La jornada del martes en el Congreso fue maratoniana. Muchos asuntos y todos vitales. El apetito lo abrió a las 09:30 horas la ponencia sobre la reforma de la ley Mordaza, a las 12:00 horas arrancó un pleno extraordinario para convalidar los últimos decretos del Gobierno, entre los que se encontraba el sexto paquete de medidas anticrisis, y el plato fuerte, la comparecencia de Pedro Sánchez, se extendió desde las 16:00 horas hasta casi las 22:30. Todo, salpimentando por unas ruedas de prensa matutinas que dejaron un momento que, con los focos apuntando en otra dirección, pasó desapercibido. De hecho, el protagonista, Iván Espinosa de los Monteros, a buen seguro querría que así fuera.

El portavoz parlamentario compareció ante los medios de comunicación para cargar contra el Gobierno de Pedro Sánchez, como viene siendo habitual. Pero al término de su rueda de prensa, una pregunta sobre otro asunto se coló: Macarena Olona.

El pasado viernes la otrora dirigente ultraderechista y candidata en Andalucía, hoy azote de los negacionistas de la violencia machista, regresó al Congreso. Y lo hizo cargada de pullas y con una Iniciativa Legislativa Popular bajo el brazo, una propuesta sobre protección a menores en contextos de violencia machista. Olona dijo que, para no empañar la importancia de la iniciativa, no se pronunciará sobre otros asuntos, pero lo cierto es que propinó más de uno y de dos rejonazos a sus excompañeros. No obstante, ni sus cartuchos fueron respondidos ni su propuesta valorada por Vox.

Preguntado por la ILP de Olona, Espinosa de los Monteros se limitó a decir que “no hemos tenido la ocasión” de analizar el contenido, pero “todo ciudadano tiene derecho a presentar una ILP y, si consigue las firmas necesarias, se tramitará con total normalidad”. La indiferencia atravesó la sala de prensa del Congreso. Como si no se conocieran.

ElPlural.com ha contactado con el equipo de Olona a fin y efecto de conocer cómo valoran sus palabras, pero a esta hora, no ha habido respuesta.

Olona y la violencia machista

El pasado viernes, Olona lamentó que su discurso contra la violencia de género “se haya podido utilizar por quienes viven en una caverna y son negacionistas de la violencia machista”. “Dejen de utilizarme”, exigió ; acusando a los “negacionistas de falta de educación”.

La presidenta de la Fundación Igualdad Iberoamericana, plataforma que lanzó en noviembre tras recorrer el Camino de Santiago en el que encontró su inspiración, negó la violencia de género, diferenciándola de la machista: “La violencia de género no existe, pero es una batalla por el lenguaje que ya se dio en 2004. Hablar de violencia de género supone criminalizar al 50% de la población. Un hombre que mata no lo hace por ser hombre, un hombre mata por entender que es su mujer en términos machistas”. En consecuencia, razonó, “la violencia machista por supuesto que existe”; pero “no todo asesinato tiene por causa el machismo”.

Con estos argumentos como cimientos, Olona desgranó su ILP. Al abrigo de la reforma de la legislación civil que suspendía la guardia y custodia o las visitas y estancias de los progenitores inmersos en procesos de violencia de género, la ex de Vox pide incorporar a las mujeres también porque “una madre que maltrata no puede ser una buena madre”. Además, la propuesta recoge que las denuncias falsas contra cualquiera de los progenitores se considerarán violencia, de manera que si una mujer demanda a su marido y un juez determina que no hubo violencia de género, esta perdería la guardia y custodia de los hijos.

“Si circunscribimos la protección de los menores al ámbito de la violencia de género, dejamos fuera a las familias de personas homosexuales, a quienes incluimos explícitamente”, insistió; remachando que, además, “se dan situaciones en que muchas familias tienes hijos huérfanos de padres vivos porque una legislación establece esa suspensión de relaciones paternofiliales”.

Preguntada por si había comentado la iniciativa popular con sus ex compañeros de partido con el objetivo de recabar su apoyo e impulsarla, Olona respondió que “no he hablado con ningún grupo parlamentario” antes de registrar la iniciativa. Y a juzgar por las declaraciones de Espinosa de los Monteros, no mentía.

La ILP deberá ahora ser sometida a examen para su admisión, que podría despacharla a mediados de febrero y, si la reforma del Código Penal propuesta cuenta con todas las garantías, se remitirá a la Junta Electoral Central para iniciar el proceso de recogida de firmas. Se requieren 500.000, por lo que “ya contamos con un ejército de voluntarios” y, “cuando las consigamos, todos los grupos tendrán que pronunciarse”. La iniciativa admite enmiendas y debate parlamentario.