El multimillonario y dueño de X (antes Twitter), Elon Musk, abandona la Casa Blanca. 130 días después y sin haber cumplido con el trabajo, el magnate abandona el proyecto del presidente del país, Donald Trump, con quien dice sentirse "decepcionado, especialmente en lo que se refiere al proyecto de reforma fiscal del responsable del país de las estrellas y barra, tal y como aseguraba en redes sociales.
Antes de anunciar su renuncia, Musk señaló que las medidas de Trump ponen en riesgo el trabajo que ha venido haciendo el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que él dirige. El empresario habló del “enorme proyecto de ley de gastos, que aumenta el déficit presupuestario”.
El recorrido de Musk en la Casa Blanca no está exento de polémica en tanto en cuanto el hombre más rico del mundo ha desmantelado agencias y programas sociales, despedido y forzado la renuncia de funcionarios y empleados federales e invadido ilegalmente la autoridad del Congreso con sus medidas radicales, según exponen numerosas órdenes judiciales.
Pese a todo, lo que no consiguió Musk fue lo que prometió: reducir el déficit federal en dos billones de dólares, una aspiración que finalmente rebajó al billón. Nada más lejos de la realidad, no solo no ha conseguido no reducir el déficit, sino que además ha continuado aumentando desde el aterrizaje del magnate a Washington.
Rusell Vought será el sustituto
La oficina que hasta ahora dirigía Trump se mantendrá en activo, pero en manos del ultrcanservador Russell Vought, quien ocupa también el cargo del director de la oficina de presupuesto, en el que ha estado en plena coordinación con el líder estadounidense.
Hace una semana, la Administración Trump sacó pecho de haber logrado que la Cámara de Representantes aprobara, por tan solo un voto de diferencia, un proyecto de ley para recortar impuestos a la vez que aumenta el gasto en defensa, en medio de las críticas dentro del propio Partido Republicano. La ley, que tendrá que pasar ahora a un Senado en el que los republicanos tienen mayoría, contó con 215 apoyos y 214 votos en contra, incluidos el de dos congresistas díscolos que votaron junto a los demócratas.
Además de extender los recortes impuestos en 2017 durante su primer mandato, añade nuevas exenciones fiscales y una mayor financiación a su agresiva política migratoria. Para compensar este aumento del gasto, propone desviar partidas destinadas en un primer momento a programas sociales y de asistencia sanitaria.
Musk y Trump exhibieron una gran sintonía a la llegada del republicano a la Casa Blanca, pero poco a poco Musk se ha ido apartando no ya sólo de la primera línea política, sino también de su trabajo al frente del muy cuestionado DOGE, que en sus primeras semanas en funcionamiento despidió a miles de trabajadores y redujo, entre otras, las actividades de ayuda exterior del Gobierno de Estados Unidos. En abril, ante una pronunciada caída de más del 71 por ciento de los beneficios de su empresa Tesla, Musk anunció que limitaría su labor como asesor del Gobierno.
Musk, en caída tras acercarse a Trump
Elon Musk, como cualquier otro multimillonario, es conocido por muchos aspectos que van más allá de las compañías que sustentan su fortuna. Pese a ello, acercarse al republicano le ha perjudicado económicamente: Tesla es una de las apuestas y sustentos principales de Musk, pero se ha visto sumamente tocada por su idilio con el ultra y presidente de los Estados Unidos.
El acercamiento a Donald Trump, hasta el punto de mostrarse como su número dos en la campaña electoral, le ha salido muy caro al sudafricano y a su empresa de automoción, que ha ganado un 71% menos en el primer trimestre del año, en comparación con el resultado de 2024. Aunque este retroceso no se traslada en pérdidas, Tesla ha registrado un beneficio de 410 millones de dólares entre enero y marzo, lo que representa el peor trimestre para la compañía desde finales de 2020, y sus acciones valen la mitad que en diciembre de 2024.
Tesla ha vendido un 13% menos de productos, cayendo los ingresos por el producto principal, los coches eléctricos, un 20%. Europa ha sido uno de los mercados donde más se ha desplomado y no precisamente por el retroceso de compras de estos vehículos, que ha crecido notablemente en el viejo continente. La propia empresa, que no pertenece en su totalidad a Musk, ha reconocido una cierta relación entre el desplome y el periplo electoral que se ha marcado el excéntrico sudafricano junto con Trump, que tan pronto como llegó a la Casa Blanca, a vista de la locura en la que se estaba inmiscuyendo, abandonó la primera fila.
"En un mes voy a reducir significativamente el tiempo que dedico al Departamento de Eficiencia Documental. El gran volumen de trabajo necesario para poner en marcha el equipo DOGE está prácticamente terminado; seguiré dedicándole uno o dos días a la semana mientras el presidente lo desee", señaló entonces. Asimismo, ya se mostró abiertamente contrario a la política arancelaria de Trump que, como muestran los resultados trimestrales, perjudica al negocio internacional de sus compañías.
"Solo quiero enfatizar que la decisión sobre los aranceles depende totalmente de Estados Unidos. Daré mi consejo al presidente, que escuchará mi consejo, pero luego, por supuesto, le corresponderá a él tomar la decisión", se descargaba de responsabilidad en la presentación trimestral de resultados. "He dicho muchas veces que creo que los aranceles más bajos son, en general, una buena idea para la prosperidad, pero esta decisión depende fundamentalmente del representante electo del pueblo. Seguiré abogando por aranceles más bajos en lugar de más altos, pero eso es todo lo que puedo hacer", sentenciaba el magnate.