Inés Arrimadas ha sido tajante: “No podemos estar todo el día en el Congreso criticando a Podemos y ahora invitarles a merendar”. La cúpula de Ciudadanos Cataluña le hizo llegar este mensaje a Albert Rivera al momento de conocerse la imagen que inundó las redes sociales.

Juan Marín, en la estación de Jerez sentado con los líderes de la izquierda andaluza merendando: Teresa Rodríguez (Podemos) y Antonio Maíllo (Izquierda Unida). “Hasta aquí hemos llegado”, comentaba arrimadas para aquellos de su círculo.

Desde la última cita electoral en Andalucía, en el seno interno de Ciudadanos se ha sufrido una gran brecha. Altos dirigentes de la formación naranja catalana dicen que “la ambigüedad tiene un límite”, según su opinión sobre las negociaciones que ha orquestado Marín. Según informa La Razón, la tensión creció demasiado ante la intención inicial de Marín, que era formar un cordón sanitario contra Vox, al mismo tiempo que Susana Díaz estaba “tranquila” porque “este Marín es de los nuestros”.

Con este panorama, Arrimadas se planteó “¿qué hacemos ante la humillación de Pedro Sánchez en Cataluña? ¿Cómo podemos sentarnos con quienes aquí venden a España?”. Parece que todo eso no ha sentado demasiado bien a Ciudadanos y se ha proyectado en un enfado enorme y en la presión definitiva para que Vox finalmente tenga un puesto en la Mesa del Parlamento andaluz.

El acuerdo de gobierno entre el Partido Popular y Ciudadanos está hecho, pero las negociaciones con la Mesa del Parlamento andaluz dejarán una marca notable. Parece que nadie entiende que Ciudadanos se reblandezca ante Podemos y se alíen contra Vox. “Pero, ¿de qué va ese naranjito?”, se preguntan algunos empresarios andaluces. “Pasamos por el arco de Susana Díaz y este ahora quiere entregarse a Podemos”, alegan algunos de ellos sin confiar de todo en lo que puede llegar a pasar. Consideran la foto de Juan Marín junto a Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo innecesaria, tachándolo de “el postureo absurdo de un partido veleta”.