El candidato republicano para la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, cerró su campaña electoral dando un mitin en el estado clave de Pensilvania, donde reiteró su promesa de "rescatar a cada ciudad y pueblo que ha sido invadido y conquistado". En su discurso, Trump volvió a arremeter contra los migrantes, a quienes culpa de convertir a Estados Unidos en un "país ocupado". El expresidente señaló que si gana las elecciones, ordenará una deportación masiva. Este tipo de mensajes han sido una constante en sus intervenciones públicas, donde ha mantenido una postura firme respecto a la inmigración.

Durante su intervención en Pensilvania, una de las cuatro programadas antes de cerrar su tercera campaña presidencial, Trump describió un país en decadencia, "ocupado" por la población migrante. Afirmó que "atacará" a las "bandas" y reiteró su petición de imponer la pena de muerte para "cualquier inmigrante que mate a un ciudadano estadounidense o a un agente de la ley". Este tipo de declaraciones han generado gran controversia, pero también han resonado entre sus seguidores, quienes apoyan su enfoque estricto hacia la inmigración.

Donald Trump promete "rescatar" ciudades y pueblos en su campaña en Pensilvania

El magnate también expresó su descontento con el tiempo que se tarda en conocer los resultados electorales, sugiriendo que se debería votar en un solo día y en papel, en lugar de utilizar máquinas de votación electrónicas. Trump ha cuestionado la transparencia de las elecciones, afirmando que "es demasiado grande para amañarlo", pero advirtiendo que "lo intentarán". Según él, este es un "gran movimiento" que no puede ser manipulado, recordando sus experiencias en 2016 y 2020, cuando, según sus palabras, "pasaron muchas cosas malas".

Asimismo, Trump sugirió que los estados tienen un papel en los resultados electorales, ya que "hacen la colecta, por así decirlo, y tienen que recibir órdenes del Gobierno federal". Por ello, insinuó que se debe "arreglar" el sistema: "No podemos permitir que esto ocurra. Tenemos que ganar a la antigua usanza y arreglarlo". Estas declaraciones reflejan su desconfianza en el proceso electoral actual y su deseo de implementar cambios significativos si vuelve a la Casa Blanca.

En otro ámbito, Trump prometió imponer fuertes aranceles a sectores como el automóvil de México y el acero fabricado. Su objetivo es revitalizar la industria manufacturera estadounidense, prometiendo acabar con la inflación. Además, acusó a la candidata demócrata, Kamala Harris, de provocar "cuatro años de infierno económico para los trabajadores estadounidenses". Esta retórica económica busca atraer a votantes preocupados por el futuro económico del país, ofreciendo una visión de crecimiento y prosperidad bajo su liderazgo.

Trump cuestiona la transparencia electoral y promete cambios en el sistema

Trump aseguró que si Kamala Harris consigue cuatro años más, la economía estadounidense nunca podrá recuperarse. En cambio, si él gana, promete construir rápidamente "la mayor economía de la historia del mundo". Este tipo de declaraciones son habituales en sus discursos, donde se presenta como el salvador económico del país. Los ciudadanos estadounidenses acudirán a las urnas para decidir el futuro político del país durante los próximos cuatro años. La vicepresidenta Kamala Harris aspira a prolongar el Gobierno demócrata, mientras que Donald Trump busca regresar a la Casa Blanca cuatro años después. En este contexto, las encuestas reflejan una contienda reñida, sin un claro favorito.

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