[[{"type":"media","view_mode":"media_large","fid":"24083","attributes":{"class":"media-image size-full wp-image-329665","typeof":"foaf:Image","style":"","width":"645","height":"320","alt":"El presidente de EE.UU., Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden, durante una comparecencia ante los medios en la Casa Blanca, este 14 de julio, en Washington \/ EFE"}}]] El presidente de EE.UU., Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden, durante una comparecencia ante los medios en la Casa Blanca, este 14 de julio, en Washington / EFE

 

 


Irán abrió hoy un "nuevo camino" en sus relaciones con la comunidad internacional, particularmente con Occidente, tras el anuncio del acuerdo alcanzado con las potencias del Grupo 5+1 sobre su programa nuclear, recibido como un triunfo en el país e interpretado como un trampolín para el cambio. El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, aseguró hoy en Viena, tras anunciar el histórico acuerdo, que ese pacto no se aplicará solo temporalmente sino "toda la vida". "Una vez plenamente aplicado, el acuerdo nos permitirá controlar e inspeccionar las capacidades nucleares (de Irán) no solo a corto plazo sino toda la vida", aseguró el representante de EEUU, al precisar que el tratado entrará en vigor 90 días después de adoptar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que lo respalde.

Según el secretario de Estado, las limitaciones nucleares que prevé el pacto tendrán una vigencia de 10, 15 y 25 años, con algunos controles incluso para siempre. "Este acuerdo no tiene un vencimiento", concluyó Kerry ante la prensa.

Esperanza para el país
Tras 13 años de desencuentros, el pacto de Viena entre los negociadores iraníes y sus pares de EEUU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania despertó en la República Islámica una sensación de satisfacción, particularmente entre los sectores moderados y reformistas.

Éstos habían puesto muchas esperanzas en el mismo y sobre todo en el Gobierno de Hasán Rohaní, el gran triunfador con la consecución del acuerdo a nivel interno. A falta aún de la aprobación del líder supremo Alí Jameneí, cuya palabra es siempre la última en cualquier asunto político y religioso del país, pero que se da por descontada dado su apoyo continuado a las negociaciones nucleares, el acuerdo promete cambiar sustancialmente la realidad política en el país. Al menos así lo valoró el propio Rohaní, que en una larga comparecencia en directo en la televisión pública dijo que el histórico día de hoy no era el final de nada sino el comienzo "de un nuevo movimiento, un nuevo regocijo, una nueva esperanza, un futuro mejor para los jóvenes, un movimiento más acelerado para el crecimiento y desarrollo de nuestro país".

Todas las sanciones serán eliminadas
Rohaní, un clérigo chiíta de tendencia moderada que asumió el poder en agosto de 2012 con la promesa explícita de lograr una solución a la cuestión nuclear de su país, reconducir las relaciones de Irán con el mundo y mejorar la situación económica se mostró muy satisfecho con este logro, que a su juicio se basó en la premisa de que "todos ganen". En ese sentido, el presidente presentó el acuerdo como un triunfo de la diplomacia iraní que logró preservar todos los "objetivos y líneas rojas" que se trazó antes de sentarse en la mesa de negociaciones. Así, Irán logró "que las grandes potencias anunciaran que todas las sanciones serán eliminadas" y que cancelarán "todas las resoluciones crueles y empezará unas relaciones normales en los lazos con Irán".

Satisfacción en Irán
En ese sentido, Rohaní indicó que su país estará dispuesto a cumplir completamente su parte del pacto nuclear siempre que "la otra parte" también se atenga a sus promesas. El entusiasmo por el pacto fue también seguido por la inmensa mayoría de los medios de comunicación y los analistas políticos del país asiático, que alabaron el acuerdo y ensalzaron la labor de los negociadores, particularmente la del ministro de Exteriores Mohamad Yavad Zarif. Una de las cosas que mas destacó durante la jornada fue precisamente la ausencia de críticas al acuerdo, que no pudieron verse ni siquiera entre los habitualmente locuaces representantes de los sectores más recalcitrantes ante cualquier acercamiento con Occidente del Parlamento iraní. En la calle las opiniones fueron más diversas, aunque siempre en una escala que iba de la indiferencia a la más completa satisfacción, ya que muy pocas personas se mostraron contrarias al acuerdo.

Obama advierte de que no permitirá boicots internos
Por su parte, y en un mensaje interno a los radicales partidarios de la escalada bélica con Irán, el presidente de EEUU, Barack Obama, advirtió al Congreso de su país que vetará cualquier proyecto de ley que impida la aplicación del acuerdo entre las potencias mundiales sobre el programa nuclear iraní. "No tener un acuerdo significa una mayor probabilidad de que haya más guerras en Oriente Medio", alertó Obama a los legisladores. Israel ya ha calificado de "error histórico" el acuerdo.