Ronaldo haya sido condenado a 99 latigazos, tal y como informaba la cadena 'Sharq Emroz' este viernes. De acuerdo con el citado medio, el futbolista portugués había sido condenado por la Justicia de Irán a 99 latigazos por 'adulterio', unos hechos que han sido rectificados por la Embajada iraní.

"Desmentimos rotundamente la emisión de cualquier fallo judicial contra cualquier deportista internacional en Irán. Es motivo de preocupación que la publicación de noticias tan infundadas pueda eclipsar los crímenes de lesa humanidad y los crímenes de guerra contra la oprimida nación palestina. Cabe señalar que Cristiano Ronaldo viajó a Irán los días 18 y 19 de septiembre para jugar en un partido oficial de fútbol y fue muy bien recibido por el pueblo y las autoridades. Su encuentro sincero y humano con Fatemeh Hamami también fue elogiado y admirado tanto por la gente y como por las autoridades deportivas del país", ha publicado el organismo a través de su cuenta de Twitter.

 

Esta noticia fue recogida por varios medios españoles, que especificaban que Cristiano Ronaldo, de volver en algún momento a Irán, sería detenido para recibir la condena.

El encuentro al que se refería el bulo

Hace unas semanas, el astro portugués se encontraba en Teherán, capital de Irán, con motivo de un partido que disputaba el Al-Nassr, equipo en el que actualmente milita. Concretamente, el conjunto saudí se enfrentaba al Persépolis en la fase de grupos de la Liga de Campeones asiática, equivalente a la Champions europea. 

El encuentro entre el futbolista y la pintora iraní Fatima Hamami tuvo lugar en el hotel de concentración. Hamami, pintora con un 85% de discapacidad, es una reconocida fan del jugador, por lo que decidió conmemorar su visita regalándole varios de sus obras y retratos. 

Como señal de agradecimiento, en un gesto de lo más normal, el jugador portugués decidió conversar con ella, abrazarla y posar juntos frente a las cámaras, inmortalizando de esta forma el momento. Un gesto que fue calificado de "adulterio" y por el que Cristiano Ronaldo se enfrentaba a la hipotética condena de 99 latigazos, antes de ser desmentido.