La última edición del informe sobre la situación mundial de los Derechos Humanos que cada año elabora la diplomacia de Estados Unidos ha denunciado que el actual Gobierno español cometió en 2020 actos que interpreta como de “violencia y acoso” contra la libertad de expresión y de prensa. El documento recoge varias denuncias “de ataques verbales de miembros del Gobierno a determinados medios de comunicación y periodistas concretos”.

Pero sorprende que esta denuncia provenga de un país como Estados Unidos, que acaba de finalizar el mandato de Donald Trump, uno de los presidentes más cuestionados de la historia y que más ha atacado y criminalizado a la prensa. Uno de los episodios más recientes en este sentido se dio tras el ataque al Capitolio, cuando el Comité para la Protección de los Periodistas exigió a las autoridades del país que investigaran a fondo los ataques contra periodistas registrados durante el asalto protagonizado por simpatizantes de Trump.

Hay que señalar, no obstante, que el informe fue elaborado durante los últimos meses de la Administración de Donald Trump, y finalizado y presentado por la del demócrata Joe Biden.

Trump contra la prensa

Durante la legislatura del líder republicano, los periodistas tuvieron que hacer frente a ataques diarios. A lo largo de los cuatro años de mandato, el que fue inquilino de la Casa Blanca escribió un sinfín de comentarios en las redes sociales contra los profesionales de la información y pronunció discursos contra los medios de comunicación, acusándolos de elaborar noticias falsas y llegando a definirlos como los “enemigos del pueblo”.

Ellos son las noticias falsas, falsas y asquerosas” o “CNN apesta” son solo dos de las frases que el expresidente pronunció atacando a la prensa. Tergiversó más allá del concepto de “noticias falsas” para definir cualquier información crítica con su mandado o persona. Y también llegó a convocar un concurso para premiar al medio “más deshonesto y corrupto” y a vetar a medios de comunicación en actos. Este fue el caso de una periodista de la CNN, la cadena más vilipendiada por el republicano, que fue censurada de un acto en la Casa Blanca alegando que había hecho “preguntas inapropiadas” horas antes. A la CNN se sumó ‘The New York Times’, ‘LA Times’ o ‘Buzzfeed’, entre otros, que denunciaron haber sido vetados para un encuentro de la prensa.

Sus comentarios en las redes sociales, muchas veces cargados de bulos e incitando a la violencia, llevó, incluso, a que las plataformas le restringieran los mensajes​ y advirtieran de su falta de veracidad.