La Finma, organismo regulador y supervisor del mercado financiero de Suiza y equivalente a la CNMV de España, ha abierto un expediente contra Mirabaud & Cie, el banco en el que se depositaron los 100 millones de dólares (65 millones de euros) que recibió Juan Carlos I en agosto de 2008 por parte del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí, tal como ha adelantado El País. Lo ha hecho para investigar si se cumplieron los protocolos y la debida diligencia para evitar el blanqueo de capitales.

Mirabaud & Cie se trata de la entidad bancaria en la que se abrió la cuenta de la Fundación Lucum, de la que el rey emérito habría sacado durante cuatro años un promedio de 100.000 euros al mes para gastarlos en España sin dejar rastro. Es desde 2018 desde que el fiscal suizo Yves Bertossa indaga acerca de los movimientos de esta cuenta, manteniendo como investigados por presunto blanqueo agravado de capitales al propio banco, como entidad jurídica, al gestor externo de la cuenta Arturo Fasana, el director de la fundación panameña Lucum, Dante Canonica, y a Corinna Larsen, la examiga del emérito.

El fiscal jefe del Cantón de Suiza ha tomado varias veces declaración a los principales directivos y asociados del banco para determinar si se respetó la normativa del país contra el blanqueo de capitales. De las declaraciones de directivos como Yves Mirabaud, presidente de la entidad, Antoine Boissier, exdirectivo ya jubilado, o el administrador Thevenoz se ha desprendido según el mismo medio que ni el departamento de cumplimiento de la entidad ni el departamento jurídico conocían que Juan Carlos I era cliente.

Han sido seis los miembros del Consejo de Asociados de la entidad bancaria que han reconocido saber que el beneficiario de la fundación era el entonces jefe del Estado español y, en segundo lugar, su hijo Felipe VI. Desde la Casa Real han argumentado que el actual monarca desconocía la existencia de esta cuenta.